OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista

08/03/16. Opinión. “Periodistas catalanes consideran que “de ninguna forma puede considerarse la dirección de los medios públicos como un organismo más de la cadena de mando político” y denuncian la manipulación informativa del actual Gobierno de la Generalitat ante el Consejo de Europa”. La nueva colaboración del periodista Dardo Gómez en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com se detiene sobre el estado mediático de Cataluña...

A los MMP ya no les queda ni Cataluña

HACE algunos años, que ahora parecen muchos, desde Cataluña nos llegaban aires de un pensamiento libre que trataba de generar perfiles para los medios públicos que hicieran verdad esa democracia que se nos había prometido o con la cual nos hizo soñar la llamada ”Transición democrática”, precisamente.

MUCHO de ese pensamiento nos llegaba desde Europa, donde los medios de comunicación ya habían cumplido su tránsito hacia la democracia. Los catalanes miraban hacia Europa e intentaban un recorrido hacia la libertad de la comunicación que otros desconocían o no querían querido hacer.

FRUTO de esas experiencias observadas y probadas por estados democráticos de allende los Pirineos fue la creación del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), que nació en el 2000 con la intención confesada de ser la autoridad de regulación de la comunicación audiovisual en la comunidad catalana.

HABÍAN pasado quince años del comienzo de esa Transición y se suponía consolidada la democracia, sin embargo, habían pasado tres lustros para que apareciera este primer organismo regulador que seguía la estela que marcaban los organismos similares ya existentes en Europa.

EL CAC estaba destinado a velar por el cumplimiento de la normativa aplicable a los prestadores de servicios de comunicación audiovisual, tanto públicos como privados, y tenía la obligación de defensa de la libertad de expresión y de información, del pluralismo, de la neutralidad y la honestidad informativas, así como de la libre concurrencia del sector.

La voz de la caverna

EL anuncio de su nacimiento y algunas de sus primeras resoluciones provocó la reacción de la España cerril y el presidente de alguna organización profesional de periodistas llegó a afirmar que el CAC era un disparate que no existía “en ninguna parte del mundo”. El disparate era el suyo ya que en ese momento existían más consejos de ese tipo que países en el ámbito europeo; ya que los estados federales, además del organismo estatal, cuentan con otros similares en los “landers” o provincias federales.

ASÍ es como en muchos de esos países vecinos se cimentó el prestigio de los medios públicos y de su necesidad democrática; en ellos solo algunos aventureros neoliberales se atreven a sugerir su desaparición.

UNOS años antes, en 1982, también desde Catalunya nos llegó la creación de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió, hoy convertida en Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA). La ley que regulaba su funcionamiento y la elección de sus consejeros también eran aire nuevo, ya que la elección de su consejo rector se sometía a pautas para desvincular a esos consejeros de la cadena de mandos de los partidos políticos que pudieran llegar al Gobierno catalán.


DEBEMOS reconocer que no fue una garantía total, ya que los partidos políticos saben confabularse y pueden generar auténticas martingalas para trampear las filosofía de las leyes.

SIN embargo, esos cortafuegos legales algún servicio debían prestar a la democracia informativa de los medios públicos catalanes; ya que la por entonces Convergencia i Unió no soportó la limitación que significaba conseguir los dos tercios de los votos del Parlament para esas elecciones.

DE inmediato surgió el aliado necesario para conseguir cambiarlo: el Partido Popular. Ambos, hace ya cuatro años, con la excusa de la simplificación y de la austeridad, aprobaron la contrarreforma de la CCMA y otras leyes audiovisuales, que volvieron a gubernamentalizar por ley tanto esa corporación como el CAC.

Cadena de apagones informativos

ESTE fue solo el primer apagón de la democracia informativa de TV3 y Catalunya Ràdio y casi nadie pensó que se podía llegar mucho más allá, ya que los profesionales de ambos medios habían dado muestras probadas de su decisión de defender su independencia.

SINembargo, la puerta ya estaba abierta para la corrupción informativa; siguiendo la ley de Murphy “lo que puede corromperse, se corrompe” y los medios de la CCMA no se salvaron de la profecía.

2015 fue el año en que las turbulencias políticas y las citas electorales pusieron a prueba la integridad de ambos medios que, contra todos los deseos de prudencia, respondieron a la “voz del amo” y se convirtieron en trincheras ideológicas. Hubo quien lo previno, alarmado ante algunos de los patinazos que se comenzaban a producir en la información de cada día y en la configuración sesgada de tertulias y consultas de testimonios públicos.


