OPINIÓN. Ciudad Taró. Por Fernando Ramos Muñoz
Arquitecto. Creador de @sinarquitectura y @malagalab


04/11/14. Opinión. “En el fondo, lo sabemos, no hacen más que extender (o intentarlo, a su manera chusca y faltona) su colonización y modus operandi; lucrarse desde un minúsculo espacio privado, convirtiendo el vasto espacio público circundante en un vertedero de mobiliario, ruido y residuos, que eso ya lo vienen haciendo en el Centro Histórico hace tiempo, es la misma industria del ocio. Degenerar los Baños del Carmen hasta un DelCarmen's, o así, y eliminar de paso el costoso problema de urbanizar y mantener las 40 hectáreas, que eso es cosa del Ayuntamiento, como en el casco antiguo, claro”.

EL arquitecto Fernando Ramos dedica este nuevo artículo de opinión en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com a la polémica surgida por la explotación de los Baños del Carmen.

Moscas sobre el balneario

Pie de foto: Edición propia sobre fotografía de "papipon", publicada en Objetivo Málaga, Diario SUR, 20120906, http://objetivomalaga.diariosur.es/fotos-papipon/banos-carmen-1242741.html

(BSO del texto:
El vuelo del moscardón, N. Rimsky-Korsakov, 1900)

PASEAR la calva por la ciudad en estos días de otoño y moscas conlleva armarse de paciencia. Tomarse con calma su ataque, su picoteo insistente e impertinente, de zombis nerviosos y jartibles a los que, pobres, se les echa el invierno encima.

POR más que se haga para espantarlas, vuelven una y otra vez a por lo suyo, a por su oportunidad de supervivencia y mantenimiento, como negándose a aceptar su otoño funesto, que el tiempo, los tiempos, cambian.

UNO siente casi admiración por tanta perseverancia y tenacidad, y a la vez indignación, en la incapacidad de hacerles entender que sobran, que no son bienvenidas aquí, que sus prioridades son otras, que se busquen la vida en otra parte.

Y como la ciudad es una acumulación de escenarios, de percepciones íntimas sobre espacios físicos, de memorias que incorporan reflexiones nuevas, y de escalas, resulta que lo prosaico y personal del asunto se vuelve trascendente y colectivo, y pasamos sin darnos cuenta de mosca y calva a mosquerío y Balneario.

ESE mosquerío, sí, ése, que se ha concentrado recientemente sobre una parte pequeñita de los Baños del Carmen, y que genera un mosqueo sordo y amplio en toda la ciudad. Que ya nos lo avisaron, ojo, que iba a pasar, no digamos ahora; Samaniego (1), primero...

“A un panal de rica miel / dos mil moscas acudieron, / que por golosas murieron / presas de patas en él."

y Machado (2), después...

“… de siempre... Moscas vulgares, / que de puro familiares / no tendréis digno cantor: / yo sé que os habéis posado / sobre el juguete encantado, / sobre el librote cerrado, / sobre la carta de amor, / sobre los párpados yertos / de los muertos. / Inevitables golosas, / que ni labráis como abejas / ni brilláis cual mariposas; / pequeñitas, revoltosas, / vosotras, amigas viejas, / me evocáis todas las cosas."

Y tampoco nos pongamos negativos, que las moscas tiene esa doble utilidad de localizarnos lo podrido y la golosina, a la vez. O la golosina podrida, como es el caso; que nos podían servir de estímulo, de acicate, aquí hay algo que merece la pena, aprovechable, venid todos, corred que se nos pasa el arroz. Que la podredumbre de la concesión huele de lejos, y no hay quien la salve ya, todo lo más, rescatarla; y el juguete encantado que representa el Balneario a nadie se le escapa.

EN el fondo, lo sabemos, no hacen más que extender (o intentarlo, a su manera chusca y faltona) su colonización y modus operandi; lucrarse desde un minúsculo espacio privado, convirtiendo el vasto espacio público circundante en un vertedero de mobiliario, ruido y residuos, que eso ya lo vienen haciendo en el Centro Histórico hace tiempo, es la misma industria del ocio. Degenerar los Baños del Carmen hasta un DelCarmen's, o así, y eliminar de paso el costoso problema de urbanizar y mantener las 40 hectáreas, que eso es cosa del Ayuntamiento, como en el casco antiguo, claro.

