OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista
02/02/18. Opinión. El periodista Dardo Gómez habla en un artículo para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la brecha salarial entre mujeres y hombres en el mundo del periodismo. En el texto se recogen las problemáticas a las que se enfrentan las mujeres, además de cobrar menos también suponen el 62% de los parados periodistas, así como la dificultad para acceder a los altos...
...cargos impuestas desde las propias empresas, y las trabas para la conciliación familiar. También se explica que varios gobiernos de países europeos como Reino Unido, Islandia y Alemania ya están trabajando para eliminar la brecha salarial, algo sobre lo que el presidente de España Rajoy evitó pronunciarse recientemente con un “no nos metamos en eso”.
Rajoy debe “meterse” con la brecha salarial femenina
La desigualdad salarial de las periodistas, además de una injusticia retributiva, es
acoso laboral. Si se les paga menos por el simple hecho de ser mujeres se le está
diciendo a sus compañeros que esas colegas valen menos que ellos.
HACE algunos años y en uno de los primeros foros en las que se debatía la situación de las mujeres periodistas una colega de gran prestigio profesional y de ganado respeto personal tuvo la valentía de contar a todo el auditorio una triste memoria de su vida laboral.
DIJO que cuando hacía sus primeras prácticas en la redacción de un periódico desde la noche anterior hasta que llegaba a la redacción su pensamiento diario era cómo hacer “para que no me tocaran el culo”. Terminó diciendo entre lágrimas “y cada día alguno me lo tocaba”.
ES evidente que ninguno de quienes así la habían agredido tuvieran otro interés que el de mostrar la impunidad de sus actos al ser cometidos sobre un supuesto inferior.
SEGURAMENTE, todo el entorno de aquella redacción pensaba lo mismo; pero ese silencio cómplice e imperdonable venía propiciado y amparado por la estructura de una empresa que auspiciaba esa agresión y certificaba a los ojos de esa redacción que ella era inferior de una forma muy clara y con una acción mensual perversa: le pagaba menos que a los hombres.
DENTRO de cualquier estructura empresarial los salarios son la forma de compensar a los trabajadores por su aporte laboral al cumplimiento de los objetivos de esa corporación. La suma destinada por la empresa a esa compensación está en relación íntima y directamente proporcional a la valoración del aporte que hace cada trabajador.
POR otro lado, para cada uno de ellos -al margen de otros consideraciones opinables y subjetivas- el salario que recibe le está indicando que consideración tiene de él la empresa respecto de su aporte al proyecto empresarial.
EN sencillo; si cobras menos que otros es que la empresa ha valorado que aportas menos que otros, porque vales menos, porque puedes menos o porque realizas un trabajo de menor significación para el proyecto. En definitiva y en general, porque te consideran un trabajador de menor valor.
POR lo tanto, cuando a una mujer se le paga menos sin que existan ninguno de los supuestos anteriores se le está diciendo a toda la plantilla masculina que esa colega vale menos que ellos por el simple hecho de ser mujer.
HAN abierto la puerta al acoso laboral y la discriminación de género.
El calvario de las colaboradoras
A la miseria anterior, nuestras periodistas han debido sumar que, la mayoría de ellas, en algún momento han decidido hacer posible la conciliación de su actividad profesional con la existencia de una vida familiar y de una maternidad responsable. Para hacer este casi imposible encaje, fueron muchas las periodistas que, cuando aún había trabajo en las plantillas, escogieron la variante de ser “colaboradoras”. Es decir, cumplir con todas las obligaciones profesionales de un redactor, pero librarse de un horario regular que le impediría repartir su tiempo con las obligaciones familiares que había asumido.
AUNQUE esto conllevara no disponer de seguro de desempleo, vacaciones ni pagas dobles como corresponde en otros países; además de cobrar menos o trabajar más para hacer un sueldo digno, no acceder a las promociones propias de una plantilla y que su estabilidad profesional dependa de los antojos de sus jefes. He visto excelentes profesionales que habiendo tenido a su cargo secciones claves de una publicación durante varios años que, un día cualquiera, se vieron sin trabajo por el simple cambio y capricho de un redactor jefe.
ES cierto que tenían el recurso de acudir a su sindicato y denunciar ante magistratura los años que había trabajado en fraude de ley, pero ellas también sabían que en algunos grupos editoriales existían las “listas negras” y denunciar estas infracciones significaba renunciar a trabajar en cualquier publicación de ese grupo. Hay “relaciones humanas” que son expertos en estas miserias.
ESA situación de permanente vulnerabilidad que ha sido siempre trabajar como colaboradora periodística se agravó con la última crisis/estafa que hace unos ocho años retiró a gran parte de estas colegas del mercado. Según últimos datos, el 62% de los periodistas en paro son mujeres.
UNA de las escasas periodistas que ha llegado a vice directora del diario de un gran grupo empresarial me explicaba que parte importante de su éxito profesional residía en que “soy soltera y no tengo hijos…”
Vulneración de los derechos humanos
UN reciente estudio de la Comisión Europea señalaba que “la diferenciación salarial por sexos está determinada por una mayor precariedad laboral de las mujeres, más contratación a tiempo parcial, división sexual del trabajo, peor valoración de los sectores tradicionalmente femeninos, y ausencia de suficientes servicios públicos para posibilitar la conciliación, lo que con frecuencia obliga a las mujeres a interrumpir su vida laboral o a ralentizarla. Además, hay una desigualdad en complementos, incentivos y horas extra.”
