OPINIÓN. El buen ciudadano. Por Rafael Yus Ramos
Coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía

27/11/17. Opinión. El coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía, Rafael Yus, inicia con este artículo para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com una serie dedicada a lo que denomina “sociedad mascotizada”, unas reflexiones en torno a las implicaciones sociales, económicas, ambientales, sanitarias, políticas, etc., que tiene la creciente “moda” de acompañarse de animales en las...

...viviendas urbanas. En la primera entrega, tras una reflexión sobre el origen de las mascotas, da un repaso a lo que denomina como las “perrerías” a las que están sometidos los animales por parte de sus dueños, y advierte que, en la mascotizazión, “son los derechos de los dueños y no los de los animales, los que definen esta relación persona-animal, frecuentemente a niveles de alta crueldad”.

Reflexiones sobre la creciente sociedad mascotizada (I) Derechos de los dueños vs. derechos de los animales

RECONOZCO que hace tiempo que quería escribir sobre este tema. Principalmente para aclarar mis ideas sobre lo que considero que es una de las más importantes mutaciones que se está produciendo en nuestra sociedad: la creciente afición por acompañarse de algún animal, que por ello llamamos “animales de compañía”, ymás generalmente “mascotas”. Obviamente, es un tema de gran interés para los aficionados a las mascotas, pero que, como la moneda, tiene su “cruz”, la del resto de la población que no sólo no comparte esta afición, sino que, muy a menudo, la sufre por imperativo de vecindad. Pero más allá de ello, interesan también los aspectos sociológicos, económicos y ambientales que están relacionados con esta moda. En la actualidad, la presión de la sociedad por ir acompañada de sus perros a todo tipo de lugares, es cada vez más insidiosa (Fig.1).Con fines claramente electoralistas, los políticos se desviven por ganarse un puñado de votos de este sector, a los que atiende a demandas tan peregrinas como el acotamiento de tramos de playa para sus perros, la creación de parques especiales para perros, guarderías para perros, etc. o bien que se les permita meter los perros en los hoteles, los restaurantes, los medios de transporte, etc, como servicios pets friendly, los mismos que rezan no kids allowed o bien adult friendly. La cifra de animales de compañía crece de forma vertiginosa, la sociedad se está mascotizando, no sólo porque cada vez hay más adeptos a las mascotas o mascotófilos (petophilia que dicen los anglófonos), sino porque las pautas del tejido social y económico de la ciudad se están amoldando a las exigencias que impone una vida mascotizada, arropada por una moralidad basada en los derechos de los animales que, paradójicamente, se contradice sistemáticamente en su práctica. Sobre este inquietante tema queremos reflexionar.

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