OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista

06/03/14. Opinión. Dardo Gómez, periodista, colabora en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com y en esta ocasión presenta al Foro Andaluz de Educación, Comunicación y Ciudadanía, que trabaja a destajo para procurar a la autonomía de una Ley Audiovisual moderna. Para Gómez, el foro está “marcando el camino a las plataformas ciudadanas que están despertando”.

Algo importante se cuece en Andalucía

EL Foro Andaluz de Educación, Comunicación y Ciudadanía está realizando un estupendo trabajo para dotar a esa autonomía de una Ley del Audiovisual moderna, y está marcando el camino a las plataformas ciudadanas que están despertando para reclamar su Derecho a la Información y la Comunicación.

EL panorama general de inacción ciudadana ante esta suerte de contubernio de los grandes medios contra el Derecho a la Información de la ciudadanía parece que comienza a resquebrajarse.

SEGURAMENTE, la contumacia de los informativos de TVE y otros medios públicos, más la escandalosa cobertura de la revuelta vecinal de Gamonal, o la persistente llovizna de desinformación que a diario nos dispensa la gran prensa española, estén contribuyendo a este incipiente despertar.

APENAS un despertar, pero importante; porque se produce en momentos de un notable bloqueo de gran parte de los informadores, agobiados por la necesidad de preservar sus puestos de trabajo.

MIENTRAS que, por otro lado, los tremendos datos y diagnósticos sobre nuestra pésima calidad informativa que aportan los investigadores de la comunicación, faltos de los canales necesarios, son apenas de “consumo interno” en las cátedras, pero no llegan a la ciudadanía.

MÁS temprano que tarde, habrá que plantearse desde esas cátedras si no ha llegado el tiempo de asumir un mayor compromiso con la ciudadanía y -como ha sucedido en otros países- convertir esos sesudos estudios en piezas de artillería contra la manipulación informativa.

EN distintos espacios del Estado español se están gestando redes o plataformas inquietas por esta situación que tratan de hallar fórmulas para hacer verdad ese derecho a recibir información veraz y plural.

ENTRE esas actuaciones hay una que está destacando de manera notable y es la del Foro Andaluz de Educación, Comunicación y Ciudadanía, que integra en torno a 40 organizaciones ciudadanas, de variado perfil pero con la misma inquietud que anuncia su nombre.

ESTE Foro está perfilando una actuación que yo creo de gran trascendencia a partir de la decisión del Gobierno andaluz de aprobar, a lo largo de esta legislatura, la Ley Audiovisual Andaluza, “que vendrá a fijar el marco jurídico en el que se desarrollen las relaciones entre los empresarios del sector, la Administración autonómica y los ciudadanos andaluces”.

Un caso de estudio

EL proceso de este Foro andaluz ya se ha convertido en caso de estudio y ha sido analizado por Cristina Prieto Sánchez, integrante del Grupo de Investigación en Comunicación y Periodismo para la Participación Ciudadana en el Seguimiento y la Evaluación de la Gestión de los Gobiernos Locales. Este grupo es del Departamento de Periodismo de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga.

EN el resumen de su estudio, ‘El foro andaluz de comunicación como caso de empoderamiento ciudadano ante la futura ley audiovisual de ámbito autonómico’, la autora nos adelanta que las organizaciones del Foro “desarrollan desde mayo de 2013 una campaña informativa con debates entre sus integrantes, talleres y encuentros provinciales con la finalidad de concienciar a la ciudadanía de la necesidad de acceder libremente a la información y a los medios.

UNO de sus objetivos es conseguir una ley participada en la que quede regulado el derecho de la sociedad civil a contar con medios de comunicación propios para expresarse.

ADEMÁS, proponen a la Administración andaluza que la futura Ley defina a la televisión como un servicio público y evite la concentración de licencias en manos de pocos operadores. Por último, exigen la concesión de licencias al Tercer Sector y la regulación de las emisoras comunitarias para que puedan desarrollarse dignamente. Ahí es nada…

Aquí hay chicha

PARA mí, quizá lo más interesante del trabajo de este Foro andaluz es que no se dedican a dar dictámenes lacrimógenos, sino que proponen acciones concretas y, sobre todo, que estas se formulas a partir de diagnósticos que formulan sin tapujos la realidad de nuestro espacio de comunicación.

ASÍ, en su documento capital y entre otras formulaciones señalan que “a diferencia de otros países del entorno europeo, el control del espacio público de debate y comunicación está desregulado”.

LOS medios de comunicación son entidades especiales y esenciales para el desarrollo democrático del debate público y deben de ejercer como contrapeso, supervisión y control del funcionamiento político.

SU funcionamiento, así como el de los profesionales de la comunicación ya no sólo necesita de una regulación, sino que ésta debe ser especialmente diseñada para tal propósito, asegurando su independencia y asentando sus bases bajo la vigilancia del ejercicio de las libertades fundamentales.

