León recuerda en su blog de ‘La Opinión de Málaga’ que esta torre de varias decenas de metros “además de sombra, hará que la visual de la ciudad cambie para siempre”

26/09/16. Opinión. Nuevas voces se alzan contra la construcción del hotel del Puerto de Málaga. En esta ocasión es el articulista Gonzalo León quien aborda este asunto en su blog ‘Lavidamoderna Merma. Excava y recuerda’ de La Opinión de Málaga, donde lamenta que paralizar esta iniciativa resultará difícil ya que el regidor malagueño, Francisco de la Torre (PP), ya ha hecho suyo el proyecto. “Porque el alcalde quiere hacerlo. Le gustan...

...esos proyectos. Le gustan las torres –será por un tema de filia con el apellido o algo- y sobre todo –y eso es normal- quiere que se hagan cosas impresionantes durante su mandato. Que pase por el hotel gigante y diga: esto lo hice yo: Francisco de las torres”. E ilustra su publicación con una revelador montaje fotográfico del blog ‘Edifeicios’. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com comparte las reflexiones de León por su interés.

PUEDE leer el texto de Gonzalo León en su fuente original AQUÍ.


Francisco de las Torres

NO sé bien qué está sucediendo últimamente en la ciudad pero bien da la sensación de que hubieran soltado alguna sustancia en las canalizaciones del agua municipal de tal manera que, al contactar el líquido malacitano con las pieles de los habitantes del municipio suceda una magna conversión que afecte al cerebro o a la vista.

 

ESTAMOS empachados de tonterías y ávidos del mordisco fácil a la presa que se ponga en medio del camino. Somos a día de hoy defensores de nuestros propios enemigos. Y da igual si éstos fueron pasto de los odios propios antes o después de la alabanza. Da igual. La cuestión es gritar. Aplaudir. Hacer simpáticos bailes como si de escenarios de circo se tratara.

 

ALGO pasa porque estamos presenciando en una carambola rarísima cómo la ciudad no avanza pero parece que sí lo hace. Es algo parecido a conducir un Ferrari descapotable a ciento ochenta kilómetros por hora y ponerte delante de un ventilador con el botón de máxima potencia pulsado.

 

EN ambos casos te da el vendaval en la cara. Sí. Incluso si cierras los ojos puedes sentir la velocidad en tus pestañas. Correcto. Pero ya está. Nada más. Es mentira.

 

PARECE que estamos miopes. Como si no viéramos bien o no quisiéramos mirar al lugar adecuado. Hablamos rapidísimo. Hacemos afirmaciones sin parar a pensar ni un segundo. Somos agresivos. Atacamos sin piedad pero al lugar equivocado. Aquí hay mal negocio si se sigue con esta dinámica.

 

EN las redes sociales es muy habitual observar cómo la gente entrega la cuchara al minuto uno y ya se da por vencida. El amor es indomable si el que tienes delante es considerado por el ciudadano como superior. Las personas llaman “presi” al dueño de un equipo y se emocionan si éste les contesta. En su interior puede que piensen que a lo mejor así se hacen ricos o algo. Y lo mismo pasa con la política y los proyectos del futuro.

 

AQUÍ se oye sin escuchar y se escupen repeticiones de soflamas sin saber bien ni dónde se tiene la nariz. Y ahora está pasando con el nuevo gran proyecto ultra estrella de la ciudad: El hotel en el puerto. Una gran torre de de la Torre.

 

NUNCA hay un gran proyecto en la ciudad sin que pasen unos meses y aparezca uno mejor. No vamos a hacer una enumeración de museos de gemas o de puentes gigantes por la bahía. Ya sabemos todos que Málaga tiene monorraíles como el de los Simpson cada dos por tres.

 

LA cuestión es que en este caso hay algo que trasciende del resto de apariciones marianas y es que se trata de un proyecto que cambiará por completo la fisonomía visual de la ciudad. Una torre de decenas de metros en el puerto de la ciudad, además de sombra, hará que la visual de la ciudad cambie para siempre.
 

HAY que pensar en la foto cursi desde Gibralfaro y dibujarle un palitroque al fondo. En el mar. O en el paseo de Huelin o el Morlaco y ver el bolo al fondo. Es subir a los montes y apreciar la nada perfecta que es Málaga usurpada por una barra de viena metálica.

