OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista y secretario general de FeSP

dardo_gomez.jpg30/12/09. Opinión. “El derecho a la información camina por senderos sembrados de minas que se activan, no se sabe bien cuándo ni por qué. Los últimos datos de la profesión indican que la regulación del uso de la información es imprescindible si nos importa la supervivencia de la democracia...

OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista y secretario general de FeSP

dardo_gomez.jpg30/12/09. Opinión. “El derecho a la información camina por senderos sembrados de minas que se activan, no se sabe bien cuándo ni por qué. Los últimos datos de la profesión indican que la regulación del uso de la información es imprescindible si nos importa la supervivencia de la democracia y la dignidad de nuestra profesión. Todos los diagnósticos coinciden, pero muy pocos quieren ponerle remedio a la enfermedad”, el secretario general de la FeSP, Dardo Gómez, cierra el año con esta colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en la que realiza un terrible diagnóstico sobre el estado actual de la profesión periodística.

Con las minas bajo los pies

TRANSCRIBO
del digital periodistas-es al colega Rafael Jiménez Claudín: En el Informe Anual de la Profesión Periodística 2009, de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), presentado este 17 de diciembre, se constata el deterioro de las condiciones laborales de los periodistas durante el último año. Según la encuesta efectuada por Demométrica entre mil periodistas para este informe, la precariedad laboral y el desempleo (41,3 por ciento de los encuestados) han desbancado, por un margen muy amplio, al intrusismo (18,5 por ciento) como principal problema en la profesión. Asimismo, más de la mitad de los consultados (57,6 por ciento) reconoce sufrir presiones en el ejercicio diario de su labor.teclado

EN la misma encuesta, los periodistas reconocen que a la hora de informar abusan de fuentes anónimas (un 68,2 por ciento) y que las fuentes no se contrastan lo suficiente (un 83,9 por ciento)”. Otra parte de la referida encuesta nos señala que 23 de los 40 directores de medios consultados de prensa, radio y TV han coincidido en que la crisis ha reducido la independencia de los medios frente a las fuentes de financiación.

COMO nada de lo anterior puede salir gratis, el 60 por ciento de los españolitos, dice la encuesta, tienen una imagen regular, mala o muy mala de los periodistas y de los medios en España. Pero no es el único informe llegado en 2009 para destrozarnos la moral, el presentado el mismo día en Logroño dice que por allí también pintan bastos y en Cataluña corroboran un perfil similar.

CERRANDO el año hemos conocido el infame proyecto del Gobierno de desregulación del espacio audiovisual y de entrega de los bienes de la información a las multimedias; quizá sean solo dos, las empresas que de aquí a un rato se hagan con más de la mitad del espacio de la comunicación audiovisual de los españoles.

Las guindas de 2009

Y ya de últimas, dos rúbricas de esas que echan sal encima de las ampollas.

LA primera, el lamentable tratamiento dado por casi todos los medios de España al caso de la muerte de una niña en Tenerife; algo que debería haber conmovido las vergüenzas de los directivos de muchos informativos, pero no lo ha hecho.

cadena_ser.jpgLA segunda, una sentencia de un juzgado en lo penal que aplica penas de cárcel a dos periodistas de la Cadena SER que habiendo cumplido con todos los recaudos recomendados en la elaboración de la información, resultarían culpables de haber utilizado para su difusión la web de la emisora.

EL magistrado en cuestión no pone en duda lo "noticiable" de la información, ni su veracidad, ni la diligencia en su tratamiento; pero entiende que "la protección constitucional al derecho a la información se refiere a los medios de comunicación social (televisión, radio o prensa escrita), pero debe matizarse que Internet no es un medio de comunicación social en sentido estricto, sino universal".

UNA interpretación más que discutible que muestra, por lo menos, que este administrador de justicia tiene una visión muy particular de los medios en la Red. Tan particular que se aparte de todos los criterios académicos sobre Internet y que, en nuestro caso anula la vigencia en estos medios del artículo 20 de la Constitución Española.

ES decir, dos periodistas tirados a los cascos de una interpretación; que es recurrible y será recurrida, pero que no deja de inquietar.

ES un hecho más de los que ponen en evidencia que el derecho a la información en España camina por senderos pantanosos sembrados de minas activables, no se sabe bien cuándo ni por qué.

Diagnóstico terrible

ESTE estado del derecho a la información en España no lo descubrimos hoy, hace años que el pobre está en la UVI. A raíz de estos últimos hechos quiero recordar un editorial del 23 de octubre de 2005 del diario El País que afirmaba: “A pocos observadores atentos se les escapará que el periodismo atraviesa en España uno de los momentos más críticos de su historia reciente. La lista de males no es corta: quiebra de la deontología profesional; manipulación de la información para someterla a intereses espurios; falta de transparencia de muchos medios sobre su estructura o su ideario y fragilidad laboral de amplios sectores profesionales. Todo ello ha cristalizado en una preocupante indefensión de los ciudadanos ante los abusos de algunos medios. Unos abusos que, en demasiadas ocasiones, derivan llana y simplemente en corrupción”.

informe_asociacion_prensa_madridEL caso es que este diagnóstico terrible se cerraba con la recomendación de no regular el estado de las cosas y después de reconocer que los debates sobre los procesos regulatorios, librados con éxito en el resto de Europa “no han alcanzado el nivel de ruido del caso español, correlato exacto de la amalgama de insultos, infamias, intromisiones en la intimidad, amarillismo o confusión entre información y opinión que diariamente trata de pasar por periodismo de calidad en los quioscos y en las ondas de este país”. Para cerrar no se corta y advierte de intenciones que traspasan “el amplísimo territorio de la opinión para adentrarse resueltamente en los pantanos de la desestabilización de las instituciones democráticas, (lo que) constituye otra peculiaridad española que no tiene parangón en el resto de Europa”.

Quién pone remedio

ESTE diagnóstico terrible de la enfermedad (que no fue desmentido por nadie), más los resultados de estudios como los comentados más arriba, hasta ahora, siempre han terminado en un ejercicio estéril arropado por declaraciones rimbombantes o comunicados declamatorios.

SON pocos los que proponen medidas concretas, la mayoría tocan el violín o reinventan fórmulas  de autorregulación para no mojarse los pies; cualquier cosa antes que reclamar un organismo regulador plural e independiente con capacidad sancionadora.

SI no se hacen tortillas sin romper algún huevo; tampoco se pone freno a esta situación que ya ha entrado en el despropósito, sin tocarle la cresta a las empresas de medios y marcarles de manera clara los límites que ya señalan todos los códigos deontológicos del periodismo que se han dado las organizaciones de periodistas.

HAY más códigos que setas, cada uno copia matizada del anterior, pero por ellos mismos no pueden insuflar a las organizaciones el coraje que les falta para luchar para hacer de esas palabras una garantía de información veraz.

CLARO está que cada uno administra sus miedos como puede y que el cuidado de los intereses es subjetivo; y en este caso no podemos ocultar que hablamos de los miedos e intereses de los grupos políticos y los directivos de muchas asociaciones profesionales del periodismo.

TODOS ellos siempre más proclives a arrimarse a la sombra de los dueños de los medios que a preocuparse por la defensa de la dignidad de la profesión y la defensa de los derechos de la ciudadanía.

¡FELIZ y más justo 2010!