En el contexto de una campaña de Ecologistas en Acción

Los insectos son, con gran diferencia, la forma de vida más diversa en todo el mundo, hasta tal punto de que cerca del 53 por ciento de las especies de seres vivos en la Tierra son insectos


OPINIÓN. El buen ciudadano. Por Rafael Yus Ramos
Coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía

12/11/20. Opinión. El coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA), Rafael Yus, escribe este artículo para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los insectos, esta vez sobre como les afecta que se alteren sus hábitats: “El cambio de hábitat es una consecuencia inmediata de las actividades humanas, que han aumentado de potencia y agresividad a lo largo de la historia,...

...alcanzando actualmente las cotas más elevadas. Su ritmo y alcance global se ha expandido durante los últimos siglos, con cada vez más tierras que se transforman para proporcionar viviendas, facilitar el transporte y habilitar el turismo (urbanización), cultivar alimentos (agricultura) y manufacturar bienes (industrialización) a expensas de diversos hábitats naturales”.

¿Cómo le afectan la alteración y contaminación de sus hábitats?

En un artículo anterior mostrábamos que, en el contexto de la campaña de Ecologistas en Acción Sin insectos no hay vida, se ha venido acumulando un número considerable de trabajos que han ido demostrando algo que ya percibíamos los entomólogos: se está produciendo un declive vertiginoso de la diversidad de insectos que existía hace solo unos cuantos decenios. En el mismo artículo mostrábamos los grupos en los que se han centrado estos estudios (remitimos a dicho artículo para apreciar el aspecto general de los insectos de esos grupos). En esta segunda parte empezamos a desgranar las causas que se han venido señalando, de este declive en tan importante grupo de seres vivos.

En la revisión realizada por Sánchez Bayo, que abarca unos 75 informes repartidos por todo el mundo, el autor destaca cuatro causas principales (Fig.1): los cambios en el hábitat, la contaminación del medio, factores biológicos y el cambio climático, revelándose los cambios en el hábitat como los más relevantes. Dentro de estos grupos hay causas más importantes que otras, como se muestra en el gráfico de la Fig.2, donde se señala la agricultura intensiva y el uso de pesticidas como las causas principales. Esto no da una idea general de la problemática, que señala a la agricultura intensiva como la principal culpable del declive de los insectos.

Deterioro de los hábitats y declive de insectos

El hábitat es el ambiente en el que una especie se desarrolla de forma óptima, porque está adaptada a las condiciones que lo caracterizan. Por lo tanto, un cambio importante en estas condiciones del hábitat tiene que tener necesariamente un efecto sobre los seres vivos que están adaptados al mismo. Descontando causas naturales como los desastres (ej,incendios espontáneo, corrimientos de tierras, inundaciones, etc.), el cambio de hábitat es una consecuencia inmediata de las actividades humanas, que han aumentado de potencia y agresividad a lo largo de la historia, alcanzando actualmente las cotas más elevadas. Su ritmo y alcance global se ha expandido durante los últimos siglos, con cada vez más tierras que se transforman para proporcionar viviendas, facilitar el transporte y habilitar el turismo (urbanización), cultivar alimentos (agricultura) y manufacturar bienes (industrialización) a expensas de diversos hábitats naturales, tanto terrestres como acuáticos. Este cambio de uso de la tierra y la fragmentación del paisaje, parece ser la principal causa del declive de especies de insectos (Fig.3). La extensión e intensificación agrícola para la producción de alimentos, aparece en un 24% de los informes como la causa principal de este declive (Figura 6).

La urbanización, por el contrario, que seguramente es aún más determinante, aparece  solo en el 11% de los casos, y la deforestación aparece solo en el 9% de los informes. Ciertamente, dado que los cultivos agrícolas comprenden aproximadamente el 12% de la superficie total de la tierra en el planeta, la agricultura afecta directamente a una considerable proporción de especies de insectos A su paso, especies raras asociadas con ecosistemas y hábitats naturales prístinos se retiraron o se han perdido por completo, al tiempo que se ha producido importantes disminuciones de insectos cuando las prácticas agrícolas cambiaron de estilo agrícola tradicional de bajos insumos a escala industrial intensiva producción provocada por la Revolución Verde, no tanto por la desforestación como por la plantación de monocultivos genéticamente uniformes, el uso recurrente de fertilizantes y pesticidas sintéticos, la eliminación de setos y árboles para facilitar la mecanización y la modificación de superficies cursos de agua para mejorar el riego y el drenaje. Todo ello llevó a una gran simplificación de la biodiversidad de insectos entre los polinizadores, insectos enemigos naturales y recicladores de nutrientes, y creó las condiciones adecuadas para que prosperen las plagas agrícolas.

La susceptibilidad de los polinizadores especializados a los cambios de uso de la tierra (que implican la pérdida de recursos florales, sitios de anidación e hibernación), parece ser un factor determinante en el declive de muchos abejorros y silvestres abejas. Para los escarabajos terrestres especializados, la pérdida de setos y árboles probablemente provocó su declive. La disminución de las polillas está ligada al destino de su hibernación, plantas herbáceas hospedantes o para hibernar como larvas y árboles para aquellos que hibernan como huevo, pupa o adulto. Por el contrario, el cambio de la agricultura intensiva a la agricultura ecológica ha llevado al aumento en abundancia y diversidad de polillas, mientras que el abandono de los pastizales ha permitido la recuperación de algunas mariposas comunes.

La intensificación agrícola también implica la canalización de arroyos, drenaje de humedales, modificación de llanuras aluviales y eliminación de la cubierta del dosel ribereño con la consiguiente pérdida de suelo y nutrientes, todo resultando la homogeneización de los microhábitats de arroyos y la alteración de comunidades de insectos acuáticos. Estas actividades aumentan la eutrofización, la sedimentación y la sedimentación en el agua, reduciendo así la riqueza de trituradoras y depredadores mientras favorecen las especies filtrantes. En general, la pérdida de los caudales permanentes en arroyos y ríos conducen a una disminución de la biodiversidad, mientras que el riego y el agua artificial en áreas urbanizadas pueden haber favorecido a ciertas especies.  


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