Este dispositivo está diseñado para extinguir el fuego desde la base y también, impedir, a su vez, el fuego aéreo gracias a un ‘diluvio’ que origine una cortina cortafuegos de agua

OPINIÓN. El buen ciudadano. Por Rafael Yus Ramos
Coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía

26/09/22. Opinión. El coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA), Rafael Yus, escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre un invento de Antonio Rico Villena para luchar contra los incendios forestales: “Tiene una clara potencialidad de ser efectivo para la lucha contra los incendios forestales y aunque para su generalización precise una apuesta...

...política que permita ensayarlo en situaciones reales, hay situaciones más localizadas donde ya se debería de adoptar e implementar”.

Un invento axárquico para contener y extinguir incendios forestales

Hace poco fuimos informados personalmente, por el inventor del célebre sistema de riego en profundidad Deep-Drop (ya descrito anteriormente en un artículo en esta misma revista), D. Antonio Rico Villena, de Torrox, sobre un nuevo invento, esta vez dirigido a la contención y extinción de incendios. La solidez de su primer invento, para un riego eficiente que duplica el ahorro de agua que produce el riego por goteo, en una comarca de déficit hídrico como la Axarquía, y cuyo éxito se atestigua por la creciente implantación de este sistema en diversos puntos de nuestra geografía, hace merecedor este nuevo invento de toda nuestra atención. En el presente artículo damos nuestra opinión, como organización ecologista, sobre dicho invento.

Después del verano que hemos padecido recientemente en este año del 2022, con sucesivas oleadas de calor con altísimas temperaturas, inmersas en un contexto de sequía prolongada, y entre cuyas nefastas consecuencias ha sido la proliferación de incendios por toda la península ibérica, con una intensidad y extensión jamás conocidas (ej. Fig.1), no creemos que sea necesario justificar la importancia de este tipo de propuestas dirigidas a mejorar nuestros sistemas de contención y extinción de incendios. Con ello no queremos menospreciar la digna labor de los sistemas de extinción que actualmente se utilizan, aún a pesar de que, en incendios de sexta generación (megacincendios, tormentas de fuego), cada vez más frecuentes, son superados por la voracidad de las llamas. Al contrario, reconociendo este sacrificado oficio, que todos los españoles encomiamos, es preciso ir considerando nuevas ideas y nuevos sistemas de contención y extinción de incendios, que contribuyan a aumentar la eficiencia de los actuales sistemas que se utilizan por toda nuestra geografía.


En este contexto de apertura a nuevas ideas se sitúa el invento denominado Dispositivo de Extinción y Contención de Incendios Forestales, del torroxeño D. Antonio Rico Villena, actualmente ya patentado y presentado a diversas instancias gubernamentales, tales como el Ministerio de Agricultura, la Junta de Andalucía y la Xunta de Galicia, cuyas respuestas no avanzaron más allá de una nota de agradecimiento a su autor. Ninguna de estas instancias gubernamentales ha realizado un estudio en profundidad sobre las posibilidades de uso que pudiera tener este invento, que habrá quedado estancado en la maraña burocrática de técnicos y subtécnicos sobrecargados de otros trabajos prioritarios. Tan sólo la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Málaga se interesó por este proyecto, que fue objeto de estudio de D. Juan José Vallejo Tejero, en su Trabajo de Fin de Grado.

Desde el ecologismo, los incendios son contemplados como desastres de la gestión forestal, puesto que los incendios son fenómenos naturales en nuestra climatología, con independencia de que sean provocados, como sucede en su mayor parte. A unas condiciones propicias por naturaleza, provocar un incendio es relativamente fácil. Por ello, es preciso apostar por las labores preventivas, que incluye una larga lista de actividades que empiezan por el propio sistema de forestación, las especies que se plantan, la forma en que se plantan, etc., seguido de las labores selvícolas de clareo, cortafuegos, eliminación de materia vegetal muerta y reutilizarla, educación ambiental, establecer cordones de autoprotección desprovistas de vegetación a, al menos, 100 m de las viviendas rurales, etc.

