José Damían Ruiz Sinoga, geógrafo de la UMA: “Cuando se les llena la boca de sostenibilidad, de inclusión, de gobernanza, de que somos lo más guais del mundo mundial, se les debería caer la cara de vergüenza simplemente pensando en las condiciones que están en Los Asperones, cuando era una solución ‘provisional’”

Fernando Ramos, arquitecto: “Cuando dicen que todo el mundo mira a Málaga supongo que también verán Los Asperones, yo creo que no encaja, esa supuesta mirada de admiración ante el modelo de éxito que tanto se cacarea, y cuando miran, lo que ven son los Asperones, supongo que a alguien le llamará la atención”

Curro Troya, periodista: “Es una cosa que me llama la atención, la falta de sensibilidad de los malagueños, esto sería como tener un Guantánamo en Málaga, ¿la gente no preguntaría por qué hay gente recluida sin un juicio? Pues esto es exactamente igual, Los Asperones es el Guantánamo de Paco de la Torre”

Julián Molina, matemático de la UMA: “Está abandonado por todas las administraciones, en particular por el Ayuntamiento, y no han hecho absolutamente nada por solucionarlo, siendo un gueto que se creó de forma provisional”

25/05/23
. Opinión. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. La barriada de Los Asperones es una de las grandes vergüenzas de los dirigentes malagueños, que más de 35 años después de ser creada de manera provisional, continúa en las mismas o peores condiciones, con sus calles sin asfaltar, sin luz, sin alcantarillado, sin establecimientos comerciales, sin futuro...

...Es tiempo de elecciones municipales, y es tiempo de recordar como las administraciones les han fallado a todas esas familias que se ven obligadas a subsistir en condiciones inhumanas.

Los Asperones es un barrio levantado en 1987 para albergar a vecinos procedentes de núcleos chabolistas como Estación del Perro, Puente de los Morenos y Portada Alta, así como a familias desalojadas del Bulto y de corralones de las calles Martínez Maldonado y Castilla, afectados por inundaciones. Está formado por unas 180 viviendas, en su mayoría casas prefabricadas, en las que viven en torno a un millar de personas.


Pese a las promesas de los políticos, sus habitantes llevan más de 35 años esperando a que mejoren sus condiciones de vida, ya que sus calles continúan sin asfaltar, no tienen luz, no disponen de sistema de alcantarillado, y ni siquiera hay una tienda donde poder comprar comida.

EL OBSERVADOR le ha preguntado al geógrafo José Damián Ruiz Sinoga, al arquitecto Fernando Ramos, al periodista Curro Troya y al matemático Julián Molina su opinión respecto a uno de los problemas más enquistados de nuestra ciudad. La palabra más repetida ha sido “vergüenza”.

José Damián Ruiz Sinoga


A José Damián Ruiz Sinoga, geógrafo de la UMA, Los Asperones le parece que “es la gran vergüenza que hay, por parte de todas las administraciones, me parece que es una gran vergüenza. Es una barbaridad. El que va por allí con frecuencia, porque yo trabajo cerca y paso todos los días por allí, y cada vez se me cae la cara de vergüenza”.

Ruiz Sinoga recuerda que la barriada “se planteó con unos criterios de provisionalidad increíbles, y llevamos más de 35 años, es muy fuerte, y todo el mundo mira para otro lado. Y digo todo el mundo, porque aquí no solo está involucrado el Ayuntamiento, que lo está, pero también la Junta, la anterior y esta”.


El geógrafo involucra a todas las administraciones, ya que considera que “el político tiene una memoria flexible, de tal manera que algunas veces los actuales parece que llevan un periodo enorme, y para otras cosas parece como si estuvieran gobernando desde anteayer. La Junta actual lleva ya cinco años, y no se ha hecho nada. Y los anteriores que estuvieron no se cuantos años y miraron para otro lado, pues tampoco. Me parece una vergüenza, no tengo más calificativos”.

“Tendrían que mirar cada vez pasan por ahí, cada vez que dicen algo ahora en unas elecciones municipales”, mantiene Ruiz Sinoga, “se les tendría que caer la cara de vergüenza, cuando se les llena la boca de sostenibilidad, de inclusión, de gobernanza, de que somos lo más guais del mundo mundial, se les debería caer la cara de vergüenza simplemente pensando en las condiciones que están en Los Asperones, cuando era una solución ‘provisional’”.

