La ex novia del padre Fran, acusado de violación y agresiones sexuales, advirtió a la Iglesia en enero de este año de los comportamientos delictivos del sacerdote, pero el obispo Catalá lo único que hizo fue trasladarlo de Melilla a Málaga
La policía está convencida de que el cura “sabía que estaba siendo investigado”, por lo que con este traslado, “tuvo tiempo de eliminar archivos que pudieran comprometerle”
02/10/23. Opinión. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. El último escándalo de índole sexual dentro de la Iglesia Católica salpica de lleno al obispo de los católicos de Málaga, Jesús Catalá, ya que ha mantenido al padre Fran, acusado de violación y agresiones sexuales, como administrador parroquial en las localidades de Yunquera y El Burgo sabiendo que tenía novia en Melilla y que ésta les había advertido que había descubierto...
...algo que podía ser delictivo.
Tal y como explica Juan Cano para el Diario Sur (AQUÍ), el obispo habría tenido conocimiento en enero de este año cuando “su novia acudió a la iglesia de Santa María Micaela, en Melilla, para contar que tenía una relación con el párroco y que había descubierto algo que podía ser delictivo”. Sin embargo, la decisión del obispo Catalá solo fue “apartar al sacerdote de la ciudad autónoma y enviarlo a Málaga para que reflexionara”.
El paripé del Obispado
El obispo de los católicos malagueños, Jesús Catalá, ha comenzado ahora un paripé al anunciar el viernes pasado (AQUÍ) que “finalmente se personará la Iglesia como acusación particular en la causa contra el conocido como el padre Fran, el sacerdote detenido por cometer abusos sexuales a varias mujeres a las que sedaba y grababa”.
Según el Obispado, "con el propósito de permanecer al lado de las víctimas y de continuar poniendo todos los medios a su alcance para contribuir al esclarecimiento de los hechos, la diócesis de Málaga, tras un estudio en el que se ha valorado el grave perjuicio causado, ha decidido personarse en la causa abierta como perjudicada, en calidad de Acusación Particular. La petición se ha trasladado hoy al procurador, a la espera de que éste la presente a la mayor brevedad ante el Juzgado que instruye el caso". Es decir, todavía no se ha personado, solo dice que tiene intención.
Además, aseguran que “se han iniciado los trámites para expulsar del clero al sacerdote”, y señalan “su total disposición a colaborar con la investigación, su apoyo a las víctimas y su condena más profunda y contundente a toda forma de abuso a la mujer".
El obispo Catalá
Resulta llamativo la manga ancha con la que trata la Iglesia Católica, y en particular el obispo Catalá, a los violadores y abusadores sexuales, sobre todo cuando se compara con como tratan a los homosexuales, a los divorciados o a las mujeres en camiseta de tirantes.
Y es que el obispo de Málaga, Jesús Catalá, ha sido protagonista de varios escándalos desde su llegada a la ciudad. Así, en una entrevista en 2004, aseguraba que “la homosexualidad es una anormalidad psicológica y una desviación sexual aprendida” (AQUÍ). En la entrevista soltó otras perlas como “a ese niño que le adopta una pareja homosexual, hasta el 80% de las posibilidades saldrá maricón” o “yo conozco a jóvenes que son homosexuales porque su padre era un borracho”.
Más adelante, en 2014, el obispo incluso salió en defensa del cardenal Sebastián, que había dicho que la homosexualidad "es una deficiente sexualidad que se puede normalizar con tratamiento" (AQUÍ).
En 2011 no enteramos que estaba prohibido que las mujeres entrasen en la catedral vestidas con camisetas de tirantes (AQUÍ), algo llamativo cuando “el centro de la adoración de cualquier iglesia católica es la representación de un hombre prácticamente desnudo, después de haber recibido una larga sesión de torturas”.
Tampoco acepta el obispo malagueño que un divorciado sea hermano mayor de una cofradía (AQUÍ), por lo que en 2014 obligaron a dimitir al hermano mayor de la Cofradía del Cautivo, Juan Partal.
La historia
Cuando trasladaron al padre Fran a Málaga es cuando la policía cree que el cura es conocedor de que su ‘novia’ en Melilla ha visto los vídeos de agresiones sexuales que guarda en su ordenador, ya que “están convencidos de que el padre sabía que estaba siendo investigado, por lo que tuvo tiempo de eliminar archivos que pudieran comprometerle”.
En agosto la chica volvió a la parroquia para advertir de nuevo acerca del padre Fran, pero el obispo siguió sin hacer nada, y allí le remitieron a la policía, donde “además de desvelar su relación con el padre Fran, aportó una copia que había realizado de unas imágenes que había encontrado en un disco duro en el domicilio del sacerdote”.
En esos archivos se observaba a cuatro mujeres semidesnudas, dormidas o narcotizadas con algún tipo de sedante, ya que “parecen completamente inertes ante las prácticas sexuales ‘de todo tipo’ que les realizaba un hombre. Aún no han podido acreditar qué sustancia pudo emplear”.
La policía ha comprobado que las víctimas desconocían que habían sido agredidas sexualmente y que habían sido grabadas. Estas agresiones sexuales “habrían sido cometidas durante viajes de convivencia con la religión como nexo de unión y en un clima de confianza como telón de fondo. Habrían sucedido en viviendas e incluso, al parecer, en una casa parroquial”.
De momento se le atribuyen cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad, aunque los especialistas de Ciberdelincuencia y de Científica de la Policía Nacional están tratando de recuperar archivos que el cura pudiera haber eliminado de sus discos duros. Sin embargo, el padre Fran “tuvo tiempo más que de sobra de destruir pruebas, de ahí que los investigadores alberguen pocas esperanzas de hallar más información sobre sus actividades en los dispositivos intervenidos”.
Posteriormente, el 6 de septiembre, es el padre Fran el que acude a la comisaría a denunciar que su ex novia “le había sustraído 3.000 euros y material informático en su domicilio”. Para la policía esta denuncia es clave porque supone reconocer que las imágenes aportadas por la denunciante pertenecerían al sacerdote. Cinco días después, el 11 de septiembre, la policía lo detuvo en Vélez-Málaga.
Aún estaba ejerciendo como administrador parroquial -párroco sustituto o en funciones- en los pueblos de Yunquera y El Burgo, “donde lo había destinado el obispo Catalá tras apartarlo de Melilla el pasado enero, cuando la iglesia tuvo conocimiento del escándalo en ciernes”.