OPINIÓN. Colaboración. Por Carlos Taibo
Profesor
de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM)
02/03/12. Opinión. La
penetración del movimiento en la Universidad y el ámbito rural, la incorporación
de los inmigrantes, la precaución ante el ‘descafeinamiento’ ideológico… Carlos
Taibo enumera en esta colaboración con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com un “puñado de retos que se
presentan en su horizonte inmediato” el movimiento del 15 de mayo.
Los retos del
movimiento del 15 de mayo
EL futuro del movimiento del 15 de mayo depende de factores
varios: si uno de ellos es la condición de las políticas de nuestros
gobernantes, otro lo aportan circunstancias azarosas de muy difícil
consideración. Pero, por encima de todo, el porvenir del movimiento depende de
la capacidad de éste para hacer frente a un puñado de retos que se presentan en
su horizonte inmediato. Identificaremos aquí diez de esos retos.
1. EL movimiento debe combinar las
grandes campañas -marchas, manifestaciones- con un trabajo local de carácter
descentralizado. Las primeras contribuyen a fortalecer la imagen pública del
15-M, en tanto el segundo da sentido pleno a su presencia y amplía la base de
apoyo. En la trastienda, l@s activistas del movimiento deben ser conscientes de
que, aunque éste suscita una innegable simpatía entre la gente común, las más
de las veces no provoca el acercamiento de esos simpatizantes declarados a asambleas y campañas.
2. ES urgente ratificar la deriva
ideológica registrada desde la primavera y, al respecto, y en particular, hay
que mantener la radicalidad sin exclusiones. En la mayoría de los lugares
-claro que hay excepciones- el movimiento ha dejado atrás las propuestas de
cariz meramente ciudadanista, que invitaban a contestar algún aspecto preciso
del orden que padecemos, para adentrarse en otra de naturaleza orgullosamente
anticapitalista, en franca y global contestación de la miseria que se nos
ofrece. Cada vez se hace más necesario ir más allá de la crítica de los
síntomas externos de la enfermedad -la corrupción, la precariedad- para apuntar
al núcleo de los problemas: el capitalismo como un todo.
3. NO pueden faltar los esfuerzos para
conciliar las dos grandes posiciones que se hacen valer dentro del movimiento:
si la primera aspira a formular propuestas que se espera sean atendidas por
nuestros gobernantes, la segunda desea crear espacios de autonomía en los
cuales, sin depender de nadie, procedamos a aplicar reglas del juego
diferentes. Aunque esas dos posiciones arrastran raíces y métodos diferentes,
tienen un largo camino común que recorrer. Importa mucho, de cualquier manera,
que el 15-M no se vea absorbido por el dramático cortoplacismo que hoy en día
lo marca casi todo. En sus iniciativas deben estar presentes, siempre, la lucha
antipatriarcal, la contestación del productivismo y la solidaridad
internacionalista. Lo anterior implica trascender la mera defensa de una
instancia, el Estado del bienestar, que política, económica y ecológicamente es
inseparable del orden capitalista y a menudo da la espalda a los derechos de
los pueblos del Sur.
4. HAY que trabajar denodadamente por el
asentamiento del movimiento en los lugares en los que hasta hoy no ha estado
presente. En paralelo, hay que revisar lo hecho en aquellos otros en los que el
15-M no ha funcionado a plena satisfacción. Con respecto a estos últimos, y
dejando de lado los problemas vinculados con los escenarios más singulares -a
menudo marcados por unas u otras manifestaciones de la cuestión nacional-,
sobran las razones para concluir que el 15-M no se ha movido con soltura en los
espacios en los que con anterioridad había poderosas y activas redes sociales.
En esos lugares no ha sido percibido como una genuina novedad, ha tenido que
enfrentar a menudo incomprensiones y, en su caso, ha heredado viejas polémicas
y confrontaciones.
5. CONVIENE ahondar en la presencia del 15-M en
las universidades. No se olvide que éstas, como tales, no se movilizaron en la
primavera, aunque al cabo sí lo hicieran el otoño pasado. El impulso que las
universidades pueden otorgarle al 15-M, y la imperiosa necesidad de dar réplica
al plan de Bolonia y a la llamada Estrategia 2015, se antoja muy importante.
