OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista
07/11/13. Opinión. Dardo Gómez, periodista y ex secretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), escribe en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com una reflexión sobre el debate mediático que se vive estos días en el Reino Unido, acerca de la legislación que está por aplicarse tras la publicación del conocido como “Informe Leveson”. La corona británica ya ha aprobado esta Ley que busca defender los derechos de los lectores de los medios frente a los abusos de la prensa.
Los editores claman contra la nueva Ley: la consideran una afrenta para la libertad de los medios.
Derrota de la farsa de la autorregulación en Reino Unido
LA mafia mundial de los editores desatará en estos días todos los vientos del infierno contra la nueva regulación de la prensa que se quiere inaugurar en Gran Bretaña. Mentirán hasta por las narices; por eso nos conviene estar informados de qué pretende la nueva Ley británica ya en marcha y los avances que se pretenden instaurar en defensa de la ciudadanía.
EL Gobierno británico aprobó el pasado miércoles 30 el estudio de un nuevo sistema regulador de la prensa. El proyecto recibió la firma de la corona tras la propuesta conjunta de todos los grupos parlamentarios del Reino Unido. Esta decisión llega casi un año después del conocido “Informe Leveson”, que analizó el estado de la prensa en aquellos países y propuso una serie de medidas de regulación con respaldo legal para responder a la demanda de los ciudadanos que se habían visto afectados por los desmanes de la prensa.
LOS legisladores fundamentan su decisión en que quieren poner fin a la cultura del escándalo de la prensa y, como señala la ministra de Medios de Comunicación, Maria Miller: "Protegerá la libertad de prensa y permitirá que haya compensación cuando se cometan errores”.
ES una ministra que ya se ha ganado todos los epítetos de los medios porque rechazó la propuesta de la patronal, al considerarla “más de lo mismo”.
ESTA decisión de todo el arco parlamentario británico ha sido calificada por estos medios de "draconiana" y, por supuesto, como una “amenaza para la libertad de expresión”.
A esta actitud se han sumado la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA), la Asociación Mundial de Revistas (FIPP) y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que pide a la reina británica que rechace una legislación (que ella ya ha firmado) y que, según ellos, impondría "controles represivos" sobre la prensa. También recuerdan que el Reino Unido ha sido un ejemplo de libertad de prensa.
NO entienden que la nueva legislación se ha propuesto, precisamente, porque esa prensa “ejemplar” y su organismo autorregulador, creado por los editores, ha caído en el descrédito ante la opinión pública por haber permitido todas las vulneraciones cometidas en Gran Bretaña por los medios de Rupert Murdoch.
Y aún no está la Ley
EN rigor de la verdad, esta legislación, que espanta a los editores, aún no existe. Lo que se ha aprobado con la firma real es la decisión parlamentaria de crear con respaldo legal a un organismo regulador de la industria de la prensa que facilite a las personas que se consideren maltratadas por los medios que sus quejas sean escuchadas, y que, de comprobarse esas faltas, el organismo pueda imponer multas por ellas.
PESE a que la nueva legislación ha sido consensuada por los principales partidos con el apoyo de varias organizaciones sociales, entre ellas el sindicato de periodistas británicos, los editores han intentado bloquear el nuevo sistema apelando los tribunales, argumentando que significará una supuesta interferencia política en los medios, lo que la Alta Corte británica ha rechazado.
ENTRETANTO, los miembros del colectivo “Pirateo Fuera” en el que participan actores como Hugh Grant o Steve Coogan, y la escritora JK Rowling, víctimas de Murdoch, han saludado el proyecto y manifestado que “la oposición adoptada por la industria de prensa muestra el grado de denegación de sus responsabilidades y es una afrenta impresionante a la democracia que se nieguen a aceptar cualquier sistema que los haga responsable de sus acciones”.
Cómo empezó todo
LAS nuevas normas de regulación británicas se espera que estén inspiradas de forma sustancial en el llamado Informe Leveson, que es la conclusión de una investigación oficial realizada por magistrado Lord Justice Leveson sobre la "cultura, la práctica y ética de la prensa".
EN el informe, publicado el 29 de noviembre de 2012, Leveson hacía una serie de recomendaciones sobre cómo debería ser regulada la prensa británica.
LA investigación de la comisión Leveson se dispuso en el verano de 2011 a raíz del escándalo de las escuchas telefónicas de News of the World, que había "pinchado" los mensajes de correo de voz de teléfonos móviles de celebridades, políticos y miembros del público.
EL ejemplo más sangrante fue el de Milly Dowler, una chica de 13 años asesinada y cuyo correo de voz fue falseado por el medio, después de haber desaparecido la niña, para hacer creer a la familia que estaba viva y hacer crecer el impacto de la noticia.
ESTE escándalo puso al descubierto las conexiones entre la prensa, la policía y los políticos, que eran comprados o extorsionados por los editores y especialmente por los medios de Murdoch.
EL gobierno de Cameron, también implicado en esa trama, se vio obligado por el clamor público a encargar a Leveson que investigara esas extrañas relaciones.
DE lo más importante de esa investigación fue la intervención como “testigo de mérito” del sindicato de periodistas británicos (National Union of Journalists – NUJ) que aportó pruebas concluyentes de cómo, a través de los años, la Comisión de Quejas de Prensa (Press Complaints Commission, PCC) archivó todas las denuncias presentadas por el sindicato y miró hacia otro lado ante las vulneraciones del derecho a la información.