SEGÚN datos de la misma organización europea, la mujer dedica tres veces más tiempo que el hombre a las tareas domésticas o al cuidado de una familia, que en la mayoría de los casos comparte con un hombre, y que ésta desproporción “en el mercado laboral se refleja en que más de una de cada tres mujeres reduce sus horas pagadas a tiempo parcial mientras que sólo uno de cada diez hombres hace lo mismo”.
LO que ese informe europeo no refleja es que, por lo menos en el periodismo, esa reducción salarial “voluntaria” nunca significa trabajar menos. Estas periodistas cumplen con todas las obligaciones y entregan sus piezas en el plazo fijado y con la misma diligencia profesional que el resto de sus compañeros, solo que dejan la redacción un par de horas antes para recoger a los niños del colegio, reemplazar a la “canguro” que pagan de su menguado salario o asistir a un familiar enfermo. Los datos sobre la “brecha salarial” entre hombres y mujeres muestran que el salario medio bruto de ellos es de 2.075 euros mensuales, mientras que ellas perciben 1.661. Además, las mujeres que ganan menos de mil euros es el doble que el de hombres. Todo esto no es opinable, son datos.
EL índice global que elabora el Foro Económico Mundial (WEF), que mide esta brecha también en cuanto a salud, educación, economía y política, concluye que “una mayor educación global no ha tenido una repercusión equivalente en facilitar más oportunidades laborales a las mujeres, independencia económica o liderazgo”. Con lo cual para el WEF, no solo hablamos de derechos humanos; la desigualdad también perjudica la economía y sostiene que “podría aumentar el PIB mundial en 5,3 billones hasta 2025 si la brecha de género en la participación económica mejorase un 25% durante el mismo periodo.”
De la BBC a RTVE terminando en Rajoy
LA renuncia de una periodista de la BBC por cobrar menos que algunos de sus compañeros encendió el debate sobre la brecha salarial y el sexismo en el trabajo en el Reino Unido.
CARRIE Gracie, abandonó este enero su puesto como responsable de la cadena pública BBC en China porque su salario era menor que el de sus colegas en Estados Unidos y Oriente Medio. Esto ha conmovido al Parlamento británico que ha decidido que esto sea analizado por el comité de Asuntos Digitales, Cultura, Medios y Deporte de la Cámara de los Comunes. Un comité formado por once diputados de los partidos Conservador, Laborista y Nacionalista Escocés (SNP), y donde comparecerán el director general de la BBC, Tony Hall, su presidente, David Clementi, y la secretaria general del sindicato National Union of Journalists (NUJ), Michelle Stanistreet.
EN RTVE el último informe del Plan de Igualdad publicado el pasado octubre revelaba “el 35,3% de las acciones previstas no se han realizado y que el 63,2 % de los objetivos marcados no se han cumplido”.
OTROS datos muestran que los hombres en TVE cobran de media 47.280 euros, mientras el sueldo medio de las mujeres es de 43.195 euros que cobran las mujeres. Esto se traduce en una diferencia de un 8,6%.
EN cuanto a complementos salariales, los hombres perciben de media 9.820 euros frente a los 7.441 euros que ganan las mujeres, una diferencia salarial del 24%.
ISLANDIA, Alemania, Reino Unido, entre otros, llevan meses poniendo en marcha iniciativas legislativas para combatir la brecha salarial. En el primero de esos países desde comienzo de este año son penalizadas las empresas que no pongan fin a esta iniquidad.
EN el país germano, menos drástico, ya existe una norma que garantiza el derecho de las trabajadoras a ser informadas sobre el salario de los compañeros que hacen el mismo trabajo; aunque las empresas de más de 500 trabajadores tendrán que analizar periódicamente su estructura salarial y comprobar si se cumple el principio de igualdad retributiva.
EN el Reino Unido, desde el próximo abril, todas las empresas de más 250 empleados tendrán que hacer público su grado de brecha salarial y que medidas implantarán corregirla.
EN España, estamos pendientes de que el Congreso de los Diputados tramite una proposición legislativa de Unidos Podemos que pretende desarrollar una ley que garantice la igualdad en los salarios. Ya veremos cómo y porqué cauces discurrirá esta iniciativa que, si queremos que sea eficaz, debería fijar sanciones claras y eficaces para quienes se resistan a terminar con esta injusticia.
NO lo veo sencillo, porque incluso el presidente del Gobierno ha dicho, preguntado por esta materia, que "los gobernantes deben ser muy cautos a la hora de saber cuáles son sus competencias", danto a entender que la vulneración de un derecho humano en España no le compete. Preguntado, de forma concreta, si las mujeres deben gozar de igualdad retributiva se despachó con “no nos metamos en eso”.
SI Mariano Rajoy no se quiere meter en las necesidades de la ciudadanía, ni corregir las desigualdades, ni la vulneración de los derechos de nuestras mujeres debería abandonar el Gobierno; porque sabe que tiene la obligación de hacerlo.
PUEDE ver aquí anteriores artículos de Dardo Gómez:
-03/01/18 La regulación de la prensa británica avanza
-13/11/17 La cobardía no se incluye en el sueldo del legislador
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