Fernando Ramos, arquitecto, “Embovedarlo en absoluto, el único proyecto salvable y defendible es renaturalizarlo, como ya ha propuesto Ecologistas en Acción con detalle”
19/09/23. Opinión. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. Las inundaciones en Libia, donde han muerto más de 11.300 personas, vuelven a traer a la tertulia malagueña qué hacer con el cauce del río Guadalmedina. Es conocida la intención el alcalde, Paco de la Torre, de embovedar el río, al que ve como una cicatriz que divide nuestra ciudad en dos. Por eso la única solución que se le ocurre es taparlo, embovedarlo,...
...aprovechando para hacer unos puentes-terraza para uso y beneficio de la hostelería.
Se trata de una muy mala idea visto lo que ha sucedido en Libia, donde las intensas lluvias han producido unas trágicas inundaciones que han provocado la rotura de una presa o el desbordamiento de ríos a su paso por ciudades.
Así lo ha denunciado en su Twitter el geógrafo, José Damián Ruiz Sinoga (AQUÍ), que entiende que embovedar el río Guadalmedina supondría un peligro para los ciudadanos malagueños. Además lamenta la poca transparencia del Ayuntamiento con este tema, ya que se saben las intenciones del alcalde, pero no existe aún un plan aprobado para las actuaciones en la cuenca.
Ruiz Sinoga mantiene que en el río se debería llevar a cabo “una renaturalización aguas debajo de la presa del Limonero, me parece lógico, me parece que es lo que hay que hacer”.
En cierto modo se trataría de actuar como ha hecho la Junta aguas arriba del Puente de Armiñán, aunque Sinoga es prudente y prefiere esperar “a ver como funciona la actuación de la Junta, porque una cosa es plantar y otra cosa es proteger. Para que se proteja lo que se ha plantado hay que hacer un seguimiento, es algo que vamos a ir viendo a lo largo del tiempo. Tendrán que pasar unos años, para ver si la actuación que se ha llevado a cabo funciona o no”.
Por su parte el arquitecto, Fernando Ramos, opina que el Guadalmedina no se debe embovedar, “en absoluto, el único proyecto salvable y defendible es renaturalizarlo, como ya ha propuesto Ecologistas en Acción con detalle. La propuesta del concurso que se hizo se puede utilizar, por lo menos alguna parte”.
Ramos también lamenta que “se vuelve a dar la clásica tarea pendiente que tiene el Ayuntamiento, que es que no hay ningún motivo para que no se tenga un plan claro y lo vaya cumpliendo por plazos, coherentemente y de forma sostenible, no hay ninguna razón lógica para que no lo haga”.
Y es que para Ramos en este caso ocurre lo que con muchas pública en Málaga,”en vez de un problema urbano y medioambiental se ha considerado un problema político y electoral, y esa es la razón de que no se haga, no hay otra razón. Hace falta una política urbana responsable si se quiere hacer, si se sigue una política urbana electoral, pues habrá que ver las elecciones, y los calendarios, y los intereses…”.
En cualquier caso Ramos sostiene que en el caso del Guadalmedina, “todo viene a coincidir en lo mismo, renaturalizar, utilizarlo como un espacio urbano de esparcimiento ciudadano, masa verde, se sabe lo que hay que hacer, ahora hay que querer hacerlo”.
Hay que recordar que el plan del Ayuntamiento de Málaga para embovedar el río Guadalmedina costaría 250 millones de euros, mientras que la opción de renaturalizarlo, que defiende Ecologistas en Acción, costaría menos de 4,6 millones, de los cuales hasta cuatro millones podrían haber sido aportados por fondos europeos.
El profesor de la UMA y miembro de Ecologistas en Acción, José Galindo, sostiene que “embovedar un río supone aumentar su contaminación y su consideración de alcantarilla. También se incrementarían los animales que se consideran como plagas (ratas…) junto con la contaminación que llega al mar y a las playas. Además, se rompe su utilidad como corredor verde para la fauna”.
Galindo asegura que “la renaturalización es un proceso barato y de fácil mantenimiento. Consiste en reconocer que la naturaleza hace las cosas mejor que los humanos, y que puede gestionarse por sí misma”.
De esta manera, la propuesta de Ecologistas en Acción para renaturalizar el río constaría, tal y como explica Galindo, de las siguientes actuaciones: primero eliminar el cemento del suelo del cauce y algunas obras dentro del mismo, además de limpiar de residuos el cauce y su entorno; a continuación plantar especies propias de las riberas mediterráneas en el cauce y en los márgenes, instalando nidos para facilitar la llegada de fauna; habría que instalar paneles informativos para contribuir a la educación ambiental y cancelar los accesos al río para que el cauce del río se respete para la fauna y la flora (salvo en algunas zonas como el parque de patinadores conocido como Decrepit Park); Se recuperarían dos espacios adyacentes para uso público peatonal que ahora están infrautilizados; y por último habría que mantener el cauce ecológico de agua (unos 30 litros por segundo, que es un 8% del caudal medio que llega a la presa del Limonero).
La renaturalización conllevaría varias ventajas para la ciudadanía, según Galindo, entre las que se encuentran que “la vegetación reduciría el riesgo de inundaciones y avalanchas”, que “aumentaría la biodiversidad”, que “el río y su entorno servirían como medio de educación ambiental, así como lugar de ocio y de observación de fauna”, además “mitigaría el efecto isla de calor, aumentando los espacios con sombra y reduciendo la superficie de cemento”, también “mejoraría la salud y la calidad de vida” contribuyendo a limpiar el aire de la ciudad, incluso “mejoraría también el paisaje urbano y la calidad turística”, algo que “revitalizaría la economía y aumentaría el valor de los barrios afectados”, sin olvidarnos de que “se ahorraría dinero público que podría dedicarse a otras actuaciones más respetuosas con el medioambiente”.