LEVESON no pudo sino concluir que el PCC había sido totalmente ineficaz. No había respondido a sus responsabilidades y había actuado protegiendo los intereses de los editores.
ESTA PCC es la misma comisión que fue presentada en Madrid por el diario El País y algunas organizaciones profesionales, hace ya algunos años, como un ejemplo a seguir. De hecho, este “ejemplo” ha servido de inspiración a organismos españoles de similar eficacia.
El nuevo organismo
ANTE estas evidencias, Leveson ha considerado que es necesario un nuevo organismo de normalización de la prensa a la que puedan acudir quienes se consideren perjudicados por ella a pedir justicia sin tener que pasar por los tribunales.
LEVESON propone que el nuevo organismo pueda aplicar multar a los periódicos de hasta 1 millón de libras (US$ 1,6 millones) por malas actuaciones y, paralelamente, promover estándares altos de calidad y fomentar la transparencia en los medios. Estima que este organismo debe ser independiente tanto del gobierno como de la prensa, y que debe estar respaldado por la Ley y recomienda algún tipo de organismo "verificador" que compruebe cada dos o tres años que este organismo esté haciendo su trabajo de forma correcta.
SOBRE la pluralidad de medios y el poder de los "barones de la prensa" como Rupert Murdoch, Leveson se muestra cauto y afirma que el mecanismo para garantizar la pluralidad de medios es una "cuestión técnica en la que la investigación (la suya) no es el lugar más indicado para llegar a una conclusión definitiva”. Cree que corresponde a los legisladores aportar esa solución.
Y, de momento, no hay más
LO que ha excitado hasta los nervios a los editores es que todo esto se fije por una ley del Estado; ellos son unos apasionados de la no regulación; es decir de la regulación de la selva.
Las recomendaciones del informe
INSISTO, toda la irritación de los editores ha surgido porque odian que se les aplique Ley alguna y porque temen que las conclusiones del informe del juez Leveson sean incorporadas al nuevo organismo.
SI alguna persona teme que esto pueda significar un atentado contra la libertad de prensa y la de expresión -como será publicado por los medio españoles en los próximos días, si no lo ha sido ya-, os invito a que juzguéis por vosotros mismos si se desprenden esos peligros de estas sugerencias del juez Leveson.
1) Creación de un nuevo organismo independiente para regular la prensa, respaldado por una legislación que esté "libre de cualquier tipo de influencias por parte de la industria y el Gobierno".
2) El nuevo organismo no tendría potestad para bloquear la publicación de noticias, aunque sí podría solicitar correcciones o disculpas e imponer multas de hasta un millón de libras (1,2 millones de euros) o el 1 % de la facturación del medio.
3) Ese nuevo organismo podría ser supervisado cada dos años por el Ofcom, el regulador británico que actualmente vigila la actuación de las radios y las televisiones.
4) La adhesión a este organismo no sería legalmente obligatoria aunque, en caso de que algún medio optara por desvincularse, Leveson recomienda que sea regulado a través del Ofcom.
5) Leveson propone la publicación, cada tres meses, de todas las reuniones que se celebren entre periodistas, directores y propietarios de medios de comunicación, así como el contenido de sus conversaciones.
6) Los agentes de policía deberían publicar también los detalles de sus contactos con la prensa.
7) Se sugiere el establecimiento de un servicio de arbitraje, en relación con reclamaciones civiles, a cargo de jueces retirados o abogados.
8) El nuevo organismo debería tener potestad para investigar posibles violaciones graves o sistemáticas del código de conducta de la prensa.
9) Se recomienda que el presidente y otros miembros del nuevo organismo no sean directores de periódicos, y que todos ellos sean independientes.
Quiénes dicen sí
FRENTE al listado de siglas de las patronales de editores con que nos agobiarán los editoriales e informaciones sesgadas de los medios manipuladores de siempre están las opiniones de otras organizaciones, realmente de periodistas y especialistas independientes en comunicación, que no se verán reflejadas en esos artículos.
LA más importante, la de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y del propio sindicato NUJ, que han dado la bienvenida al llamado de Leveson porque sea incluida una "cláusula de conciencia" en los contratos de los periodistas para que estos no deban enfrentarse a acción disciplinaria alguna si se niegan a realizar tareas que se les encomienden y que consideren poco éticas. También que se incluya la obligación legal para el gobierno de proteger la libertad de prensa, por primera vez, en el Reino Unido.
SIN embargo, los que creemos en las leyes como protectoras necesarias de la libertades no debemos lanzar las campanas al vuelo. Ahora comenzará un ataque enconado, feroz e internacional de los grandes grupos de comunicación contra el proyecto británico.
RECORDEMOS el ejemplar informe McBride "Voces múltiples, Un solo Mundo", encargado y publicado por la UNESCO. En 1980 terminó en la papelera ante la oposición de estos mismos personajes, que con su presión llevaron al presidente Reagan a retirar a su país de ese organismo internacional.
Y aquí, en España, no olvidemos que llegamos a tener un proyecto de Estatuto del Periodista Profesional admitido a trámite del Congreso de los Diputados en noviembre de 2004, y que murió de inanición por la falta de coraje cívico de los legisladores -algunos aún en activo-, que se acojonaron ante la presión de los dueños de los medios.
SON enemigos de cuidado.
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