“ESTAMOS en plena precampaña de unas elecciones que marcarán el futuro de Cataluña,  sean plebiscitarias  o autonómicas y, ante este reto, reclamamos que la televisión pública del país, Tv3 , continúe siendo rigurosa y esté al servicio del espectador. No podemos poner en peligro ni jugar con la credibilidad que se ha ganado durante tantos años.”, dijo el Sindicat de Periodistes  de Catalunya, que agregaba que no se podía jugar con “la confianza de los telespectadores y la credibilidad de los informativos de la casa. Un vez más, reclamamos la despolitización de los medios públicos”.

FUE un clamar en el desierto, quienes habían apelado al rigor profesional para defender la calidad de la información fueron tachados de traidores y no faltó quien defendió la manipulación informativa como un deber patriótico.Desde el siglo XVIII nos llegó la voz de Samuel Johnson para recordarnos que "el patriotismo es el último refugio de los canallas."

Lo peor siempre puede ser

Y otra vez apareció Murphy para demostrarnos que “si puede ser peor, lo será”. Vaya por delante que varios de los partidos que ocupan escaños en el Parlament catalán tras las elecciones del pasado 27S llevaban en sus agendas la propuesta de recuperar las normas derogadas por la “contrarreforma”  de CIU y PP; pero no hay nada mejor para perder la memoria y apretar filas que disponer de un medio a la medida de la conveniencia del que manda.

EN las últimas semanas se han producido los nombramientos necesarios para que esa máquina de manipulación esté bien aceitada; todos los nombres que se han conocido certifican el temor anunciado de que el principal objetivo de los partidos que integran el Gobierno de “Junts pel Sí”  es el control de los servicios informativos de la televisión y radio autonómicas catalanas.

PUEDEN alegar que se trata de una necesidad “patriótica”, pero estoy seguro que la patria que dicen defender no se merece esta impudicia; como tampoco lo creen ni lo sienten los periodistas que se han decidido a denunciar ante las instancias europeas este desatino e indecencia.

“EL Sindicat de Periodistes de Catalunya / Sindicat de Professionals de la Comunicació (SPC) ha denunciado ante el Consejo de Europa la politización de los medios públicos de Catalunya a raíz de los nombramientos de los directores de TV3 y Catalunya Ràdio, e incluso de un jefe de Informativos, en consonancia con la formación del nuevo gobierno de la Generalitat. El sindicato afirma que de ninguna forma puede considerarse la dirección de los medios públicos como un organismo más de la cadena de mando político y reivindica nuevamente las reformas legales necesarias para garantizar la independencia editorial de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals - CCMA.”

EL Consejo de Europa abrió hace unos meses una web para recoger las denuncias sobre vulneración de derecho a la información y persecución de periodistas en el ejercicio de su trabajo. Entre los promotores de la Plataforma para fortalecer la protección del periodismo y la seguridad de los periodistas dentro de esta institución están la Federación Europea de Periodistas (FEP) y la Federación Internacional de Periodistas (FIP), a las que pertenece el SPC a través de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP).”

UNO se pregunta cómo en la culta Cataluña, que ha sido una avanzada en las libertades de la comunicación, se ha podido llegar a estos extremos.

TODO es muy lamentable y, a la vez, esperanzador; porque muestra que a pesar de los argumentos extorsionadores no todos los profesionales de la información catalanes están dispuestos a comulgar con ruedas de molino.

PUEDE ver aquí anteriores artículos de opinión de Dardo Gómez:
- 01/02/16 Callarse también es mentir
- 11/01/16 La mentira como arma de intoxicación
- 10/12/15 A la AEDE le han destapado las vergüenzas
- 12/11/15 Estamos de fango hasta las cejas
- 28/10/15 Medios públicos, SÍ; políticos prevaricadores, NO
- 08/10/15 No desesperen aún, lo peor está por llegar…
- 23/09/15 TTIP; el secreto mejor guardado por los medios
- 07/09/15 Los mensajeros y cómplices del odio

PUEDE ver más de Dardo Gómez pinchando en las relacionadas de este enlace:
- 24/07/15 Pero, de verdad, ¿quién cree en los grandes medios?