OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista


12/11/15. Sociedad. “El programa Salvados del pasado domingo abordó la utilización de la infamia como sistema y ha vuelto a revelar el penoso estado de la información en España. Los periodistas presentes hicieron gala del “sostenella y no enmendalla” propio de la caspa mediática española”. El periodista Dardo Gómez opina en su nueva columna en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la situación que reflejó y...

...arrojó el último programa de Jordi Évole, basado en la “máquina del fango”, es decir, en la prensa.

Estamos de fango hasta las cejas

EL pasado domingo 8 de noviembre, bajo el título 'La máquina del fango', La Sexta emitió una nueva entrega de “Salvados”; esta vez, Jordi Évole anunciaba que centraba  su programa “en los medios de comunicación y su incidencia en la vida pública”. Sin embargo, la elección del título de la obra homónima del prestigioso semiólogo italiano Umberto Eco, anticipaba que el tema sería –según afirma su autor- si esos medios son la plataforma para el uso de la difamación como forma de destruir al adversario molesto.

PARA el caso, el director del programa había convocado al ex director del diario 'El Mundo' Casimiro García-Abadillo, a la directora de 'Julia en la onda', Júlia Otero, de Onda Cero, y a la subdirectora del diario 'La Razón', Pilar Gómez,  y un cuarto invitado, Juan Carlos Monedero, de quien la propia cadena decía que era uno de los “más señalados en los últimos tiempos en las portadas de diarios españoles”.

EL propio Eco definió -en la entrevista realizada- a la expresión por el creada como “el uso de información personal para desprestigiar al adversario político a través de los medios de comunicación" y la señaló como uno de los mayores agravios a la sociedad que se cometen.

"HA habido una terrible caída moral en el campo de la información pública", y señaló que "el auténtico fango es la pasividad de los consumidores de noticias". Terrible.


Profesionales de la infamia

POR su parte el sociólogo Manuel Castells señaló que la difamación y el rastreo de errores o infamias con las cuales descabezar al adversario ya es, por lo menos en Occidente, una práctica generalizada y profesionalizada.

ESTAS afirmaciones las hacía quien es considerado el académico en Ciencias Sociales y en Tecnología de la Información y la comunicación más citado del mundo actual.

ESTAS afirmaciones lanzadas a una audiencia, que luego se cuantificaría en más de dos millones y medio de televidentes; eran auténticas cargas de profundidad que podían haber promovido un eco mediático importante.

NADA de eso ha ocurrido; la mayoría de los medios pasaron de lo esencial del tema -que se ve que no va con ellos- y algunos pocos, haciendo alarde de la torpeza que los caracteriza, fueron a la anécdota fácil que les sirve de alimento diario.

ASÍ, el diario La Vanguardia tituló “Monedero culpa a la prensa de su salida de Podemos”; mientras que en el digital Periodista Digital  los discípulos de Alfonso Rojo hacían título con “Jordi Évole convierte en mártir a Monedero por ser una víctima de la prensa afín al PP”.

OTRO digital, “PRnoticias”, no escapó a la tentación tonta y optó por “Casimiro García Abadillo explica su destitución de ‘El Mundo’ y sintetizaba su pobre relato con “En un discurso prácticamente unánime, los periodistas que protagonizaron esta charla afirmaron que la visión crítica de una sociedad es sana y que una sociedad sin prensa libre, no es una sociedad democrática”.

UN auténtico despropósito, porque hubo mucho más que eso; hubo desvergüenza, hubo felonía profesional, hubo impudicia ante lo evidente y hubo mucha, mucha caspa…

Umberto Eco y Castell, unos ingenuos

FRENTE a los análisis sesudos y documentado de dos figuras como Eco y Castells, el programa tuvo la crueldad de mostrar la gran pobreza intelectual de los periodistas que debían dar la respuesta a esas afirmaciones.

EN realidad no dieron ninguna; simplemente se limitaron a defender la supuesta integridad de algunas portadas por ellos pergeñadas que el presentador les mostraba. Así, el ex director de El Mundo responsabilizaba de la desinformación ciudadana a la televisión, “si lees los periódicos te enteras de los temas” sentenció como si hubiera dicho algo importante y en lo cual alguien confiara.

TAMPOCO se cortó este personaje al tildar de ingenuidad la presunción, mayoritaria entre la ciudadana, de que los medios actúan al dictado: “Eso sí que es ingenuo, pensar que en una redacción hay un ser extraño a esa redacción que indica a los periodistas qué han de titular cada mañana... Eso es ingenuo, si no es algo peor…”. Es decir que no solo proclamaba la ingenuidad de los dos intelectuales entrevistados sino, además, les suponía, vaya a saberse, qué ocultas intenciones por afirmar esa dependencia.

