Ayer se realizó una carrera organizada por el Colegio de Periodistas para la efeméride. Pero, ¿qué se celebra hoy? ¿Para qué sirvió el evento? ¿Quién corría más era más libre? Los medios siempre son empresas con intereses

03/05/16. Opinión. Hoy es el Día Mundial de la Libertad de Prensa y las entidades, instituciones, grandes medios y asociaciones de periodistas se han sumado a una jornada de festejos sin reparar en las series reivindicaciones que supone dignificar un sector como el de la información. A nadie asombra que lo que se escriba, emita o locute en los medios de comunicación obedezcan a intereses de grandes empresarios, y...

...sin embargo son estos los últimos en ser culpados de la situación de grave falta de credibilidad y precarización que vive la profesión. Las culpas recaen primero en los redactores base, en los periodistas ‘de abajo’, quienes cargan además con todo el peso de la crisis mundial y en concreto profesional que vive la industria. En España las cotas de precarización son cada vez mayores. En Málaga, también. Por eso en este artículo EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com pretende reflexionar lo más claro posible sobre las malas prácticas que los medios de la ciudad y de la provincia llevan a cabo con sus plantillas para así mismo denunciar los constantes tapones y falta de transparencia de las administraciones locales.

EL periodismo sigue siendo en pleno siglo XXI un oficio revestido de falsa épica y repleto de ínfulas egóticas. Poca gente del sector, tampoco en el ámbito local, entiende su empleo como una artesanía más. Tanto valor tiene el periodista que manufactura información como el empleado de una fábrica de conservas que enlata sardinas. Es cierto que en el primer caso el oficio abre una ventana a la creatividad, a la interpretación y al genio, lo que sorprendentemente se ha venido a llamar en la jerga del mundillo como “raza”. Se suele olvidar que esta ‘raza’ viene más bien de estar bien ubicado y contar con las personas con los intereses adecuados para prestarse a colaborar con el informador.

DESMITIFICAR el periodismo no es difícil, siendo este oficio uno de los más denostados por los españoles. Pero se están cargando demasiadas responsabilidades por la crisis de credibilidad en los propios redactores de base. ¿Es que ya no queda de eso que convenimos en llamar ‘raza’? Más bien, se ignora, o se pretende ignorar, que sobre los redactores base existen varias figuras jerárquicas que pasan por jefes de local, redactores jefes, editores, subdirectores y directores en una lista cada vez con más jefes y menos indios y que son estos jefes quienes tienen el poder de decisión para determinar la línea editorial del medio de comunicación o el enfoque de los temas, lo que luego podrá ser compartido, complaciente o reprobado para con las audiencias.


PERO
ni siquiera estos editores, jefes de sección o directores cuentan con el poder omnímodo para elaborar una prensa independiente. Sobre ellos están siempre los directores generales del medio. Los que ponen la empresa para vigilar y ganar dinero. Que es lo único que importa. Los que mandan. Y es que toda la épica y el romanticismo del periodismo se desvanecen por completo y destapas todo el ejercicio de cinismo e hipocresía que se hace en torno a este trabajo día tras día. Los medios de comunicación son, ante todo, empresas. Empresas con sus administradores, sus directores generales, sus accionistas, sus clientes (las marcas, no los lectores o telespectadores) y por supuesto sus intereses. Tan legítimos como transparentes sean siempre.

LA
coyuntura, se ha de incidir en esto, no favorece a otras tantas víctimas del sistema mediático actual: sus propios trabajadores. No solo tienen que soportar los chapateos de barro y lodo propios de la política; también se tienen que enfrentar a una carga laboral infernal, a unos horarios leoninos, a unos salarios irrisorios, y a unas condiciones de precariedad cada vez más asfixiantes.

EN
Málaga son notorios los ejemplos de becarios en diario Sur que trabajan mucho más de las cinco horas que por convenio se rubrican con la Universidad de Málaga. Pero es una práctica normalizada y extendida al resto de diarios locales e incluso emisoras de radio. De poco sirvió la campaña especial de Inspección Laboral que se realizó en las diversas redacciones locales a lo largo del pasado verano de 2015. A pesar de todo, poco o nada ha cambiado, y los becarios no son utilizados como estudiantes por formar, sino como mano de obra barata que sustituye en más de un caso a un trabajador. En agencias como Europa Press son los propios becarios en prácticas quienes asumen toda la responsabilidad de las notas enviadas los domingos.

TAMBIÉN
la figura de falsos autónomos se ha consolidado sobre todo en la persona del corresponsal de provincia. Muchos están contentos en esta situación que no garantiza ni prosperidad, ni progreso, ni garantías básicas como días de descanso.

MIENTRAS los propios redactores contratados tienen que soportar expedientes de regulación de empleo (han sucedido en todos los diarios locales, el último en el cuadernillo de Málaga del diario El Mundo) o dificultades para conciliar su vida profesional con la personal.

TODO ocurre cuando desde que comenzó la crisis más de 11.000 periodistas han sido despedidos solo en España y en grandes cabecera en crisis perpetua solo se dan de alta a cercanos. Lógico y legítimo, se tratan de empresas privadas. Pero de nuevo en medios como el de Vocento son conocidas las sagas familiares para indignación de aquellos que han tenido que abandonar sus páginas por diversas fórmulas, ya sea por despido o directamente por prejubilación o fin de contrato en prácticas.

LA
provincia de Málaga celebra hoy el Día Mundial de la Libertad de Prensa, según la ONU, con unas administraciones públicas que castigan el periodismo más díscolo e irreverente..O simplemente el que es crítico o más infantilmente el que “se mete con ellos”. Lo fundamental en la industria de la información es que lo que se escriba siempre sea verdad. La tendencia o ideología política luego puede ser personal o profesional y cada lector podrá escoger con cuál quedarse. Pero la objetividad no existe porque a día de hoy los redactores son sujetos y no simples inteligencias artificiales. Esa quizá sea una de las pocas diferencias del informador con el empleado de la fábrica de conservas. Pero muchas de las miserias, como ser la antítesis a una casta consolidada, existen.

CON
estos antecedentes, cabe preguntarse, ¿qué hay que celebrar en Málaga? Ayer tuvo lugar la carrera por el Día de la Prensa, hoy, y corrieron cerca de 1.000 personas en una prueba deportiva patrocinada por, entre otros, la Diputación de Málaga que a día de hoy carece de un criterio público y razonable para repartir la publicidad institucional y colaborar así la Libertad de Prensa con la independencia de los medios. En los últimos años, desde que Bendodo llegó al Gobierno, dos de las emisoras más beneficiadas por el reparto de publicidad de la administración son COPE u Onda Cero, donde por cierto trabaja como jefa de informativos locales alguien muy cercano a él.

ENTONCES
, ¿para qué la carrera? ¿Qué se celebra? ¿No se reivindica nada? ¿Para qué el correr con esta premisa? ¿Para vaciarla? ¿O es que quien más corre es más libre?

PUEDE
leer artículos relacionados:
- 27/04/16 Cinismo. La Asociación de la Prensa de Málaga recuerda en un acto de la UMA el número de periodistas en paro de la provincia. Se ‘olvida’ de la precariedad que sufre el resto y por la que no hace nada