Pero inmersos en un incendio ya declarado, apostamos lógicamente por los sistemas más efectivos de extinción, que reduzcan el desastre ambiental que llevan consigo. En este contexto,  confiamos en el buen hacer de las brigadas contra incendios y el uso, cada vez más necesario, de los medios aéreos, si bien los productos químicos retardantes de la combustión, especialmente el polifosfato amónico (que aportan cantidades elevadas de nitrógeno y fósforo), no se deberían utilizar por sus efectos tóxicos en la calidad del suelo, incrementando el desastre que ya de por sí origina el incendio. Es en este contexto del incendio declarado, donde tienen cabida sistemas nuevos y eficaces de extinción y contención de incendios como el que nos ocupa. De hecho, la experiencia de este verano de 2022 nos demuestra hasta qué punto es necesario mejorar los sistemas de extinción, lo que posiblemente deba contemplar nuevas formas de acometer esta labor, equipando debidamente nuestros montes para unos eventos que serán, en adelante, la tónica de los veranos que vienen y que incluso demuestran ser repetitivos en un mismo lugar (ej. Sierra Bermeja, Sierra de Mijas). Como veremos, este invento es una propuesta que incluye también un nuevo sistema de equipamiento local frente a los incendios, digno de tenerse en cuenta para mejorar la eficiencia de las labores de extinción.

Breve descripción del invento

El dispositivo que se propone consta de un conjunto de elementos, en este caso barras, conectadas entre sí, que dotan al dispositivo de la resistencia necesaria para mantener la forma ante el conjunto de acciones solicitadas durante el periodo de vida. Atendiendo a criterios resistentes, el dispositivo consta de un sistema reticular o armazón de barras de aluminio, unidas entre sí. La idea principal de este diseño estructural de barras es la de facilitar el montaje y desmontaje de los carretes de manguera (Fig.2), sirviendo también como apoyo de amarre para los medios aéreos (helicópteros) desde la base de las brigadas hasta la zona donde se esté produciendo el incendio.



En los nudos de unión, el sistema estructural lleva implementado un soporte tipo abrazadera, el cual facilita el poder soltar y cambiar el carrete en el caso de que el incendio estuviera devastando grandes superficies de terreno y, por consiguiente, se necesite un nuevo dispositivo en una zona diferente del incendio. En este caso, una vez desplegado todo el conjunto de arrollamiento, el helicóptero regresará a la base para que. con la ayuda de uno o dos operarios, se aflojen los tornillos de fijación de la abrazadera para liberar el carrete. Posteriormente se produciría la colocación de otro carrete ya preparado de antemano y, seguidamente, vuelta a la zona de incendio para cubrir esta necesidad en una zona diferente, economizando así el dispositivo de extinción, para poder reutilizar todos sus componentes cuando está en acción.

El carrete está compuesto, como se ha mencionado, por un conjunto de arrollamientos de mangueras, separados entre sí 40 cm. Están enrollados de manera longitudinal y en forma de espiral sobre sí mismos a lo largo del eje. A la hora del arrollamiento de las mangueras, una vez realizada su función correspondiente, éstas se recogen desde su extremo final hacia el eje del carrete a partir de unas guías implementadas en él. Ambos ramales de mangueras son uniformes, formando un único recorrido, pero con distinta función. Los arrollamientos están permanentemente fijos entre sí gracias a la conexión de agarre tipo grapa (Fig.4). Esto se emplea para dos fines fundamentales. En primer lugar, para conseguir que ambos difusores instalados en cada manguera de los diferentes arrollamientos queden alineados entre sí, obteniendo la misma dirección de alcance. Hay que destacar que, entre cada arrollamiento de manguera, los difusores están conectados a unas distancias diferente para evitar así la colisión de flujo de agua en la dirección deseada. Y, en segundo lugar, la grapa aporta la sujeción y estabilidad necesaria para facilitar la función del arrollamiento de mangueras sobre el eje del carrete. El último ramal de difusores está orientado en sentido contrario al resto, con el fin de que, en caso de peligro, se abra la válvula para rociar agua en el sentido opuesto. De esta forma se crea una segunda línea húmeda de control por si el fuego supera y vence la línea de acción principal, con objeto de reducir la velocidad de propagación y optimizar los tiempos para la instalación de otro dispositivo en una zona más retirada en caso necesario.