Finalmente, es cuestión de ética

NO
faltaron tampoco expresiones que marcan el sentido de la ética de algunos periodistas; así, la subdirectora de La Razón se escudaba en la conocida excusa de la caspa periodística de que quién se sintiera aludido por alguna información acudiera a los tribunales y que ya se publicaría el desmentido si así lo decidían los tribunales. La razón expuesta es que muchas veces, no hay tiempo para rectificar ni dar el final de las cosas; seguramente, los relojes solo se paran cuando toca difamar.

LA señora Pilar Gómez ha pretendido ignorar que el derecho a réplica es uno de los peores tratados por los medios españoles; ante una denuncia de este tipo los medios suelen recurrir las sentencias hasta el agotamiento y si, finalmente y tras años, se ven obligados a rectificar esto se produce cuando ya no tiene remedio el daño causado al afectado.

ANTE una pregunta sobre si no le preocupaba que una información errónea perjudicara las vidas del infamado y sus familiares, la señora Pilar Gómez no dudó: "Si una información denuncia un acto que no es correcto, no piensas en el daño personal". Es decir, cuando ella decide qué es correcto…

CREO que esta periodista no está para menudencias, pero me atrevo a recomendarle la lectura del libro “Los cínicos no sirven para este oficio” del maestro Ryszard Kapuscinski y le apunto un párrafo: “Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas.”

BUENO, tampoco creo que lo lea…

Una guinda más grande que el pastel

ANTE más de dos millones de televidentes hacía falta una guinda grande y sabrosa que adornara este pastel de miserias y como veremos debía ser un duo al estilo de Los Morancos, pero sin ninguna gracia.

A Jorde Évole se le ocurrió poner sobre la mesa el informe elaborado por la Universidad de Oxford y publicado por el “Instituto Reuters para el estudio del periodismo”, en que se concluye que los medios de España son los menos creíbles de los once países consultados en Europa y los segundos menos creíbles de los doce estudiados de todo el mundo.

JULIA Otero, hasta entonces discreta y algo reservada, se unió a García Abadillo para deducir de esos datos que deberíamos estar dichosos de contar con una opinión pública tan crítica y que, según Abadillo, los alentaba a ser cada vez más exigentes con su faena.

QUE no, que no lo habéis entendido; los que os están diciendo es que contáis mentiras, que ocultáis información, que sois malos profesionales… Y no solo os mira con desconfianza el público que os paga, también vuestros colegas desconfían de los medios que vosotros defendéis.

Ni la familia os quiere

EL último informe emitido por la Asociación de la Prensa de Madrid, para cuya directiva se propone García Abadillo, señala en su último informe que “Para los propios periodistas, el amarillismo, el sensacionalismo, el periodismo como espectáculo (57,5%) es la principal causa de la opinión negativa sobre los propios periodistas, seguida de los intereses políticos de los grupos editoriales, la falta de rigor, el intrusismo profesional, la falta de independencia, los intereses económicos de los grupos editoriales, la precariedad, los tertulianos y las tertulias y otros”.

DE estos, el 79% reconocen haber sufrido presiones para manipular información por el propio medio para el cual trabajan. Seguramente, para el señor Abadillo, todos ellos deben ser unos ingenuos, con el síndrome de Estocolmo invertido, que creen ven en sus redacciones algún “ser extraño” que les dicta titulares.

“LASCIATE ogni speranza, voi ch’entrate”; con estas terribles palabras recibe el infierno a los condenados en “La divina comedia”; pues perdamos nosotros también toda esperanza en la mentida autorregulación de esta gente.

ESTA prensa casposa tiene aún trecho a recorrer, pero será una agonía decadente y sin retorno, hasta su desaparición irreversible. Es ya no se les respeta; por propios méritos.

PUEDE ver aquí anteriores artículos relacionados con esta publicación:

- 28/10/15 Medios públicos, SÍ; políticos prevaricadores, NO

- 08/10/15 No desesperen aún, lo peor está por llegar…

- 23/09/15 TTIP; el secreto mejor guardado por los medios
- 07/09/15 Los mensajeros y cómplices del odio

PUEDE ver más de Dardo Gómez pinchando en las relacionadas de este enlace:
- 24/07/15 Pero, de verdad, ¿quién cree en los grandes medios?