OPINIÓN. La Provincia del Paraíso
Por el Colectivo Eloy Herrera Pino


25/07/16. Opinión. La semana pasada la cadena SER Málaga emitió numerosas cuñas insistiendo en que el jueves iban a celebrar su programa matinal local en una mesa colgante a 50 metros de altura suspendida por una grúa que han instalado unos empresarios en Puerto Banús, como si fuera una especie de mesa de restaurante ‘en el aire’. En unas cuñas sí y en otras no...

...se mencionaba para que servía aquello de subirse a la grúa. Vamos, si se iba a hacer algo de periodismo aparte de montar el show de la cabra. Tampoco explicó la emisora que este tipo de iniciativas siempre son pagadas. Vamos, que no se hacen gratis. Que se pagan siempre de alguna forma. Euritos, inserción de publicidad, alguna otra manera más imaginativa… lo que sea. Se habla de unos patrocinadores, pero todo el mundo sabe que lo que se obtiene de esto no está pagado con cuatro cuñas. A los empresarios le habrá supuesto rentabilidad el hecho de que el espacio Hoy por Hoy tuviese lugar en este particular escenario: ahora todos sus oyentes conocen su existencia. Pero, curiosamente, también acudieron a este programa especial un montón de políticos del calado de Elías Bendodo, presidente de la Diputación de Málaga, o Margarita del Cid, presidenta de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental y alcaldes como el de Torremolinos o Benahavis.


EL OBSERVADOR
/ www.revistaelobservador.com se pregunta por el estado actual del periodismo: ¿Desde cuándo tienen que ser los medios o los periodistas la noticia? ¿Qué es más importante, que la radio se produzca desde el aire o lo que cuente precisamente a través del aire, por el que viajan sus queridas ondas? ¿Algún oyente se acuerda hoy de lo que se trató en el programa del jueves? Solo se puede acordar uno desde dónde se hizo: “¡Joder, desde una grúa!”. “¡No veía nada igual desde el show de la cabra y la escalera  que llevaban por las plazoletas de los barrios!”.

“LA emisora SER Málaga ha realizado el espacio Hoy por Hoy Málaga desde el aire. En directo, a 50 metros de altura, se emitieron las casi dos horas del magazine local desde una plataforma elevada y enganchada a una grúa que se ubica en Puerto Banús (Marbella) y que ha sido montado por unos empresarios para ofrecer una experiencia única: cenar en el aire. SER Málaga, junto a SER Marbella-Costa del Sol, realizaron un programa conjunto para analizar el sector turístico en la provincia de Málaga”. Esto del Turismo se pone al final porque lo importante es lo primero, la grúa. Así señala la web de la propia emisora su experiencia en una noticia publicada la semana pasada a raíz del matinal que tuvo lugar el jueves. “A la plataforma se subió, entre otros, el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo; la presidenta de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del SOl, Margarita del Cid; y los alcaldes de Torremolinos, José Ortíz, y Benahavís, José Antonio Mena. También participaron en el programa el presidente de la Asociación de Urbanizadores de España, Ricardo Arranz. Este empresario es el propietario del hotel de cinco estrellas de Benahavis (el Villapadierna, aunque él se empeña una y otra vez en decir que es de Marbella que tiene mejor ‘marca’) donde se alojó Michelle Obama en su visita a la Costa del Sol”. Pero lo más importante: “Por primera vez en la historia, un programa de radio se ha realizado desde una plataforma situada a 50 metros de altura con invitados, actuaciones, entrevistas y público”.


VALE
preguntarse cuál es el estado del periodismo local de hoy día cuando de repente cobra más relevancia cómo y desde dónde se dice algo que lo que se dice en sí, que parece que a todos les importó un pepino, total, están hartos de hablar de lo mismo mil veces, pagando por ello casi siempre aunque esto no se le diga al oyente. Así, esa rancia premisa de esto que llaman Periodismo de que el periodista debe evitar a toda costa convertirse en noticia salta por los aires, y nunca mejor dicho. Ocurre en el caso de la SER, en el caso del medio al completo. En los párrafos anteriores a los comentados de la noticia en su web, aparece el acrónimo de SER hasta en tres ocasiones. De hecho, el artículo continúa con declaraciones del presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, que se reducen a felicitar al propio medio. “Ha sido una experiencia única, nunca me habían hecho una entrevista a 50 metros de altura” (?).Como verán lo importante es que “me entrevisten”, y si es en un sitio raro para hacerse publicidad mucho mejor, porque lo que dice tampoco tiene importancia, es lo de siempre. Algo como así: “Somos los mejores del universo y vienen turistas por lo bien que lo hacemos en todo el mundo mundial y en el extranjero también. Y yo estoy al frente de todo esto como si fuera Fofito”.

ESTA
indeseable condescendencia y pringosa relación entre políticos y periodistas es uno de los males que aquejan a esta profesión que se supone que debe explicar la realidad. Pero no el peor. El peor es que los oyentes, los lectores, los espectadores, los que están al otro lado del medio nunca saben cómo se pagan los contenidos que están tragándose. Y no lo saben porque no se lo dicen. Es mejor que crean que todo es espontaneo, fruto del interés del periodista por esa realidad que debe contar. No hablamos ya de los oscuros entresijos financieros de las empresas editoras, sino de cómo se pagan esos contenidos que se lanzan a los usuarios a un nivel local. ¿Quién ha pagado realmente el show este de la grúa? ¿Esos que en el programa llaman los patrocinadores con un eufemismo horroroso y que se nombran deprisa y corriendo al final o durante el mismo? ¿Por qué no estaban sentados en manada como los políticos en esa volátil mesa? ¿Eran tímidos? ¿Tontos, después de todo el dineral que han soltado? ¿Los que se sentaron en la mesa eran los verdaderos patrocinadores?... El descrédito del periodista es uno de los más altos según el Centro de Investigaciones Sociológicas. Mientras nada se haga, nada cambiará. La SER defiende que el suyo fue un programa monográfico sobre turismo. No, fue un programa sobre una grúa, y el turismo fue la excusa para hablar de la dichosa grúa que cuelga a la gente para cenar… o para hacer radio.


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