Fernando Ramos

El arquitecto y activista Fernando Ramos considera que Los Asperones “es la gran vergüenza de Málaga, la gran vergüenza social, técnica y urbanística”, ya que “no hay ningún motivo para que permanezca ahí durante casi 40 años. No hay ningún motivo real, hay un desprecio absoluto, y una serie de dejaciones de las dos administraciones y de todas las alcaldías que ha habido en Málaga, y de todas las administraciones de la Junta que ha habido”.

“Supongo que alguien estará esperando a que aquella zona sea rentable a los propietarios para que se decidan a intervenir, parece que ser que mientras los ciudadanos no somos rentables pues no hay que actuar en los barrios”, esgrime el arquitecto cuando se le pregunta por los motivos que pueden tener las administraciones para este abandono.

Y es que Ramos mantiene que “Los Asperones no dependen del desarrollo de ese sector, con el Distrito Zeta, es un problema que la administración pública creó y no ha querido solucionar, y sigue sin querer solucionarlo. A finales de los 80 ya se manifestaban en el Parque reclamando lo que se les había prometido”.


Ramos incluso cree que “además se culpabiliza a esa población, que los expulsaron de sus hogares para mejorar su entorno urbano, su calidad de vida y sus viviendas, y resulta que siguen allí condenados, y encima se les hace culpables de la situación. Y para remate, se coge un caso puntual de una persona que, de una manera realmente increíble, ha podido salir de ese entorno y crearse su propia formación, y su propia perspectiva personal con un mínimo horizonte, y se le pone de ejemplo como si de allí se pudiera salir con cierta facilidad. No, aquello es un pozo de degradación, aquello es una vergüenza”.

Para el arquitecto Los Asperones “es un gueto que, por acción u omisión, todas las administraciones han mantenido, ninguna ha resuelto el problema, un problema indigno en inhumano, e impropio de una ciudad en esta parte del mundo, que se supone más o menos desarrollada”.

“Cuando dicen que todo el mundo mira a Málaga”, continua Ramos, “supongo que también verán Los Asperones, yo creo que no encaja, esa supuesta mirada de admiración ante el modelo de éxito que tanto se cacarea, y cuando miran, lo que ven son los Asperones, supongo que a alguien le llamará la atención”.

Curro Troya

Por su parte, el periodista y comunicólogo Curro Troya entiende que “la exclusión social que está haciendo el Ayuntamiento” con Los Asperones se trata de “una condena”, ya que “llevan más de tres décadas, en un barrio que inicialmente se creó de forma provisional, que no es un barrio, es un asentamiento chabolista, perpetrado desde las administraciones, que lo que hicieron fue unas casas prefabricadas que son chabolas, porque hay que llamarlo así, y lo que se hizo es condenar a esta gente a la exclusión social”.

Para el periodista, las administraciones “los mandaron lejos a un gueto, porque ellos se ven que no son capaces de sacar de esa situación a esas personas. Es una condena como otra cualquiera, en una cárcel como otra cualquiera, que es un barrio de exclusión social a kilómetros de Málaga. Eso debiera avergonzar a cualquiera, pero en Málaga no avergüenza a nadie, tener a personas como animales metidos en un gueto como los Asperones, es lamentable”.


A Troya le sorprende que, a pesar del tiempo que ha pasado, nadie haya hecho nada aún. “Aquí nadie se avergüenza de eso, es una cosa que me llama la atención, la falta de sensibilidad de los malagueños. Esto sería como tener un Guantánamo en Málaga, ¿la gente no preguntaría por qué hay gente recluida sin un juicio? Pues esto es exactamente igual, Los Asperones es el Guantánamo de Paco de la Torre”, asegura.

Julián Molina

Para el matemático de la UMA Julián Molina, Los Asperones se trataba de “una solución provisional de hace más de treinta años y nadie se ha metido ahí, y eso es un gueto de marginalidad y de todo, es inhumano vivir ahí, no tiene nombre, sin asfaltar las calles, sin saneamiento… No es que haya que buscar en qué están mal, es que no están bien en nada. Solo tienen un graduado universitario en los tiempos que corren, no hacen falta ni datos, es una vergüenza absoluta”.

Molina lamenta que “está abandonado por todas las administraciones, en particular por el Ayuntamiento, y no han hecho absolutamente nada por solucionarlo, siendo un gueto que se creó de forma provisional, y no les ha importado nada a ninguna administración en ningún momento, y la más implicada el Ayuntamiento”.