Pie de foto: Luther Driggers junto a sus moscas atadas, personaje de "Medianoche en el jardín del bien y del mal", Clint Eastwood, 1997. Edición propia sobre fotograma. http://www.35milimetros.org/una-pelicula-al-dia-14-medianoche-en-el-jardin-del-bien-y-el-mal/

Y como por aquí no tenemos Señor de las Moscas que nos defienda de la tribu invasora, ni
Obama que las mate de un manotazo decidido y rápido, sino una especie de alcalde Luther Driggers que pasea moscas amaestradas, atadas y bien atadas, como mucho amagar concursos y dar palmaditas a quien corresponde en cada momento, pues ahí andamos, asistiendo al espectáculo más surrealista que ha habido en la ciudad en las últimas décadas, como espectadores impotentes, o como mucho, moscas cojoneras que protestan, denuncian y exigen ciudad.

ESE cóctel DelCarmen's mezcla de pasividad, egoísmo, dejación, avaricia, burocracia y berlanguismo lleva camino de adquirir más valor histórico artístico que el Balneario mismo; que ya emnpezamos a reconocernos como ciudad más en el embrollo que en el espacio, y eso se dice pronto.

A lo mejor se trata de aceptarlo como patrimonio intangible, una manera colectiva de habitar, inimitable, un guión de Berlanga que no acaba nunca. De ser así, nos quedaría por lo menos disfrutar ahora del espectáculo de la previsible muerte de las moscas, del "revolverse de la mosca en el papel engomado", según Kafka (3).

CUANDO escribo ésto, acaba de explicarnos
la Junta que la compraventa de acciones es nula de pleno derecho, cosa que ya habíamos decidido nosotros en la barra del bar, a lo mejor el del mismo Balneario. Cuando volvamos mañana, como Larra (4), sabe Dios lo que la hiperburocracia nos tiene preparado.

SEA lo que sea, lo diga cualquiera de los actores mosca que hay sobre la golosina, seguro que contribuye al esperpento y nos da una nueva ocasión de aplaudir el giro sorprendente de la trama. O tal vez, no sé, decidamos entre todos que ya es el último acto, se nos acabe la paciencia y saquemos de una puñetera vez el
matamoscas que tenemos guardado en el cajón desde los años 80.

PORQUE ya está bien, creo yo, de felicitarnos por el tono sepia y antiguo de los Baños, cada vez más desvaído, y de usarlo como plató del postureo y las entrevistas en romántico para los papeles, mientras se siguen sucediendo a su alrededor las oportunistas moscas, moscones y mosquitos de distintos colores, familias y tamaños, siempre buscando descaradamente su propio beneficio económico o político, y siempre ante la pasividad y complicidad de la Administración en todos sus niveles.

Y ya, por cerrar el bucle infinito de los Baños y volver a la calva del principio, hago memoria de Alejandro de la Sota (5), arquitecto, cuando nos contaba que "Decía mi inolvidable amigo J.A. Coderch que si se supone que la última belleza es como una preciosa cabeza calva (por ejemplo Nefertiti) es necesario haberle arrancado cabello a cabello, pelo a pelo, con el dolor del arranque de cada uno, uno a uno, de ellos. Con dolor tenemos que arrancar de nuestras obras los cabellos que nos impiden llegar a su final, sencillo, sencillo."

PUES eso; con lo poco que conservamos ya de paciencia, sí, pero arrancar definitivamente amigos, o enredos, o moscas, o pelos, uno a uno, para llegar a la sencillez evidente y bellísima de balnearios limpios, brillantes como calvas.

Citas:

(1) "Las Moscas", Félix María de Samaniego, 1784.
(2) "Las Moscas" (Soledades), Antonio Machado, 1907.
(3) "Carta al padre", Franz Kafka, 1919.
(4) "Vuelva usted mañana", Mariano José de Larra, 1833.
(5) "Alejandro de la Sota, arquitecto", A. De la Sota, 1989.

PUEDE ver aquí anteriores artículos de opinión de Fernando Ramos Muñoz:
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- 08/10/14 Felpudo Magno
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