OPINIÓN. ¿Me quieren oír? Por Dardo Gómez
Periodista

07/05/14. Opinión. “Una incipiente reacción de la ciudadana y de periodistas independientes está desvelando la impúdica propiedad de los grandes medios; al mismo tiempo, lectores concienciados apoyan la generación de medios informativos fiables”, así es como a juicio del periodista y colaborador de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com Dardo Gómez, a los medios de comunicación se les cae la máscara.

A los medios se les cae la máscara

UNA incipiente reacción de la ciudadana y de periodistas independientes está desvelando la impúdica propiedad de los grandes medios; al mismo tiempo, lectores concienciados apoyan la generación de medios informativos fiables.

CUANDO Thomas Jefferson dijo aquello de que “Prefiero periódicos sin gobierno, a gobierno sin periódicos” estaba en los albores del S. XIX y no pensaba que principios como los del “cuarto poder” o “libertad de prensa” se convertirían en eslogans carentes de sentido que, ante su total pérdida  de valor real, deben colocarse en suspenso para su debida corrección.

AQUEL supuesto “cuarto poder” hoy es el del poder financiero, que se ha hecho propietario de los medios y la “libertad de prensa” es solo la de empresa; aplicada a esos medios y a otros intereses.

DURANTE años gran parte de la opinión pública confió en que los medios estaban para informarle e, incluso, para denunciar los abusos del poder del cual, supuestamente, ellos no participaban.

POR suerte, gran parte del público les ha quitado la máscara y ha observado esta realidad lacerante de que los grandes medios están al servicio del poder y ya no merecen el respeto de la ciudadanía.

EN los últimos meses se está haciendo cada vez más evidente esta disposición de la ciudadanía a plantarle cara a la mediocracia imperante y a reclamar más información sobre quiénes están detrás de esta trama empresarial dedicada a sustraernos el Derecho a la Información.

PORr otro lado, algunos periodistas -por lo menos, una minoría que se está haciendo visible- parece dispuesta a dar la batalla por recuperar la dignidad para el periodismo y la información para la ciudadanía.

ESTOS informadores están generando nuevos medios, la mayoría sobre plataformas digitales, y apelando a formas imaginativas de financiación y a estructuras de redacción de nuevo cuño. No les auguro el éxito a corto plazo y, quizá, tampoco al largo; pero como en la obra de Alejandro Casona hay quien, como los árboles, prefiere morir de pie o, simplemente se conforma con hacer periodismo desde la dignidad.

DE momento, están generando el optimismo del “sí, se puede” entre otros periodistas y están informando bien; lo que preocupa a los poderes acostumbrados a la “prudencia” informativa de los medios tradicionales y despertando el desprecio de algún director tradicional mostrenco con olor a naftalina. Todo esto último, también es bueno.

Combinación explosiva

ESTA coincidencia de los intereses de la ciudadanía y de los informadores ha sido largamente esperada y ha comenzado a plasmarse, aunque tímidamente, y puede devenir en una combinación explosiva. Por lo menos, así parecen dibujarlo algunos fenómenos editoriales de distinta identidad.

UNO de los más singulares ha sido el generado el pasado 14 de abril por el digital gerundense Cafèambllet, quien lanzó a la calle una edición de 145.000 ejemplares papel, gratuitos y sufragados en su totalidad por el micro mecenazgo de sus lectores.

HAN sido 1.619 consumidores de información concienciados de su derecho a ser informados que, además, se involucraron en realizar la distribución del periódico en toda Cataluña a través de las organizaciones sociales a las que pertenecen.

ESTÁN garantizadas, en una primera fase, tres ediciones más de estas características y la doble singularidad es que han sido los propios lectores los que, a través de una encuesta del propio medio, han decidido cuáles son los temas de los que quieren ser informados.

PARA esta primera edición el tema central ha sido "La prensa está en manos de los bancos"; ya que (Oh, sorpresa) los lectores han requerido saber quien está detrás de las principales cabeceras de los diarios comerciales españoles. Albano Dante y Marta Sibina, los editores, informan como los bancos, bien a través de los créditos concedidos o con su presencia en los accionariados, se han hecho con la propiedad de las decisiones editoriales en los principales medios de comunicación escritos. Para llorar…

ANUNCIANDO esta edición, en su portal decían “Las redacciones de los periódicos están llenas de grandes profesionales del periodismo. Pero la propiedad de estos periódicos está en manos de la banca.”

Independientes y en gallego

HACE algo más de dos años los gallegos se habían quedado en la orfandad de medios informativos redactados en su propia lengua; según los gerentes discípulos de las escuelas de comercio al servicio del sistema, la prensa en gallego era inviable.

SUS empresas así lo habían decidido; después de alimentarse durante años de las subvenciones de la administración, servir de alfombra de sus intereses y precarizar a sus redacciones.

PUES, miren por donde, distintas iniciativa de periodistas independientes y de la sociedad civil han demostrado que puede haber medios en gallego de calidad, al margen de los chupópteros periodísticos.

PODEMOS mencionar Praza Pública o Sermos Galiza, aunque hay varias más, pero todos ellos nacidos a partir de suscriptores que demandan la existencia de esos medios; pero quisiera referirme, especialmente, al mensual “Luzes”.

SI ya es toda una singularidad haber avanzado en su proyecto desde las suscripciones; lo es igualmente haber elegido retornar al papel, ofrecer una edición “de lujo” y editar más de cien páginas.

