“Bajo el shock provocado por la pandemia del Coronavirus, en pleno estado de alarma y con la población confinada, el Ayuntamiento de Nerja ha elegido este momento para sacar del cajón un convenio pendiente con una promotora inmobiliaria”
“Su objetivo, la construcción de un campo de golf, varios hoteles y 680 viviendas de lujo. Todo ello en doscientas hectáreas, en el entorno de Maro, pedanía de Nerja”. “La empresa no es otra que la Sociedad Azucarera Larios (SALSA Inmobiliaria)”
“Desde 2017 existe una detallada propuesta conservacionista, respetuosa y económicamente sostenible para la zona, que constata la posibilidad de alternativas al ‘pelotazo’ del ‘Plan Larios’ y su insano desarrollismo suicida. La Plataforma Ciudadana ‘Otro Maro y Nerja es Posible’ lo concreta en un decálogo de medidas disponible en su sitio web”
OPINIÓN. Foto/Vídeo con pie. IMAGEN
Redacción
22/05/20. Opinión. Los reconocidos artistas residentes en Nerja, Elo Vega y Rogelio López Cuenca, dan la “Alarma. En peligro uno de los últimos espacios libres de ladrillo en la costa de Málaga”, en un duro artículo en Staf Magacine (AQUÍ) en el que denuncian el salvaje proyecto que la empresa Larios y el Ayuntamiento de Nerja tienen previsto ejecutar en los acantilados protegidos de la pedanía nerjeña...
...de Maro. Informa EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.
“Bajo el shock provocado por la pandemia del Coronavirus, en pleno estado de alarma y con la población confinada, el Ayuntamiento de Nerja ha elegido este momento para sacar del cajón un convenio pendiente con una promotora inmobiliaria”. “Su objetivo, la construcción de un campo de golf, varios hoteles y 680 viviendas de lujo. Todo ello en doscientas hectáreas, en el entorno de Maro, pedanía de Nerja”. “La empresa no es otra que la Sociedad Azucarera Larios (SALSA Inmobiliaria)”, denuncian los artistas en su artículo.
Al mismo tiempo que hacen una crítica descripción del posible panorama a que llevaría la ejecución de este convenio urbanístico, apoyan las soluciones propuestas por el único colectivo ciudadano que lleva años luchando contra este desatino municipal. Así, los artistas escriben: “En el caso del proyecto que afectaría tan gravemente al entorno de Maro, desde 2017 existe una detallada propuesta conservacionista, respetuosa y económicamente sostenible para la zona, que constata la posibilidad de alternativas al “pelotazo” del “Plan Larios” y su insano desarrollismo suicida. La Plataforma Ciudadana Otro Maro y Nerja es posible lo concreta en un decálogo de medidas disponible en el sitio web de la Plataforma, donde se recopila toda la información, la historia y la actualidad relativa al caso y se puede firmar en manifestación de solidaridad, de apoyo y adhesión”.
Personas interesadas en la información de Facebook publicada por esta revista y Logo de la Plataforma
La revista EL OBSERVADOR lleva años apoyando que no se construya este proyecto salvaje del Grupo Larios que incluye en los acantilados protegidos de Maro un campo de gol, un hotel de cinco estrellas y casi 700 viviendas de lujo, arrasando el paisaje y las formas tradicionales de vida de la zona. Y apoyando también las propuestas alternativas y sólidamente argumentadas de la Plataforma Ciudadana ‘Otro Maro y Nerja es Posible’ (AQUÍ.) Esta revista publicó el 14 del pasado abril un artículo titulado: VÍDEO. Un ‘salvaje’ vídeo de Salsa Inmobiliaria muestra el destrozo que Larios y el Ayuntamiento de Nerja van a hacer en el paraje protegido de Maro al construir pegados al mar un campo de golf, 5 hoteles y casi 700 viviendas de lujo (AQUÍ) que solamente en el perfil de Facebook de la revista (AQUÍ) ha alcanzado por ahora a 21.000 personas, a estos lectores hay que añadir los contadores de la web www.revistaelobservador.com y demás perfiles en Twitter (AQUÍ) y otras redes sociales. Esto da idea del interés ciudadano que despierta la salvaje propuesta inmobiliaria de Larios.
Se puede leer el artículo en su fuente original de Staf Magacine AQUÍ.
EL OBSERVADOR lo ofrece integro a sus lectores por su particular interés.
Alarma. En peligro uno de los últimos espacios libres de ladrillo en la costa de Málaga
25 April 2020. Texto: Elo Vega y Rogelio López Cuenca. Fotografía: Cedidas por la Plataforma Ciudadana "Otro Maro y Nerja es posible". Foto portada: Calas de Maro.
