OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista


07/05/15. Opinión. “Los últimos ensayos de Pascual Serrano y Ramón Reig sitúan al periodismo de hoy: Ha muerto en los grandes medios, pero vive con toda su fuerza en los medios independientes sustentados en nuevos modelos de financiación con activa participación ciudadana”. Es una de las reflexiones del periodista Dardo Gómez en su último artículo de opinión en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.

Se acabó la crisis del periodismo, esto es lo que queda

LA estafa económico financiera desatada hace ya ocho años ha arrastrado a la endeble economía de la totalidad de las empresas comerciales de medios al uso; entonces, se comenzó a hablar de la “crisis del periodismo”, metiendo en el mismo paquete la perdida de empleo, los recortes salariales de los periodistas, el deterioro de la calidad de la información y la falta de credibilidad en los medios.

UN batiburrillo confuso que ha llevado a muchos a suponer que, si superan su déficit financiero, los medios retornarán a generar empleo de calidad para los periodistas.

POR otro lado, se quiere entender que, antes de la caída de los valores comerciales, la calidad del periodismo no estaba en crisis.

A estas dos suposiciones han salido a responder dos obras publicadas en los últimos meses por dos autoridades en la materia, que ponen muy en duda que esas conclusiones sean acertadas.

LA primera obra aparecida es del conocido periodista y analista Pascual Serrano que ya en su título adelanta mucho de su tesis: “La prensa ha muerto: ¡viva la prensa! De cómo la crisis trae medios más libres.”

LA otra, es un nuevo aporte del académico Ramón Reig, que también lleva un título muy ilustrativo de su contenido “Crisis del sistema, crisis del periodismo. Contexto, estructura y deseos de cambio“, Serrano apunta que “los medios de comunicación han dedicado muchas páginas a la crisis del sector, que amenaza con hacer desaparecer a la antaño poderosa prensa generalista. Sin embargo, no es la prensa la que está en crisis, sino ciertas formas de ejercer el periodismo… Como prueban los medios cooperativos, que están sorteando la actual recesión con propuestas y fuerzas renovadas”. Y sostiene que estas últimas “han descubierto el secreto para mantenerse en pie y ofrecer un periodismo honesto y valiente”.

POR su parte Reig se pregunta y responde: “¿Crisis del periodismo? Claro. Pero no es nueva. No hay que confundirla con los efectos de la crisis económica que se inicia a partir de 2007-2008. La crisis del periodismo está ahí, casi desde siempre, desde el momento en que los periodistas tropiezan con 6 “Pes”  la P de Propiedad de los medios que proyectan la información, la P de Publicidad, la P de la influencia Política, la P de Producción de la noticia sobre la base de redacciones pasivas a las que “se les olvida” salir a la calle a buscar noticias propias y transgresoras, la P de Públicos que van buscando aquello que desean oír y no aquello que sucede, yla P de Periodismo en forma de periodistas más cercanos a sus empresas y a lobbies de poder que al propio Periodismo”.

No gustan las verdades

ENTIENDO que a muchas personas les disguste o les impresione lo que se manifiesta en ambas obras; es lo que suele tener de desangelada la verdad, sobre todo si viene acompañada de datos contrastables e irrefutables.

HABLEMOS por un momento de los puestos de trabajo de los periodistas, casi el 50% de lo profesión ha trabajado durante decenios en la total inseguridad laboral, sin ningún tipo de contrato y nunca declarados a la Seguridad Social. Ergo, siempre estuvieron en crisis.

Los informes anuales de la profesión periodística que elaboraba a principios de los ‘90 el periodista Antonio Petit Caro, que fue presidente de la FAPE, recogía cifras de empleo contrastadas a partir de los datos de las empresas (no encuestas) y ya entonces más del 30% de la producción de los diarios la hacían “colaboradores”. Para los que pisábamos las redacciones era fácil deducir que en las revistas semanales o  en las radios ya podríamos estar, hace más de veinte años, en el 80% de fraude laboral.

CLARO, las colaboraciones se pagaban bien, se podían hacer muchas y en más de un medio, pero la inseguridad laboral y el beneficio que eso representaba para las empresas, debería haber hecho reflexionar sobre cuanto tiempo tardarían los gerentes en querer comerse casi toda la tarta. Como lo han hecho…

Bienvenida la propaganda

DICE Reig que “La crisis del periodismo es un reflejo fiel de la crisis del sistema de mercado, causante de una sociedad angustiada e insolidaria. Si el sistema de mercado se siente inseguro en el laberinto que él mismo ha creado, pero a la vez es dueño del periodismo “de masas”, lo más habitual es que al receptor le llegue un periodismo “light” dominado por las pugnas políticas, el acoso y derribo al disidente, las catástrofes y sucesos, el entretenimiento (no inocente), el sensacionalismo, amarillismo el periodismo “rosa”, el deporte y la información meteorológica”.