A la tubería secundaria de 90 mm se conecta el colector de entrada de agua (proveniente de una fuente local) que conectan con las tuberías terciarias de cada arrollamiento. Cada ramal consta de una válvula que permite variar las presiones y el caudal a suministrar en función de las necesidades o circunstancias del momento. El sistema estructural está dotado de un soporte para el acople de un motor al carrete, facilitando así la extensión de los diferentes arrollamientos. El diseño del dispositivo lleva consigo en cada extremo la adaptación de un carrete de manguera contra incendios. El objetivo de esta adaptación es la de conectar un extremo de la manguera a la fuente de alimentación de agua, y el otro extremo, al colector de flujo de entrada.

Modo de uso del dispositivo

Este dispositivo está diseñado para extinguir el fuego desde la base y también, impedir, a su vez, el fuego aéreo gracias a un “diluvio” que origine una cortina cortafuegos de agua, incidiendo sobre el frente de avance. Se calcula que esto produce extinción en 2 horas.


Una vez dado el aviso de alarma y analizado el tipo de incendio, se estudia la zona en la que se encuentra, topografía, vías de acceso, etc., como se hace en cualquier incendio. Entre los aspectos más importantes a tener en cuenta, destaca la situación de los puntos de agua existentes en las proximidades del incendio, ya sean embalses, piscinas, arroyos, entre otros, pero todo mejora construyendo depósitos cerrados locales en el monte ,que se llenen con aguas pluviales. El medio aéreo (helicóptero) recogerá, en la base de la brigada, el dispositivo a utilizar, amarrándolo por el armazón estructural (Fig.4-1), transportándolo hasta la zona del incendio y ubicándolo a una distancia considerada de separación respecto a la línea de avance del fuego (Fig.3a). Con ayuda de la brigada disponible en la zona, el helicóptero descenderá una cierta altura el dispositivo. Los operarios conectarán a la fuente de alimentación de agua, el colector de entrada (Fig.4-6), permitiendo alimentar al conjunto de arrollamientos de mangueras (Fig.4-10) del dispositivo con el fin de obtener unas presiones y unos caudales competentes de salida en los difusores (Fig.4-4) para la creación de un “diluvio” que origine una cortina cortafuegos de agua.  (Fig.3b). Esta conexión se realiza con ayuda del carrete de mangueras de enlace (Fig.4-3) acopladas en el dispositivo creado, que enlazan el colector de entrada (Fig.4-6) del dispositivo con la fuente de alimentación existente en la zona del incendio. Para impulsar el agua de la fuente agua se pueden utilizar las motobombas de la brigada  o a partir de los vehículos contra incendios, o bien la gravedad de la pendiente (Fig.3b), cuando se cuenta con depósitos previamente construidos en el subsuelo de los cortafuegos, autoabastecidos con el agua de lluvia, entre otros.

El helicóptero se desplazará con el dispositivo por toda la dirección del frente de avance. Extendiendo y apoyando, sobre la vegetación o sobre cualquier superficie que exista, los conjuntos de arrollamientos de mangueras (10). Estas se encuentran ordenadas y fijadas entre sí a una cierta distancia unas de otras gracias al agarre aportado por la abrazadera de sujeción (Fig.4-7). Una vez que el conjunto de arrollamiento quede totalmente extendido por la zona del frente ocupando una gran distancia, se abren las válvulas (Fig.4-5) que permiten alimentar cada conjunto de arrollamientos de mangueras (10) con el objetivo primordial de crear un diluvio que origine una cortina cortafuegos de agua gracias a los difusores ( 4) implantados en cada subgrupo de arrollamiento (Fig.4-10). De esta manera conseguimos la creación de una línea húmeda continua de agua, a modo de cortafuegos acuático, que contiene el avance de las llamas, impidiendo su extensión y favoreciendo su extinción desde la base del incendio.


Desplegados todos los conjuntos de arrollamientos de manguera (Fig.4-10) y en caso de que hiciera falta otro dispositivo para cubrir otro flanco de zona incendiada, el helicóptero pueda ir a la base para montar otro carrete (8) listo para su utilización. El desmontaje se facilita gracias al diseño estructural implantado. Este lleva consigo un agarre tipo abrazadera (Fig.4-2) el cual aporta la sujeción necesaria en ambos extremos a través de unos tornillos de agarre (Fig.4-12). Una vez hayan acabado todas las maniobras de ataque y el fuego este totalmente controlado se lleva a cabo la recogida de los arrollamientos de mangueras. Con ayuda de las guías implantadas en el carrete (Fig.4-8) y el motor (Fig.4-8) acoplado en el eje se facilita esta función.

