OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista y secretario general de la FeSP

dardo_gomez.jpg10/09/10. Opinión. “Prisa es dueña del 15% de la acciones de una empresa que la última dictadura argentina robó a sus legítimos propietarios para dejarla en las manos mayoritarias de sus actuales dueños: los grupos Clarín y La Nación. Ambos diarios colaboracionistas de la dictadura...

OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista y secretario general de la FeSP

dardo_gomez.jpg10/09/10. Opinión. “Prisa es dueña del 15% de la acciones de una empresa que la última dictadura argentina robó a sus legítimos propietarios para dejarla en las manos mayoritarias de sus actuales dueños: los grupos Clarín y La Nación. Ambos diarios colaboracionistas de la dictadura militar. El Grupo Clarín aspira a alcanzar el monopolio de la información en Argentina y en España también recibe el apoyo de ABC; lo que tampoco extraña ya que Vocento junto con Clarín y La Nación conforman CIMECO (Compañía Inversora en Medios de Comunicación), que es propietaria de los diarios argentinos Los Andes, de Mendoza, y La Voz del Interior, de Córdoba” informa el secretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), Dardo Gómez, en esta colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, para resaltar que mientras en España “seguimos pensando en las musarañas, en los países latinoamericanos los periodistas tienen claro el peligro que la concentración de los medios representa para la democracia”.

El sur existe y habla claro

LOS periodistas de Latinoamérica tienen muy claro que los riesgos para el derecho a la información no sólo provienen de las ambiciones del poder político; por eso luchan para poner freno a los intereses económicos de las empresas de medios y hacer efectiva la libertad de comunicación de la ciudadanía.

EL sopor del agosto europeo se ha marcado, en los medios de comunicación, por el goteo de más de lo mismo y la descarga cerrada de deportes y catástrofes, no sabemos si reales, ocurridas en las antípodas.

POR suerte, el creador decidió hace millones de años que en el hemisferio sur fuera invierno y que los humanos de esas latitudes continúen preocupándose por las cosas de comer a pesar de nuestro sopor.

LAS noticias que nos llegan de aquellos lares nos están indicando que hay entre los periodistas de allá abajo una seria preocupación por el derecho a la información y, lo más importante, que esta se manifiesta en la búsqueda de soluciones concretas.

SEGURAMENTE, porque ellos parecen tener mucho más claro que los periodistas españoleslibertad_prensa dónde está el peligro para el ejercicio pleno de ese derecho y nombran con voz alta y clara lo que en España se dice de tapadillo o con retorcidos discursos que más ocultan que denuncian a los culpables.

El riesgo de los monopolios

EN medio del susodicho sopor me despertó una declaración de la señora Manuela Gumucio, directora general del Observatorio de Medios FUCATEL, (www.observatoriofucatel.cl) en las que señaló que Chile es un país muy limitado en cuanto a la libertad de expresión y que un fiel reflejo de ello “es el monopolio de dos grandes consorcios en la prensa escrita como son El Mercurio y Copesa”.

ES claro que estas palabras no les gustarían nada a los señores de UTECA, la patronal consejera de nuestro Gobierno en materia de comunicación.

LA señora Gumucio siguió diciendo cosas como estas: “Este es un país con un enorme déficit de debate público, las grandes reformas de Chile no han sido objeto de suficiente discusión pública ni confrontación de ideas, esto no le permite a la sociedad poder ver las distintas aristas de cada reforma y eso le hace mal a Chile”. Lo releí, porque pensé que estaba hablando de España.

Y lo mismo me ocurrió con el párrafo siguiente en que habló de la situación de los periodistas: “Su bajo estatus y el debilitamiento se debe a la dureza de las líneas editoriales que se traducen en formas de censura. Ya no tiene sentido que los periodistas firmen sus notas si han sido orientadas netamente a lo que el medio quiere comunicar”.

También en Paraguay

ESTO llegaba, en medio de agostidad, del litoral Pacífico; pero del mismo centro de la América del Sur los colegas del Sindicato de Periodistas de Paraguay nos decían que se lanzaban a organizar las fuerzas sociales en torno al constituido Colectivo por la Democratización de las Comunicaciones.