La autora del célebre No Logo. El poder de las marcas, la escritora canadiense Naomi Klein, publicó en 2007 otro extraordinario libro La doctrina del shock, donde desarrolla la tesis de que el capitalismo aprovecha la conmoción colectiva provocada por situaciones de desastre, como guerras, catástrofes “naturales” o crisis económicas para imponer medidas que de otro modo se encontrarían con la oposición de los sectores sociales que más directamente van a padecer sus consecuencias.
Bajo el de shock provocado por la pandemia del Coronavirus, en pleno estado de alarma y con la población confinada, ha saltado la noticia de que el Ayuntamiento de Nerja ha elegido precisamente este momento para sacar del cajón y reactivar un convenio pendiente con una promotora inmobiliaria. Su objetivo, la construcción de un campo de golf, varios hoteles y 680 viviendas de lujo. Todo ello en doscientas hectáreas, dos millones de metros cuadrados, en el entorno de Maro, pedanía de Nerja situada entre esta, el Paraje Natural de los acantilados de Maro-Cerro Gordo y el Parque Natural de las sierras Tejeda y Almijara.
La empresa no es otra que la Sociedad Azucarera Larios (SALSA Inmobiliaria), propietaria de grandes extensiones de terreno a lo largo de la costa malagueña. En Nerja, durante la pasada década, Larios ha cedido algunos de esos terrenos para levantar determinados equipamientos públicos (bomberos, guardia civil, paseo marítimo, etc). El convenio puede leerse íntegramente EN ESTE ENLACE.
Este acuerdo data de 2015, pero la situación actual parece representar la ocasión idónea para ponerlo en marcha evitando las molestas polémicas que entonces provocó. En aquel momento la zona se encontraba protegida, no sólo por su condición de Paraje Pintoresco y Sitio Histórico (a raíz del descubrimiento de la Cueva de Nerja), sino por el Plan de Ordenación del Territorio de la Costa del Sol Oriental–Axarquía y por el Plan de Protección del Corredor Litoral de Andalucía, que, para preservar lo que queda de costa en estado natural, prohibía construir en la franja de los primeros 500 metros. Nada de eso existe ahora. Por no existir, ni siquiera hay ya una Consejería de Medio Ambiente: su eliminación, en enero de 2019, fue una de las primeras medidas del recién estrenado gobierno de la Junta de Andalucía.
Este mismo gobierno ha coincido también en considerar idóneas estas fechas para aprobar un decreto-ley que, movido por su manifiesto afán por demoler cualquier tipo de trabas que puedan obstaculizar el libre desarrollo del emprendimiento económico, modifica o deroga por completo nada menos que 21 leyes y 6 decretos que fastidiaban con engorrosos trámites administrativos la agilidad que en estos tiempos exigen los negocios. La desregulación que este decreto implica afecta a la totalidad de la actividad económica, desde el ámbito del comercio al de las comunicaciones, del urbanismo al medioambiente.
Plan Larios
Otro campo de golf. Y en la provincia de Málaga hay ya más de 70
Desde 2017 circula el video promocional – que no ha ganado un Oscar, pero sí el Premio “Atila” que la asociación GENA/Ecologistas en acciónotorga cada año a la más destacada agresión contra el medio ambiente– sobre el “ilusionante” proyecto Maro Golf, aunque solo ahora Sociedad Azucarera Larios lo ha colgado en la Red para su visionado público:
https://youtu.be/OdEHYNKbtRE
Por más acostumbrados que ya estemos a ver el mundo a través de una pantalla y a que esas imágenes ficticias tengan más poder que la realidad que vemos con nuestros propios ojos, el vídeo es de antología. Igual que digno de un manual básico de la especulación inmobiliaria es el abandono sistemático al que sus propietarios han sometido el terreno: dejar que se deteriore, alentar su decadencia hasta que salte a la vista la necesidad de “intervenir” para “regenerar” el lugar. Y ninguna justificación más oportuna que la inevitable alusión al fantástico número de puestos de trabajo que la propaganda oficial de este tipo de proyectos promete, agudizada por los pesimistas vaticinios de una inminente crisis económica.
La excesiva dependencia que la economía local tiene respecto a la industria del turismo y del ladrillo provocará que el desempleo vaya a resultar masivo. Sin embargo, se propone paliarlo implementando aún más el sector del turismo y el ladrillo. Para poder pasar por alto esta pequeña contradicción viene que ni pintado el estado de shock provocado por la pandemia del Coronavirus, que parece venido a rematar la anhelada alineación de los astros a favor de los planes de Larios. Unos planes que buscan la salida a una crisis del sistema mediante una huida hacia adelante, acelerando los propios mecanismos que generan las crisis.