Reflexiones sobre el invento

En primer lugar, es elogiable que haya personas, como D. Antonio Rico Villena que en lugar de esperar que “otros” solucionen los problemas tecnológicos (como criticaba Unamuno a los españoles), él sea de los que piensan que nosotros también podemos encontrar soluciones. Este nuevo invento del torroxeño tiene el inconveniente de no haber sido aún ensayado en condiciones reales, por lo que, como sucede con otros inventos, no lleva aparejada la sabiduría de la fase práctica, en la que seguro que se detectarían problemas y deficiencias que deberían ser solucionados, y posiblemente por ello puede ofrecer resistencias apriorísticas de aquellos que ven con escepticismo los productos de los inventores. Sin embargo, el invento está ahí, y los problemas de los incendios también, siendo cada vez más difíciles de atajar, por lo que la mejor manera de sacarle provecho a este invento es empezar a usarlo y aprender de ello.

Por este motivo, si bien el uso de este invento a gran escala, para la extinción y contención de grandes incendios, sin más experiencia previa, puede que no sea asumido por el sistema de control de incendios, ahora mismo ya podría tener aplicaciones que se podrían ir implementando a menor escala, y del aprendizaje de su uso a esta escala, y la solución de sus posibles problemas, tal vez se pueda obtener la confianza necesaria para empezar a usarlo a una mayor escala. De este modo, encontramos tres tipos de usos (Fig.5):


a.-Parques forestales periurbanos. Hay ciudades, como Málaga, en la zona del monte Gibralfaro, que dispone de una notable vegetación forestal, en calidad de parque periurbano. Un incendio en este lugar no es nada improbable y tiene el grave problema de afectar a la población. Por este motivo, las ciudades que disponen de estas áreas podrían crear la infraestructura básica para una extinción eficaz de un posible incendio, como la construcción de un depósito de agua (que puede llenarse con aguas pluviales o de la red) y carretes del dispositivo de extinción. De este modo, el posible foco se extinguiría con una notable rapidez, antes de provocar los daños materiales y humanos que supone la proximidad de la población (Fig.5-a).

b.-Viviendas en zonas forestales. En la provincia de Málaga, como en muchísimos otros lugares de interés turístico, e incluso en zonas rurales con viviendas secundarias, existe la costumbre de construir viviendas, sea para habitarlas o bien para alquilarlas. El aprecio que tenemos las personas hacia lo “verde”, la biofilia hacia la vegetación, hace que estos propietarios rodeen sus viviendas son masas forestales, arbóreas y arbustivas, lo que constituye un riesgo muy obvio, que ya ha demostrado ser catastrófico en incendios como el de Alpujata, Sierra Bermeja, etc. Además de este riesgo, provoca la distracción de los servicios de extinción de incendios, haciendo que pierdan tiempo y recursos para evitar que las viviendas ardan, en lugar de aplicarse a la masa forestal propiamente dicha. La legislación sobre incendios obliga a estas viviendas a que dispongan de un plan de autoprotección contra incendios, pero en la práctica suele no cumplirse. Como contrapartida, las viviendas podrían incluir en su obligado plan de autoprotección un equipo del tipo que hemos descrito: un depósito de agua y un carrete para crear un cortafuegos acuático alrededor de la vivienda (Fig.5-b).

c.-Contención de incendios forestales. Si ahora no se ve todavía la calidad de este invento para la extinción de incendios forestales convencionales, al menos sí podría usarse como sistema de contención. Básicamente consistiría en poner el dispositivo en un área razonablemente distante del foco principal de fuego, para que vaya humedeciendo la zona, creando así una especie de cortafuegos acuático para que el fuego no avance por allí (Fig.5-c). Como aplicación de mayor envergadura, cuando el foco no es demasiado extenso, se podría utilizar para ir creando, con sucesivos dispositivos que vayan colocándose alrededor del foco, hasta su perimetración, consiguiendo con ello que el fuego no cree nuevos focos que extiendan el evento (Fig.5-d).


En conclusión, este somero análisis de este nuevo invento, muestra que el mismo tiene una clara potencialidad de ser efectivo para la lucha contra los incendios forestales y aunque para su generalización precise una apuesta política que permita ensayarlo en situaciones reales, hay situaciones más localizadas donde ya se debería de adoptar e implementar.

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