 

Y entonces uno dice –o debería-: Bueno, vamos a pensarlo. Pero no. No hay tiempo ni oportunidad. Ya está hecho firmado y aprobado. Ya están los aplausos. La cinta de inauguración encargada y el altavoz municipal dando candela con el tema.

ES un no parar de alegría y alboroto para decir viva el nuevo hotel. Pues viva oiga. Pero que viva de verdad. Que no seamos los habitantes del pueblo al que iba a ir Mr. Marshall. Y es que resulta un despropósito enorme pensar que ese cambio tan radical se va a hacer sin la mínima aprobación de los representantes públicos.

PERO parece ser que será complejo. Porque el alcalde quiere hacerlo. Le gustan esos proyectos. Le gustan las torres –será por un tema de filia con el apellido o algo- y sobre todo –y eso es normal- quiere que se hagan cosas impresionantes durante su mandato. Que pase por el hotel gigante y diga: esto lo hice yo: Francisco de las torres.

PERO ahí debe entrar el ciudadano a parar esta historia. A plantearla seriamente y a pedir información al respecto. ¿Qué tenemos hasta ahora? Poco o nada de información. Hemos disfrutado de un convite de cosas absurdas y facilonas. Dos montajes de un estudio de arquitectura local -muy bueno todo sea dicho- y las firmas apoyando el asunto de los clásicos reunidos.

Y todo esto acompañado de las mermeladas con la que nos untan como tostadas para que nos pongamos tiernos. A saber: riqueza, puestos de trabajo, economía, avance, etc. Y ahí llega el problema pues aún a día de hoy no se sabe bien de qué cosa hablan.

PERO la gente aplaude. Tiran serpentinas ante un casino en la ciudad en la que la gente no compra porque no tiene dinero y en la que hay dos bingos y viven como pueden. Pero ojo, casino. Eso es muy emocionante. Y ojo que hay más. Un hotel de súper lujo de cinco estrellas. Curioso que se aplauda eso cuando Málaga recuperó las cinco estrellas hace muy poco tiempo con el hotel del Pasillo de Santa Isabel. Y un sinfín de tiendas de alto nivel dentro del espacio hotelero. Jeje. Pues muy bien oiga. ¿Pero eso quién lo paga? ¿Quién va a llenar esos lujosos comercios y casinos si en la ciudad no se consume a penas jamón de bellota porque la gente no lo paga? Si el restaurante más bueno tiene que sacar carta de tapas porque no llega.

¿QUÉ milonga nos están contando? Pues parece ser que una enorme. Gigante. Y aunque no es la primera vez resulta del todo doloroso observar cómo quien no tiene dónde caerse muerto aplaude la decisión aún sabiendo que no puede acceder a eso. Pero claro, igual piensa que trae dinero… ¿Dinero a quién? ¿Van a ser los dueños de las franquicias gente de Málaga? Je. ¿Va a ser el dueño del hotel alguien de la provincia? Je. ¿Va a tributar aquí al 100%? Je.

Y lo mejor de todo es que parece ser que tras este proyecto hay un fondo qatarí que promociona el proyecto. Vaya. Estas cosas en Málaga son una caja de sorpresas así que todavía no sabemos por dónde saldrá el asunto.

PERO en cualquier caso solamente podemos esperar, aguantar el tirón y pedir públicamente un estudio más detallado sobre un proyecto que puede cambiar la imagen de la ciudad.

SI es bueno y positivo qué duda cabe que merece la pena que Málaga lo tenga. Ahí está la torre Pelli que superó a la Giralda pero que se ve como un emblema de avance y está repleto de vida empresarial.

AQUÍ no sabemos qué sucederá. No sabemos de hecho nada. Solamente que o pedimos los papeles o nos venden la ciudad sin contrato y bajo cuerda. Pero para eso hay que aclarar la vista y evitar la ceguera porque ya deberíamos estar escarmentados.

QUE en esta ciudad mucho Qatar pero poco catar.

VIVA Málaga.

PUEDE ver aquí anteriores artículos relacionados con esta publicación:
- 22/09/16
El periodista Sebastián Sánchez sostiene que el futuro hotel del Puerto de Málaga es un proyecto “gestado de espaldas a la ciudadanía”
- 21/09/16 Málaga, el paisaje y el hotel del Puerto. Consideraciones sobre su impacto paisajístico
- 26/02/16 En su línea. C’s se interesa por el hotel del Puerto mientras el resto de grupos llevan por trámite de urgencia temas de interés general como el ruido, Art Natura o la promoción de Hoyo de Esparteros