José Damián Ruiz Sinoga, geógrafo UMA: “A mi gusta lo que se está haciendo hasta el Puente de Armiñán, yo creo que ese es el camino, y convertirlo en un espacio de uso público, de la ciudadanía, que tiene que concienciarse de que el río es su jardín, su parque, su espacio de ocio, de poder andar, de poder hacer deporte, de tomar el sol…”
Tristán González, Ecologistas en Acción: “La actuación en el Guadalmedina demuestra que el río puede tener otra opción que la de cubrirlo y sepultarlo, con tanto encauzamiento y tanto puente plaza, que son embovedamientos puros y duros, pues nosotros creemos que el río puede tener vida y además se la da al resto de los vecinos”
20/10/23. Opinión. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. El próximo lunes 23 a las 19.00 h, tendrá lugar en el Salón de Actos del Ateneo la mesa redonda ‘Málaga y el Guadalmedina. Historia, actuaciones y planteamientos en torno a su cauce’, en la que se analizarán intervenciones pasadas y actuales, y se ofrecerán propuestas y alternativas en las distintas partes que componen el cauce. En la mesa...
...intervienen José Damián Ruíz Sinoga (catedrático de Geografía Física UMA), Jorge Robles Alés (comisario de Aguas de las Cuencas Mediterráneas), Sebastián González (Arquitecto y Urbanista) y Tristán González (Ecologistas en Acción), y presenta el presidente ejecutivo del Ateneo, Miguel Tello.
El Guadalmedina es el río que vertebra Málaga en su espacio urbano, ha articulado numerosos capítulos de la historia de la ciudad, siendo comúnmente conocidos, los desbordamientos de su cauce, objeto este último de distintas intervenciones, así como de diferentes estudios que no han culminado a día de hoy en una actuación definitiva que ponga fin a una situación visible que le afecta, tanto desde el punto de vista paisajístico, como funcional y de integración, cuestión que no deja indiferente a la ciudadanía.
José Damián Ruiz Sinoga
Para el geógrafo, José Damián Ruiz Sinoga, “el Guadalmedina es un problema recurrente en Málaga, lo que quiere decir que no tiene una solución fácil”. Sinoga hablará en la mesa redonda de “la parte que me toca, que es la cuenca y la hidrología”. Así, la del Guadalmedina “es una cuenca que está regulada por la presa del Limonero, pero es una cuenca torrencial”.
Por eso, la “gran duda” de Sinoga es que “hasta ahora hemos trabajado a base de modelos hidrológicos que se construían como consecuencia de una supuesta lluvia, ¿Qué pasaría si se produce una precipitación de los 100 años, de los 500 años, de los 1.000 años? Y calculábamos una precipitación en 24 horas que es una barbaridad y a ver qué pasaba. Siempre eran precipitaciones hipotéticas, pero es que hemos visto en Grecia y en Libia que se han producido precipitaciones de 900 litros en 24 horas. Para entendernos 900 litros es casi el doble de lo que llueve en Málaga en todo el año, pues en 24 horas”.
Esta cantidad de precipitaciones en tan poco tiempo “generan una torrencialidad, una energía cinética de impacto de las gotas, y una capacidad de arrastre espectacular”. Ante esto, “a la hora de optar y de plantear posibles soluciones hay que tener en cuenta que ya se ha medido, no es algo hipotético, sino que es algo que ya ha pasado en Grecia y Libia”.
Esto en lo referente a aguas arriba del Limonero. Respecto a aguas debajo de la presa, a Sinoga le ha gustado la actuación que ha llevado a cabo la Junta de Andalucía, “la reforestación y el control de avenida de algunos arroyos que aguas debajo de la presa, que son unos barrancos espectaculares, y que vierten agua al cauce”.
“A mi gusta lo que se está haciendo hasta el Puente de Armiñán”, continúa el geógrafo, “yo creo que ese es el camino, y convertirlo en un espacio de uso público, de la ciudadanía, que tiene que concienciarse de que el río es su jardín, su parque, su espacio de ocio, de poder andar, de poder hacer deporte, de tomar el sol…”.
A partir del Puente de Armiñán “entramos en el gran conflicto, porque hasta aquí yo creo que nos sentaríamos muchos malagueños y lo firmaríamos”, asegura Sinoga. “Pero lo gordo es del puente de Armiñán para abajo. Creo que siempre se ha estado en una dinámica de jaula de grillos, voy a dejar que la gente hable, porque no hay dinero para hacer nada, que discutan unos con otros y así va pasando el tiempo y no se hace nada”.