Ahora mismo la lógica más elemental nos debería mover a reflexionar acerca de las causas que nos han traído a esta situación, y cuáles son las verdaderas prioridades de nuestra supervivencia. Los científicos alertan de modo unánime situando los orígenes de esta y de otras catástrofes recientes en la progresiva pérdida de biodiversidad: al elegir la intensificación de la cría y el cultivo de unas determinadas especies naturales que nos resultan “de utilidad”, en detrimento de otras que, por “inútiles”, son exterminadas, se rompe el débil equilibrio del ecosistema. La consideración socialmente dominante de la naturaleza como un conjunto de recursos explotables de los que extraer beneficios económicos, y no como el fundamento indispensable de la vida –de nuestra propia vida– es quizá lo que impide que veamos el litoral como uno de los ecosistemas más frágiles del planeta, más dinámico y cambiante, más delicado, más en peligro.
Se ve que no acabamos de entender que la conservación de la naturaleza no es algo que podamos separar de la defensa de nuestra vulnerable supervivencia y no una especie de gesto altruista que podemos permitirnos, siempre que no resulte demasiado caro ni trabajoso, ni implique rebajar nuestros hábitos de consumo y confort. Y mientras, asistimos a cómo la ebriedad del lucro no es capaz de imaginar otro futuro que no consista en perseverar en la fantasía del (imposible) saqueo ilimitado de unos recursos que no lo son, por más que ello implique su propia autodestrucción. Incluida la nuestra.
Zona de afectación del Plan Larios
Parar y repensar las prioridades, conservar, cuidar, decrecer
Lo que en Maro se está proponiendo es el sacrificio de una tierra extraordinariamente fértil en el altar del ladrillo y del monocultivo intensivo de tropicales, en su mayor parte destinados a la exportación. Al mismo tiempo, importamos almendras de California, naranjas de Sudáfrica, espárragos de Perú… y, aunque parezca mentira, hasta aguacates. Sí, nadie lo entiende, porque todo responde a una gramática radicalmente distinta de la de la vida: la de la acumulación monetarista. El capital se mueve como un zombi, movido por la inercia del botín, un mecanismo depredador ajeno incluso a las amenazas que su insaciable voracidad conlleva para su propia existencia. Se diría que pretende conjurarlas mediante la retórica, añadiendo sistemáticamente la coletilla del adjetivo “verde”. Y nada aporta ese tono de verde como el verde de un campo de golf.
El estado de estupefacción, de sorpresa ante la imprevista situación en que nos encontramos está siendo utilizado –y probablemente lo será aún más– como disculpa y justificación de decisiones que se apoyarán en el consabido discurso encubridor de que no hay otra solución. Pero esta crisis también ha puesto en evidencia cómo lo que normalmente es menos valorado resulta ser lo más indispensable; cómo la jerarquía de privilegios actual no sobreviviría si se reconociese la verdadera importancia de, por ejemplo, los trabajos de cuidados o la producción de alimentos.
En el caso del proyecto que afectaría tan gravemente al entorno de Maro, desde 2017 existe una detallada propuesta conservacionista, respetuosa y económicamente sostenible para la zona, que constata la posibilidad de alternativas al “pelotazo” del “Plan Larios” y su insano desarrollismo suicida. La Plataforma Ciudadana Otro Maro y Nerja es posible lo concreta en un decálogo de medidas disponible en el sitio web de la Plataforma, donde se recopila toda la información, la historia y la actualidad relativa al caso y se puede firmar en manifestación de solidaridad, de apoyo y adhesión.
El estado de shock, el aislamiento físico, la hiper-comunicación virtual en Redes, acentúan la tendencia a la reacción inmediata, impulsiva, a una indignación tan vehemente como pasajera. Pero no se trata solamente de oponerse a la ruindad de quienes han visto en la desgracia una oportunidad para hacer caja con el desastre, sino de negarnos a regresar a una “normalidad” injusta y destructiva: de proyectar de modo colectivo una vida más digna para todes.
Manifestación de agricultores de Maro (1996). Fotografía: Eduardo Bombarelli
Otros artículos sobre Nerja, Maro y el proyecto salvaje del Grupo Larios:
https://revistaelobservador.com/component/search/?searchword=video%20golf%20maro&searchphrase=all&Itemid=101
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