“CREEMOS que el sistema audiovisual actual ha fracasado y entre las acciones más urgentes está la aprobación de una Ley del Audiovisual Andaluz”. Señores, aquí hay sustancia y no eslóganes puestos en chapas o pegatinas, que pueden ser buenos y generar simpatías, pero que exigen algo más. Algo como esto.

El dedo en la llaga

ESTA gente, apreciados cofrades, sabe de lo que está hablando, sabe dónde están la flaquezas de nuestro sistema y demanda a los poderes andaluces que ese compromiso de Ley Audiovisual no puede recorrer el mismo camino de la infamia por el que se arrastró la ley estatal, que fue diseñado a gusto y placer de la avaricia de los empresas comerciales privadas.

POR eso, el Foro andaluz “demanda una regulación de los servicios de comunicación audiovisual con normas claras que permitan la construcción de un sistema de medios de comunicación audiovisual equilibrado y justo entre los diferentes operadores.”

Y no se pierde en eufemismos cuando señala que “el actual sistema de medios de comunicación audiovisual atenta contra el servicio público inherente a la concesión de este espacio: el espectro radioeléctrico es patrimonio común de la Humanidad (Tratado de Torremolinos, UIT y artículo 33 del Convenio Internacional de Telecomunicaciones con el ajuste alcanzado en Nairobi)”.

POR otro lado, apunta al meollo de la cuestión cuando con meridiana precisión apunta que “los oligopolios y monopolios restringen la pluralidad y la diversidad, limitan la exposición de ideas y voces diferentes en el espacio público y coartan el derecho a la comunicación de la ciudadanía.

POR ello se exige el control de los servicios de comunicación audiovisual a través de medidas eficaces para la limitación en la formación de monopolios y oligopolios, estableciendo mecanismos para su control. Así, consideramos urgente una Ley de Comunicación Audiovisual que asegure un acceso equitativo de todos los sectores al espectro radioeléctrico.”

Y tiran con bala

ESTOS andaluces no se andan con chiquitas ni creen ya en los cuentos de hadas y por lo mismo apuntan para la ley del audiovisual que propugnan que se someta “a todo medio con licencia de explotación de frecuencias al Código Deontológico Europeo, sin menoscabo de la mejora que suponga la adopción de sus propios códigos éticos.

CORRESPONDE a la Administración Pública articular el sistema de garantías necesario para el cumplimiento de la Ley al Código Deontológico y para ello se modificará el Reglamento Orgánico y de Funcionamiento del Consejo Audiovisual Andaluz, que se convertirá en un organismo público e independiente del poder del Gobierno, así como de grupos políticos, económicos y empresariales.

ESTE órgano de control estará integrado por organizaciones representativas de la sociedad civil, colectivos sociales y profesionales. Igualmente se le dotará de capacidad sancionadora y será la autoridad pública responsable de la concesión de licencias en el espectro radioeléctrico, así como de su asignación, supervisión, revocación o prorrogación.”

EN otros capítulos se señala que “Los medios de comunicación deberán estar sometidos a la Ley de Transparencia, sean públicos o privados, posibilitando el conocimiento claro de los ciudadanos sobre la identidad de los propietarios y del nivel de su participación económica en los medios de comunicación.”

ASIMISMO, que es obligación de los Gobiernos velar “para que las leyes garanticen la organización de los medios de comunicación a fin de asegurar la neutralidad de las informaciones, el pluralismo de las opiniones y voces en el espacio público, así como la equidad de género, la diversidad cultural y el derecho a la comunicación de la ciudadanía”.

TODO esto no solo es de justicia, sino que me parece de una clarividencia total; porque es dirigir el visor al centro de la contumacia que rige nuestro sistema.

Voluntad y coraje político

NO me engaño y ya estoy esperando los ataques que recibirán estas propuesta, en cuanto se vayan aireando los contenidos. Una vez más, asomarán los fariseos de siempre a denunciar que se les pretende limitar sus libertades de expresión o de prensa.

ADEMÁS, tanto el Gobierno andaluz como todos los miembros del parlamento autonómicos y sus respectivos partidos comenzarán a recibir (si ya no las están recibiendo) presiones tremendas de las patronales de los medios, que incluso acudirán a sus altavoces internacionales para cercar a los legisladores andaluces.

EL trabajo que está realizando el Foro Andaluz de Educación, Comunicación y Ciudadanía es estupendo, es serio, es documentado, participativo y está marcando el camino a todas las plataformas ciudadanas que están despertando para reclamar su Derecho a la Información y la Comunicación.

CUANDO el proyecto de ley esté perfilado les tocará a los legisladores andaluces y a sus partidos políticos asumir su deber de representantes de esa ciudadanía y actuar en conciencia con valor y coraje político.

EL toro que se les vendrá encima es como el “gallo negro” de la canción.

RECOMIENDO el artículo de Prieto, AQUÍ, y la web del Foro, AQUÍ.

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