Y es que según Sinoga “no hay sobre la mesa una propuesta que se diga esta es la solución, porque se habla de puentes plaza con mucha alegría, pero tu eso tienes que justificarlo, y garantizar por ejemplo que el Guadalmedina sea capaz de evacuar en un momento determinado unos caudales de avenida. Creo que ese discurso hay que modificarlo un poquito”.
Al geógrafo le gustaría “que la administración propusiera proyectos reales, no infografías, que creo que de infografías en Málaga ya estamos sobrados, podríamos montar un museo. Yo creo que hay que poner proyectos encima de la mesa, con su apartado económico, su financiación, y que los proyectos pasen a una fase que se llama de información pública, donde la ciudadanía tiene derecho a opinar, y por supuesto a disentir. Pero aquí seguimos en la fase de que vende mucho más una portada en un periódico con una fotografía bonita en vez de un proyecto”.
Tristán González
Otro de los participantes en la mesa redonda es Tristán González, miembro de Ecologistas en Acción Ciudad de Málaga (EaE), que explica que desde EaE han mantenido contactos con la Junta de Andalucía respecto a las actuaciones en el cauce del río, “y de ahí viene que el proyecto de la Junta se parezca mucho al de Ecologistas en Acción, algo de lo que estamos encantados, porque básicamente se trata de reforestar, de darle vida al Guadalmedina, la que debería tener hace mucho tiempo, pues ahora se le ha dado”.
Para González “el cambio es espectacular, porque ahora tiene vegetación de ribera, hay vida, tanto en el cauce como en las bermas, porque hay gente paseando y disfrutando del río, eso no ha existido nunca. Es la primera vez que alguien puede pasear desde la presa hasta el puente de Armiñán”.
Por eso en EaE están convencidos que “la actuación en el Guadalmedina demuestra que el río puede tener otra opción que la de cubrirlo y sepultarlo, con tanto encauzamiento y tanto puente plaza, que son embovedamientos puros y duros, pues nosotros creemos que el río puede tener vida y además se la da al resto de los vecinos”.
Y es que, González asegura que “nuestro planteamiento, como activistas ecologistas, no es otro que el de renaturalizar, todas las propuestas que hacemos están basadas en la naturaleza, que son las soluciones más efectivas, más sostenibles y más económicas. Los recursos son limitados, y pensamos que en vez de gastar tanto en esos puentes plaza se puede destinar ese dinero por ejemplo para mejorar el transporte público”.
Los ecologistas mantienen que “hay que dejar que el río sea lo que es un río, y ya se está viendo que lo que proponemos está funcionando hasta el puente de Armiñán, y aún no está completado el proyecto, si eso se lleva hasta la desembocadura creo que sería maravilloso, que la gente pueda ir caminando por la sombra desde la presa hasta la desembocadura por el río que ha fundado Málaga, sería algo increíble”.
Además, González argumenta que “el coste sería mínimo, porque frente a los 250 millones que costarían los puentes plaza, según el presupuesto del año 2016, el coste de renaturalizar no alcanzaría los 5 millones, y se podría beneficiar incluso de ayudas europeas. Queremos que de Armiñán para abajo sea lo mismo que para arriba, un río natural”.
Desde EaE sostienen que “el río, tanto como le han llamado cicatriz, es una arteria que oxigena la ciudad, que el río se renaturalice y que sea una franja verde de seis kilómetros, un pulmón, sería lo mejor para Málaga”.
Además, González explica que “al Guadalmedina hay que tratarlo en su conjunto, tanto el cauce urbano como la cuenca hidrográfica”, porque “el principal problema de las inundaciones en Málaga estaba en que la despoblación forestal de la cuenca hidrográfica provocaba el arrastre de muchos sedimentos y la colmatación del cauce”.
Así, “cuando los sedimentos de los montes llegan al cauce, este eleva el nivel, en Puerta Nueva había unas escaleras de 22 escalones para bajar al cauce, y subió tanto de nivel que superó las escaleras. En Málaga hay relatos de 49 inundaciones, y todo porque no se actuaba en origen, en la cuenca hidrográfica, porque el Limonero no es la solución definitiva a las inundaciones”.
González relata que cuando se construyó el Limonero “en los años 80, a los dos años la presa de Tous reventó, y era una presa muy parecida al Limonero, de ahí que la capacidad de almacenaje se redujo para que no acumulase tanta agua, pero que si tuviese una parte de reserva para poder retener futuras avenidas y riadas, porque es una presa que está en cabecera de una ciudad y evidentemente el riesgo de tenerla llena no se puede asumir, ya hemos visto lo que ha pasado en Libia, una lluvia que no se esperaba nadie, que puede ocurrir en cualquier momento y en cualquier sitio”.
Por esto González recomienda “actuar en la cuenca hidrográfica, ya que reforzaría la seguridad de que nos vamos a proteger contra cualquier inclemencia”.