El propio texto reconoce que sus propuestas van por un lado y las decisiones reales del Ayuntamiento, por otro. ¿Para qué sirve? Es un trabajo del Observatorio de Medio Ambiente Urbano, el ‘OMAU’ de la Corporación

28/07/15. Opinión. El Ayuntamiento de Málaga ‘se’ ha propuesto ahora mover la cementera de La Araña. Lo ha hecho a través de la Agenda 21, un documento marco que ha presentado su nueva edición hace días. Se trata de un trabajo al que nunca se le hace caso y que redacta el Observatorio de Medio Ambiente Urbano que dirige el funcionario Pedro Marín Cots, responsable de captar fondos...

...europeos. Entre las medidas, mucho “postureo” de cara a los socios continentales. El texto argumenta que La Araña es uno de los focos de contaminación de la ciudad, algo que ya vienen advirtiendo asociaciones como Ecologistas en Acción o Greenpeacedesde hace años, al igual que EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. Lo que no cuenta esta Agenda 21 es que el propio Consistorio autorizó años atrás unas obras a esta industria contrarias al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Eso llevó a unos vecinos a iniciar un pleito que finalmente ganaron. El documento, al menos, sí admite que no sirve para nada. Entre las “debilidades” de Málaga, remarca que no hay “simbiosis” entre la Agenda 21 de 2005, y el PGOU de 2011. “El Planteamiento ha desarrollado unos objetivos contrarios a los señalados”.

LA Araña, el edificio más alto de todo el término municipal, vuelve a la primera plana del debate local. Lo hace a cuento de una medida que se ha planteado (a sí mismo) el Ayuntamiento de Málaga, y que presumiblemente no atenderá nunca. Consiste en desplazar la fábrica, propiedad de Italcementi, a otro lugar. Es una reivindicación que vienen haciendo vecinos de la zona desde hace décadas, un clamor que hasta ahora siempre ha sido ignorado. Pedro Marín Cots, director del OMAU y ante todo funcionario municipal (jefe del Servicio de Programas Europeos) es quien redacta esta Agenda 21. En el documento ha presentado decenas de medidas, y una de las más prioritarias (4.1 en una escala de 5) y más “viables” (4,2 en la misma escala) está “controlar la contaminación de la cementera de La Araña” y “estudiar la viabilidad de reducir su contaminación de alguna forma: reducir su tiempo de actividad, acotar el número de años que va a estar en activo…”. “Estudiar la viabilidad de transportarla a otro lugar, ya que es posiblemente el foco de mayor contaminación de la provincia”.



LLAMA
la atención el modo de redacción del documento. El lenguaje es el habitual en aquellas administraciones que pretenden, casi a la desesperada, proyectar una imagen de “modernidad”. La medida relativa a La Araña se puntúa con un 4,2 sobre 5 en “viabilidad”, pero porque la viabilidad no califica en ningún caso trasladar la fábrica, sino “estudiar” su traslado. Sorprende que se destinen fondos públicos en realizar la Agenda 21, un documento que retuerce de este modo el lenguaje y que no sirve para nada. Sus propuestas son mayormente brindis al sol en los que el Ayuntamiento poco puede decir, ¿cómo se plantea si quiera trasladar una empresa de titularidad privada por parte de la Corporación local, sin competencias para tratar el asunto?

GOLIAT, nombre que también recibe este recinto industrial, ha sido objeto de constantes críticas por parte de ecologistas y vecinos desde hace años. Ahora el Ayuntamiento y el OMAU pretenden demostrar atender estas reivindicaciones ciudadanas, algo que ignoraron hace años. En julio de 2012 una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) anulaba una autorización del Ayuntamiento de Málaga a los propietarios de la fábrica, que querían erigir una nueva torre en la cementera. La nueva torre era contraria al Plan General de Ordenación Urbana y las remodelaciones urbanísticas fueron autorizadas igualmente. La Asociación de Vecinos de El Candado comenzó un proceso judicial contra la Casona del Parque de la que finalmente salieron vencedores, tal y como recogió esta revista (ver El TSJA certifica que la Junta y el Ayuntamiento de Málaga se saltaron la Ley para que Financiera y Minera construyera el mayor foco contaminador de la provincia en la cementera de La Araña).

TUVIERON
que pasar cinco años para que la Justicia dictaminara que la ampliación de la cementera de la Araña nunca debió haberse autorizado. La fábrica Cementos Goliat -que forma parte de la compañía Financiera y Minera, a su vez integrada en la multinacional de origen italiano Italcementi- se encuentra urbanísticamente “fuera de ordenación”, tal y como se reconoció en la sentencia del TSJA (AQUÍ). Esto significa, entre otras cosas, que su ubicación impedía llevar a cabo las obras del calibre que se acometieron, en las que estuvieron trabajando centenares de chinos, uno de los cuales murió quemado.

PUEDE
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