Delgado: “La cocina hay que tirarla entera, está totalmente apulgarada, y la encimera está rota por tres sitios”; “El parquet de la planta segunda no se puede salvar, hay que cambiarlo entero. Y el exterior está destrozado”; “Le voy a poner una demanda por la situación en la que me ha devuelto la casa, él lo sabe”

06/10/23
. Opinión. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. El pasado 28 de septiembre Dolores Delgado consiguió recuperar su casa tras más de 6 años intentando echar al inquilino que la ocupaba, ni más ni menos que el alcalde okupa del malagueño pueblo de Benamocarra, Abdeslam Lucena, del partido Por Mi Pueblo, abogado de profesión que ha hecho pasar un calvario judicial a su arrendadora para abandonar...

...la casa. Para más inri, Lucena ha dejado la casa en lamentables condiciones, por lo que Delgado asegura que denunciará al regidor.

Según explica Delgado, propietaria de la finca donde ha estado viviendo desde 2011 el alcalde de Benamocarra, Abdeslam Lucena. “Lo que ha hecho es, como sabía que lo iban a echar, porque iban a ejecutar ya la sentencia, se fue al juzgado para entregar las llaves, pero allí le dijeron que tenía que hacerlo a través de notario”.


Delgado intentó que la entrega de llaves fuese en la propia casa, “pero el notario me dijo que no. Yo muy nerviosa, pero como soy precavida, estaba desde las 9 de la mañana a la puerta de la casa. Y a las 11:00 h. vi salir a su mujer por la puerta”.

Sin embargo, según Delgado, “el notario me dijo que había entrado en la casa y había salido a las 9:30 cerrando la puerta, fíjate si yo se que el notario no ha ido, porque no lo vi salir”. Así que cuando le entregó las llaves de la casa, “le pregunté que si él había cerrado la puerta a las 9 cómo es posible que hayan salido de la casa a las 11 de la mañana, ¿cuántas llaves hay?”.


Delgado mantiene que “las fotos no reflejan lo mal que está la casa. Tiene un olor, he tirado casi todo a la calle menos lo que he podido salvar del salón, la cocina hay que tirarla entera, está totalmente apulgarada, y la encimera está rota por tres sitios”.

Además “el parquet de la planta segunda no se puede salvar, hay que cambiarlo entero. Y el exterior está destrozado, la piscina hay que hacerla nueva, el vaso ya no sirve y hay que hacerla de obra, porque la dejó vacía hace muchos años. Como podían vivir niños ahí, es lo que me pregunto”.


Encima, Delgado asegura que en el papel que entrega Lucena en el notario “dice que la fianza que le sobra que me la deja de buena fe por si hay algún desperfecto, pero que él la ha dejado mejor. De vergüenza”.

La larga lucha de más de 6 años para conseguir que Lucena saliese de la casa le ha pasado factura a Delgado. “Me operaron en diciembre de un tumor, es que me ha afectado a todo, lo he pasado muy mal. Que no le voy a echar la culpa de eso, pero si afecta”.


Por todo esto Delgado, confirma que piensa acudir a los tribunales de nuevo. “Le voy a poner una demanda por la situación en la que me ha devuelto la casa, él lo sabe”.

La historia

Según explica Dolores Delgado, propietaria de la finca de la que ha sido deshauciado el regidor, “en el año 2011 realicé un primer contrato de arrendamiento con su actual esposa [de Lucena], que antes era pareja de hecho. Y en 2014 firmamos un contrato a su nombre”. El documento tenía una duración de tres años a partir del 1 de julio de 2014, y dos meses antes de que concluyera, el 1 de julio de 2017, la propietaria le envió un burofax manifestando su deseo de no renovarle el arrendamiento. “Al no hacer caso interpuse una demanda de desahucio”. El 11 de octubre de 2018 el Juzgado de Vélez-Málaga dictamina que Lucena debe abandonar la casa (AQUÍ), sin embargo el alcalde decide apelar la decisión ante la Audiencia Provincial de Málaga.


En febrero de 2019, ante el conocimiento público de que una sentencia ordena su desahucio, Lucena emite un comunicado en el que ataca a su casera, Dolores Delgado (AQUÍ). En el escrito Lucena asegura cosas tales como que “ella no paga ni la hipoteca ni la millonaria deuda tributaria que tiene la propiedad de la vivienda (…) es a raíz del embargo del Patronato de Recaudación Provincial por una deuda millonaria de IBI (…) la señora Delgado Bonilla debería hacer lo mismo y pagar toda la hipoteca y los casi 5 millones de euros que se deben a Hacienda, con los intereses (…)”. Delgado aportó en su momento a esta revista sendos certificados de la Agencia Tributaria y del Patronato de Recaudación Provincial, para rebatir las acusaciones del alcalde de Benamocarra, en los que consta que no tiene ninguna deuda con estas entidades.

Por su parte, la Audiencia Provincial de Málaga, en la sentencia emitida con fecha 19 de enero de 2021 (AQUÍ), desestimó “el recurso de apelación interpuesto por la representación procesal de D Abdeslam Jesús Aoulad Ben Salem Lucena contra la sentencia de 11 de Octubre de 2018, dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 5 de Vélez Málaga en autos de juicio verbal número 439/17, confirmando íntegramente la misma”. Además consideró que el alcalde debía hacerse cargo de los costes procesales, “debemos acordar y acordamos imponer las costas procesales devengadas en esta alzada a la parte apelante”.


Ante esta sentencia el alcalde de Benamocarra recurrió ante el Tribunal Supremo, que ha desestimado (AQUÍ) los dos últimos recursos presentados por Lucena, con los que lleva retrasando su marcha de la vivienda en la que reside en alquiler desde julio de 2017. Se trata de un chalet en primera línea de playa situado en Torre del Mar. El Supremo ha ratificado ahora la sentencia que ordena el desahucio de Lucena y le ha condenado otra vez a pagar las costas procesales.

La propietaria, Dolores Delgado, afirma que estos años han sido un “auténtico calvario” y asegura que Lucena, abogado de profesión, ha utilizado todos los recursos judiciales a su disposición para dilatar su estancia en la finca, algo que no podrá seguir haciendo ya que contra la resolución del Supremo no cabe recurso alguno. Delgado piensa que lo que ha hecho Lucena, dilatar todo lo que ha podido su marcha, aunque sea legal, se trata de un comportamiento completamente inmoral que le debería pasar factura a una persona pública como es el alcalde de Benamocarra.