SUS propósitos son que el parlamento de su país apruebe una ley de comunicación que garantice el 33% del espectro parasudamerica los medios comunitarios, e igual porcentaje para las emisoras públicas y comerciales y un reglamento que garantice el derecho a la expresión a todas las personas y grupos sociales.

COMO
los utecas y aedes de aquellas tierras han reaccionado alegando que esto atentaría contra la libertad de prensa, la respuesta de los compañeros paraguayos ha sido certera: “Es lógico este intento de amordazar las voces plurales de la sociedad, que aunque débiles en comparación con las enormes cadenas comerciales, realizan la tarea cotidiana y tenaz de expresar las opiniones, demandas y reclamos de los grupos más desposeídos del país: los asentamientos campesinos, los bañados de Asunción, los asentamientos urbanos, las organizaciones de mujeres, de pueblos indígenas, de trabajadoras y trabajadores”.

Apoyo de la FEPALC

LA Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC) se ha apresurado a dar su total apoyo a la iniciativa de los colegas paraguayos y manifestado que
la FEPALC “impulsa esta iniciativa, que sigue los pasos de otros esfuerzos mayores en la región, puesto que garantiza a toda la población el ejercicio de una libertad tan elemental, tan inherente, como lo es la libertad de expresión, evitando la concentración de bienes y medios, cada vez en menos manos”.

CUANDO la organización que preside el periodista brasileño Celso Schroder habla de “otros esfuerzos mayores” sin duda se refiere a los “21 puntos por una Radiodifusión Democrática en Argentina”; el documento de consenso elaborado por el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) que fueron recogidos por la recién promulgada Ley de Servicios Audiovisuales.

UNA ley que establece límites a la propiedad cruzada de medios, reserva un tercio del espectro radioeléctrico a las TV comunitarias, establece cuotas de producción audiovisual local, entre otras medidas fundamentales para sustentar la libertad de expresión y el derecho a la comunicación de la ciudadanía.

Prisa se inquieta

ESTO en una Argentina a la cual los editoriales de El País le vienen dedicando señalado espacio para aventar el supuesto peligro para la libertad de prensa que representaría que se investiguen los orígenes de la propiedad de la empresa Papel Prensa.

ESTA es la mayor y casi única fabricante de papel para periódicoselpais.jpg de aquel país y que, según denuncian los propietarios de los periódicos locales argentinos, ejerce un monopolio que maneja precios y cuotas de papel a su antojo. Tanto que algunos diarios argentinos deben importar papel para escaparse de sus garras.

ESTO último no lo dice el diario de Prisa que, por esas cosas de la vida, es dueña del 15% de la acciones de una empresa que la última dictadura argentina robó a sus legítimos propietarios para dejarla en las manos mayoritarias de sus actuales dueños: los grupos Clarín y La Nación. Ambos diarios colaboracionistas de la dictadura militar.

EL
Grupo Clarín aspira a alcanzar el monopolio de la información en Argentina y en España también recibe el apoyo de ABC; lo que tampoco extraña ya que Vocento junto con Clarín y La Nación conforman CIMECO (Compañía Inversora en Medios de Comunicación), que es propietaria de los diarios argentinos Los Andes, de Mendoza, y La Voz del Interior, de Córdoba.

Dónde está el peligro

EL conjunto de información nos muestra que mientras en España seguimos pensando en las musarañas, en los países latinoamericanos los periodistas tienen claro el peligro que la concentración de los medios representa para la democracia y que su defensa del derecho a la información debe incluir la defensa del derecho a la comunicación de la ciudadanía.

ESTO, por supuesto, no disminuye los peligros intervencionistas de los gobiernos estatales o locales sino que lo duplica; pero los periodistas latinoamericanos no se engañan con los cantos de sirenas de los supuestos defensores de la libertad de prensa que solo defienden el interés de sus accionistas. Si esto es elogiable, lo es más que esto lo estén haciendo cuando en muchos de esos países el ejercicio honesto de la profesión conlleva el riesgo físico de los periodistas.