CREO que acierta de pleno, pero el caso es que esos dueños “del periodismo de masas” no están dispuestos a cambiar esa fórmula “ligh”, porque su elección no es casual; sencillamente, el negocio de sus accionistas no es la información, sino la propaganda de sus intenciones y acciones.

HASTA hace algunos años eso lo compraban a través de la publicidad y sus presiones derivadas; pero ahora, financieras y energéticas ya son los amos.

LA comunicación y propaganda se ha convertido en el “core” del negocio y para esto los periodistas ya no hacen falta; por eso se han desprendido y se siguen desprendiendo de los mejores profesionales, que eran los más caros. Alcanza con escribidores para estos contenidos.

LOS grandes medios tradicionales venden cada día menos, pero todavía tienen una penetración social que los hace rentables para sus intenciones. Dejemos de creer en que sus accionistas piensan en ganar dinero en el quiosco o con la publicidad; ese negocio está muerto.

LA socióloga y politóloga de la “complutense” Ángeles Díez señalaba, en una reciente conferencia en Lérida, que las empresas mediáticas “se mantienen a pesar de que puedan tener pérdidas, porque su objetivo es, por un lado, sostener y reproducir los intereses del grupo de empresas del que forman parte y, por otro lado, la reproducción del propio sistema, que no puede ser cuestionado en lo sustancial".

ASÍ que, señores, dejemos de hablar de la crisis del periodismo si nos referimos a los grandes medios al uso. Esa etapa está cerrada. No hay retorno ni hay futuro en ellos y no hay crisis o agonía del periodismo porque este ya no cuenta para ellos; por lo mismo tampoco cuentan los profesionales de la información, a los cuales solo se les ofrece y ofrecerá un horizonte de precariedad laboral y profesional.

LOS periodistas que necesiten ganarse la vida en estos grandes medios, ya saben a que atenerse; finalmente, de algo hay que comer.

OTRA cosa son los medios de propiedad pública; aquí el periodismo hiberna a la espera de una ley que limpie a estas radios y televisiones de la presencia indecente de los mandamases de las administraciones y de sus alimañas.

Pero el periodismo sigue vivo

PASCUAL Serrano y Ramón Reig coinciden en que, a pesar de los grandes medios, el periodismo no está en crisis sino que, si me apuran, en plena ebullición.

ASÍ, mientras el primero demuestra como la maldita crisis nos ha traído “medios libres”, Reig señala que a medida que los lectores más lúcidos “buscan su información en otros lugares alternativos” surgen iniciativas “que aportan una esperanza para el desarrollo del conocimiento”. Muy acertadas palabras; el derecho a la información no es otra cosa que el derecho de los seres humanos a saber.

ESTOS espacios, donde se alimenta el periodismo, están creciendo cada día; los invito a consultar cuantos medios han surgido en los últimos cuatro años y, sobre todo, a que reparen en los signos claves de este fenómeno.

ES cierto que varios de ellos han surgido de periodistas experimentados que, haciendo de la necesidad, virtud, han revertido su situación de parados en proyectos de periodismo independiente, aunque siguiendo caminos de financiación ya trillados.

SIN embargo, la mayor parte de los de reciente aparición lo están haciendo de la mano de periodistas hambrientos de dignidad profesional y financiados por quienes, hartos de la manipulación informativa de los “grandes” medios, están dispuestos a invertir en estos nuevo medios -como suscriptores o mini accionistas- para poder recibir información veraz.

ESTO último es el fenómeno a destacar; el que nos dice que una parte de la sociedad española está dispuesta a terminar con lo que nos han vendido como periodismo en las últimas décadas. Se ha terminado esa lenta agonía de la decencia informativa, esa arrastrada crisis ha tocado a su fin, porque los lectores han decidido ser proactivos y participar de forma directa en la elección de su medio.

UNA participación que faculta a los ciudadanos para poder exigirle a ese medio y a sus periodistas que cumplan fielmente con las funciones a las que se han comprometido. Esto es libertad de prensa y no las proclamas fariseas de la AEDE.

YA no hay periodismo en los grandes medios, pero el periodismo pervive en los nuevos medios por el pulso de recuperados y nuevos periodistas, más el apoyo esencial de la ciudadanía que no renuncia a saber.

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