“Más sorprendidos estarán sin duda los funcionarios de policía judicial que desde el principio intervinieron en la investigación de un asunto complejo, enrevesado, con ataduras políticas obvias y donde se obtiene la impresión de que no se ha querido investigar más a fondo”09/01/23. Opinión. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. El conocido periodista Pepe Fernández, editor de Confidencial Andaluz (AQUÍ) comparte en el digital Extra Jaén una reflexión sobre el archivo de la causa del llamado ‘Caso maletines Covid’, en el que se habría intentado conseguir una comisión de cinco millones de euros...
...por la venta de material anti Covid al Servicio Andaluz de Salud. El juez citó a declarar tanto al ex consejero y hoy hombre fuerte del PP nacional, Elías Bendodo, como a su mujer, la periodista Isabel Naranjo (AQUÍ).
Puede leerse la información que esta revista ofreció e su dia: El consejero de Presidencia de la Junta, Elías Bendodo, y su mujer, la periodista de Onda Cero Málaga, La Razón y Sur, Isabel Naranjo, citados a declarar ante el juez por el caso de la mordida de 5 millones de euros por la venta de test del Covid al SAS.
La declaración del malagueño Elías Bendodo, que hoy es el número tres del PP a nivel nacional, fue el 4 de abril de 2022, al día siguiente de finalizar el congreso del PP en Sevilla. Declararon los consejeros Elías Bendodo y Jesús Aguirre, actual presidente del Parlamento de Andalucía, y figuraba como investigado un exasesor de su consejería. El día 30 de marzo declararonn los investigados y más testigos, como la mujer de Bendodo, Isabel Naranjo, según la información publicada por el grupo Joly.El Consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, y su mujer, la periodista de Onda Cero Málaga, La Razón y Sur, Isabel Naranjo
EL OBSERVADOR ofrece a sus lectores el artículo de Pepe Fernández en Extra Jaén por su interés. Puede leerse en su fuente original AQUÍ.
Archivo de maletines
Menos de tres meses le han bastado al magistrado Miguel Ángel Gálvez Jiménez, como titular del Juzgado de Instrucción Nº 2 de Sevilla, para pronunciarse sobre el llamado “Caso maletines Covid”, asuntillo de presunta corrupción con el PP hasta las trancas. De haber salido las cosas como algunos las tenían previstas la mordida hubiese ascendido a cinco millones de euros del tirón y en una sola operación.
El magistrado Gálvez Jiménez fue nombrado por el CGP en septiembre pasado para el juzgado que fue durante años de Mercedes Alaya, tras haber concursado desde el Juzgado de Primera Instancia 17 de Sevilla. Su nombramiento aparece en el BOE del 14 de septiembre de 2022.
El pasado día 16 de diciembre Su Señoría dictó un auto de unos veinte folios, tres o cuatro con jurisprudencia del TS, que sorprende a la opinión pública archivando la causa. Más sorprendidos estarán sin duda los funcionarios de policía judicial que desde el principio intervinieron en la investigación de un asunto complejo, enrevesado, con ataduras políticas obvias y donde se obtiene la impresión de que no se ha querido investigar más a fondo. El ímpetu judicial y fiscal de la época Eres contra los socialistas no lo veremos en Sevilla contra el PP. El juez Gálvez en su auto, además de alguna inexactitud como decir que es Elías Bendodo quien llama a su amigo y vecino el empresario denunciante para darle el mail a donde dirigirse, no da credibilidad a las tesis policiales. Sin duda de los pasajes que más llama la atención en el auto judicial es uno en el que parece justificar el “todo vale” porque estamos en pandemia y muere gente. De paso ve como bastante normal el papel jugado por Elías Bendodo que fue el que remite al SAS a su amigo el empresario asturiano a través de una vía administrativa nada ortodoxa, al margen de la oficialmente establecida. Pero Su Señoría elogia estas cosas: “Lo anterior -escribe el juez- no comporta ninguna irregularidad, sino antes al contrario, y dada la situación de urgencia por la pandemia mundial y la necesidad de material sanitario, era la forma usual, en la que los empresarios interesados en ofertar productor anti-covid, utilizando cualquier vía para ello”.
El juez da por válidos los testimonios de funcionarios que ratifican las diversas vías para venderle al SAS, evidencia de que “el método de contacto no resulta claro a pesar de la exhaustiva investigación policial llevada a cabo”. Tampoco se investiga la filtración al principal investigado, Guillermo González, que según la policía podría partir desde Presidencia vía Antonio Sanz, ni la manipulación de ordenadores y servidores. Y, por supuesto, nadie queda enterado de cómo el clan de Cádiz se entera de que el empresario (que es amigo de Bendodo) va a ofertar al SAS material anticovid por valor de unos veinte millones de euros, veinticinco si sumamos la comisión pretendida. El juez dice que “Desconociéndose como aparecieron en el proceso de ofertas”, o lo que es lo mismo, de cómo se enteraron los gaditanos que había negocio caliente y a la vista en la sanidad pública andaluza de la mano de un tercero incauto. Sobre el grupo de Cádiz dice el juez “de las diligencias de investigación hasta ahora practicadas no se desprenden indicios racionales de criminalidad contra los citados investigados”. Libres de polvo y paja.
De por medio, como principal sospechoso de ser el supuesto eslabón entre los millones de comisión pedidos y “los de arriba”, apareció Guillermo González Pérez, cordobés, ex SG del PP de Cabra, un chico para todo de la confianza absoluta de su paisano el consejero Jesús Aguirre, convertido en su labor cotidiana en un filtro de seguimiento de temas del Jefe del Gabinete del hoy presidente del Parlamento de Andalucía. El joven Guillermo igual te organizaba un acto que atendía sin demasiados escrúpulos a personajes raros, más comisionistas que empresarios, caso de los investigados en esta causa. Para el juez Gálvez el miembro del gabinete de Aguirre no pudo hacer lo que se le acusa ya que “carece de facultad para ello, (compras) pues no tiene potestad alguna para la toma de decisión al respecto, ya que no es parte del órgano de contratación del SAS”. Otra absolución.
Elías Bendodo y Jesús Aguirre durante la presentación de nuevas UVI móviles en Málaga. / Jorge Zapata / EFE
Ese es groso modo el embrollo de este asunto que tiene muchos aspectos que destacan. Primero, que junto al despacho del consejero de Salud del PP salte la liebre de un miembro de su equipo metido en una trama de corrupción de tomo y lomo. Segundo, el PP ha demostrado en este su primer caso llamativo de pringue que tiene sus propios tiempos, muy parecidos a los que tenía el PSOE a la hora de ponerse a investigar en su propia basura y que tanto criticaron. Tercero, este sumario archivado en Navidad se ha llevado meses en un cajón del juzgado, desconociéndose que diligencias novedosas se puedan haber practicado en este tiempo electoral y de silencio. Cuarto, el auto del juez Gálvez exime a Elías Bendodo de cualquier responsabilidad penal, que no política, algo que la oposición intentó sin éxito. Y quinto, cabe preguntarse si este auto será recurrido. El PSOE lo analiza como parte personada. El empresario asturiano, primer denunciante del caso, me cuentan que no parece muy dispuesto a seguir peleando. Le interesa más disfrutar de la vecindad amistosa en Benahavis con Elías que seguir perdiendo tiempo y dinero en un pleito que, a día de hoy, puede resumirse como una gran pérdida de tiempo…y, desde luego, de confianza en el Sistema.