‘LUZES’, que ya va por su quinta edición, se ha puesto a andar con la dirección compartida de Manuel Rivas y Xosé Manuel Pereiro, y en menos de un mes, superó la cifra de suscriptores necesaria para garantizar su continuidad mensual durante un año.

SU declaración de intenciones es todo un manifiesto: “Pretendemos una publicación que recoja la mejor tradición del periodismo. Aquella que establece que las historias hay que contarlas tal como fueron y con el aliento que se precise, no cómo convenga o dónde quepan.
Que los temas que hay que tratar no son los que interesan a los editores ni a los periodistas, sino a los lectores, que son los verdaderos dueños de un medio de comunicación.
Pero también sabemos que nosotros somos como somos, y lo que pretendemos no es satisfacer la demanda de lo que ya se quiere, sino incrementar la oferta de lo que no hay.”

La hora de la ciudadanía

OTRA de las singularidades del momento es la tenue pero creciente participación de la ciudadanía en el diseño del espacio informativo y la proximidad a esa ciudadanía de algunos periodistas o de algunas organizaciones de profesionales de la información que están participando de esas iniciativas.

HACE unas semanas mencioné el trabajo del Foro Andaluz de Comunicación en su trabajo de aportar su visión de los medios audiovisuales que Andalucía reclama y en el cual, está participando el Sindicato de Periodistas de Andalucía. Este foro acaba de publicar un diagnóstico sobre el mundo de la comunicación de las organizaciones andaluzas y auspicia que la sociedad civil participe en los procesos comunicativos.

ALGO similar está ocurriendo en Cataluña donde varia organizaciones ciudadanas -entre ellas el Sindicat de Periodistes de Catalunya- está impulsando la denominada “Xarxa Ciutadana pel Dret a la Informació i la Comunicació” cuyo objetivo declarado es “promover la concienciación, el debate y la movilización social para pedir la regulación de los derechos a la información y a la comunicación”.

AMBOS casos estarían indicando que algunos periodistas se están dando cuenta que son los ciudadanos los que tienen que encabezar la redención y recuperación de algo que pertenece a todos: el Derecho a la Información y la Comunicación.

Y eso también se logra tratando de informar a la ciudadanía de quienes están, de verdad, detras de los medios y de la información que ofrecen.

UN ejemplo de esta tarea es la del periodista Pere Rusiñol, ex de El País y Público, y actualmente colaborador en eldiario.es, “Alternativas Económicas” y la satírica “Mongolia”, que simultanea su tarea de informador con la de divulgador en distintos foros ciudadanos para contar "Quién controla la información". Bueno, ustedes ya lo saben…

DÍAS pasados en un encuentro en la Universitat de València, este periodista decía “En los últimos cuatro o cinco años se ha hundido, y de manera irreversible, el modelo según el cual los medios proporcionaban información para que los ciudadanos tomaran decisiones” y sostenía “creo que lo mejor es que esto se hunda para construir otros modelos en que el periodismo sea posible”.

A una pregunta sobre el futuro de la profesión Rusiñol aportaba “En los medios tradicionales, muy poca salida. Pero la información con alto valor de cambio tiene sentido también en una sociedad capitalista si la información es independiente y buena. Desde un punto de vista meramente capitalista, hay todo un mercado desocupado por conquistar.”

Cambios tibios, pero cambios

NO todos los periodistas están en esta postura, muchos aún se empeñan en creer en los medios concentrados y en muchas organizaciones profesionales continua el respeto reverencial a los “grandes” medios y la mirada desconfiada o despreciativa a las nuevas respuestas que se proyectan tanto desde los profesionales independientes como desde la propia sociedad.

TAMPOCO toda la sociedad ha abierto los ojos a la realidad de un derecho que se les ha venido robando y dejado durante largos años en las manos menos fiables: las de los empresarios de medios.

EL cambio es tibio y ha gran parte de la ciudadanía le cuesta convencerse de esta realidad, quizá porque le duele ver como este Estado la ha dejado tan indefensa en esas manos y, también porque de los nuevos medios carecen aún de la penetración que se merecerían. Hace escasas semana la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), ha firmado un acuerdo de colaboración con Periodismo de Abajo, asociación que edita la revista digital Desinformémonos.

EN ese acto la directora del medio, Gloria Muñoz Ramírez, respondió a los que dicen “que ya cualquiera que disponga de una cámara y una grabadora, y suba su material a las redes sociales, cree que está haciendo periodismo”.

MUÑOZ Ramírez afirmó, “decimos que sí, que cualquiera de nosotros puede ser periodista, pero que no basta con querer serlo sino que tenemos que prepararnos, capacitarnos y, sobre todo, salir a las calles y trabajar con rigor y compromiso”.

POR su parte el decano de la UACM presentó ese convenio como una forma de “tomar contacto con un medio periodístico crítico. La universidad misma debería definirse críticamente, no como las universidades normales que forman profesionales para que después se dediquen solo a competir con el fin de abrirse camino económicamente en la vida”.

SIN duda, en materia de comunicación hay que seguir mirando a la América Latina.

MÁS información en los siguientes enlaces:
http://www.cafeambllet.com/press/wp-content/uploads/2014/04/castellano.pdf

http://www.revistaluzes.com/

http://www.cafeambllet.com/press/

http://desinformemonos.org

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