Se iguala a la Diócesis de Málaga, que también animó el viernes pasado a los usuarios de esta aplicación para teléfonos a cazar Pokémon (animales fantásticos) a lo largo y ancho de las parroquias locales
20/07/16. Opinión. El Centro de Arte Contemporáneo, museo financiado con dinero municipal pero explotado por un empresario privado, se ha retratado y ha quedado en ridículo con un comunicado de prensa remitido ayer a los medios. En él, asegura ofrecer en sus instalaciones dos ‘Poképaradas’, en el argot de la saga de videojuegos Pokémon, dos puntos de encuentro en el que los usuarios pueden recibir ítems valiosos para progresar en el juego...
ASÍ, el CAC se suma a la fiebre que despierta Pokémon Go, una aplicación móvil con apenas días de vida que invita a los usuarios a cazar Pokémon a lo largo y ancho de Málaga mediante un sistema de realidad aumentada. La realidad desmonta el discurso al CAC: el museo dice que con sus Poképaradas siguen apostando en unir “ocio y arte”, cuando la realidad es que esas Poképaradas las proponen los propios jugadores a la empresa que desarrolla el videojuego y en ello el CAC poco ha tenido que ver. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com también da cuenta de un tuit de la Diócesis de Málaga el viernes pasado invitando a los jóvenes a ‘cazar Pokémon’ en las parroquias de la localidad (sic).
“EL CAC Málaga, ofrece dos poképaradas en las inmediaciones de su edificio, demostrando así su empeño de unión entre ocio, cultura y arte. Con más de 25 millones de usuarios activos en todo el mundo, Pokémon Go ha demostrado el gran impacto de esta aplicación móvil en los usuarios, que ya cuenta con su propia comunidad en Málaga en las redes sociales”. Así comienza la nota de prensa que remitió el museo pagado con fondos públicos y explotado por manos privadas. Obviando la falta de ortografía con la que arranca (coma entre sujeto y predicado), se puede señalar una falta de rigor en la dirección del museo.
EL CAC asegura “ofrecer dos poképaradas”. La realidad es que las poképaradas son puntos de interés en Pokémon Go, un juego para móviles basado en la exitosa saga de los años 90. Los jugadores tienen que desplazarse por las calles de Málaga para poder capturar estos animales fantásticos. Y estas poképaradas son puntos clave para conseguir ítems. El CAC es una. También lo es la estatua de su entrada. Y también los grafitis del río. También los peneques de los parques de Teatinos. Y hasta grafitis borrados, restaurantes, chiringuitos y otros enclaves habituales de estas ciudades.
LA nota tampoco atina cuando dice que el CAC ofrece estas paradas “demostrando así su empeño de unión entre ocio, cultura y arte”. La realidad es que estas poképaradas no las ha colocado el museo. Decir lo contrario es no contar la verdad. Estas paradas las coloca la desarrolladora de videojuegos después de que usuarios de un juego similar, llamado Ingress, las subieran. Además, solo en Málaga, hay decenas de estas pokeparadas, como se aprecia en una fotografía realizada en el entorno del Guadalmedina.
EL Centro de Arte Contemporáneo municipal no es la primera institución malagueña que se quiere subir al carro de este fenómeno. Pokémon Go salió el 6 de julio en Australia y Nueva Zelanda y tuvo que esperarse hasta el viernes pasado para que los usuarios españoles también lo pudieran descargar gratuitamente en sus terminales móviles. El mismo viernes la Diócesis de Málaga publicó un tuit animando a los jugadores a visitar las parroquias que también fuesen poképaradas.