Está pendiente de fraguarse, por otra parte, la incorporación de los adolescentes
al movimiento. Aunque las protestas del profesorado de enseñanza secundaria
algún efecto han tenido en este terreno, la presencia de adolescentes en el 15-M sigue siendo
infelizmente escasa.
6. SALTA a la vista que una carencia mayor
del movimiento es su precaria penetración en el mundo del trabajo. No es
difícil identificar la razón principal: la mayoría de los integrantes iniciales
del 15-M eran jóvenes de clase media que, parados o precarios, se hallaban en
incipiente proceso de desclasamiento. Aunque con posterioridad se han
incorporado muchos trabajadores asalariados, en la mayoría abrumadora de los
casos se trata de quincemayistas de
fin de semana: no parece que hayan trasladado a sus centros de trabajo, en
otras palabras, la contestación que nace del movimiento. Cabe situar dentro de
la misma problemática, por cierto, la escasa incorporación de inmigrantes al
15-M. El movimiento está obligado a perfilar, por lo demás, cuál está llamada a
ser su estrategia en este terreno, con dos principales opciones: trabajar en
solitario -algo que se antoja complicado- o hacerlo de la mano del sindicalismo
alternativo y resistente.
7. OTRA de las carencias visibles del 15-M
es su escasa penetración en el mundo rural. Allí donde está presente lo es casi
siempre a través de personas, comúnmente jóvenes, que han abandonado las
ciudades y se han trasladado a vivir al campo. Esto aparte, resulta muy común
que l@s activistas que viven en pueblos hayan renunciado a organizar el 15-M en
éstos y se hayan sumado sin más a las asambleas de las capitales de
provincia. Los problemas consiguientes
son tanto más llamativos cuanto que la apuesta del movimiento por la vida
local, la democracia directa y la autogestión tiene mucho que ver, por razones
obvias, con el mundo rural.
8. HAY un riesgo que el 15-M no corre: el
de su desaparición de resultas de la eventual aceptación de algunas de sus
demandas por parte de nuestros gobernantes. Es evidente que estos últimos van a
ratificar e incrementar, antes bien, las agresiones contra derechos y
libertades, algo que en buena ley debe hacer que un movimiento como el del 15
de mayo sea aún más necesario que en el pasado. Claro es que en este escenario
el 15-M debe hacer frente con talento e imaginación a los imprevistos. No olvidemos al respecto, y
es un ejemplo entre otros, que en los primeros meses de historia del movimiento
la represión sobre éste ejercida resultó ser paradójicamente beneficiosa.
9. EL movimiento debe estar atento a un
imaginable abrazo del oso articulado orgánicamente por el Partido
Socialista, ahora en la oposición en la mayoría de los lugares. El PSOE podría
propiciar una masiva incorporación de militantes al 15-M en la perspectiva de
utilizar éste como un ariete contra el Partido Popular. L@s activistas del movimiento
deben estar atent@s a contrarrestar el inevitable efecto de descafeinamiento
ideológico que se derivaría de lo anterior y a evitar los consiguientes
equívocos: no tendría sentido que en adelante nos opongamos a los recortes de
la mano de quienes, desde el gobierno, alentaron esos mismos recortes hace unos
pocos meses.
10. AL cabo el principal reto del
movimiento del 15 de mayo es el que pasa por fundir dos realidades: la de los
integrantes de las clases medias que se hallan en activo proceso de
desclasamiento, por un lado, y la de los trabajadores asalariados que,
paralizados por los sindicatos mayoritarios, aún no se han movilizado para hacer frente a las agresiones
que padecen. Esa fusión debe materializarse en un amplísimo movimiento que en todos
los órdenes de la vida plantee el horizonte de la asamblea y de la autogestión
para hacer frente -para dejar atrás- al capitalismo que padecemos, y para
hacerlo, como ya señalamos con anterioridad, desde la perspectiva de la lucha
antipatriarcal, de la contestación del productivismo y de la solidaridad con
los pueblos del Sur.
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