Estas viviendas generan cinco grandes problemas: el encarecimiento de las viviendas; la transformación de los barrios en parques temáticos para turistas; la pérdida de identidad cultural, comercio local y tejido social; el impacto en la calidad de vida y la tranquilidad vecinal; y la inseguridad jurídica y de defensa de la comunidades de vecinos

08/02/24. 
Redacción. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. La plataforma vecinal ‘La Mataobras’, surgida en Valencia para contrarrestar el impacto negativo del creciente número de viviendas y bajos turísticos en los barrios locales, ha presentado una iniciativa para que el Estado regule estas actividades. Su propuesta incluye una moratoria en la concesión de licencias turísticas hasta lograr una regulación consensuada y...

...mecanismos de control efectivos. En Málaga, también se alzan voces en contra de esta problemática.

La plataforma vecinal ‘La Mataobras’, surgida en Valencia ante “el creciente número de viviendas y bajos turísticos que está desplazando a los residentes locales, generando un impacto negativo en nuestro tejido social”, ha presentado una iniciativa para que el Estado tramite la “regulación de bajos, viviendas turísticas, hoteles y similares” (AQUÍ).


Según aseguran, “el problema no es el turismo en sí mismo, sino la falta de regulación adecuada y mecanismos de control reales y efectivos para que se cumpla y respete la regulación y limitaciones”, por lo que solicitan “una moratoria en la concesión de licencias turísticas para viviendas, bajos, hoteles, pensiones y similares, hasta que haya una regulación consensuada con las asociaciones vecinales y mecanismos de control efectivos que velen por su cumplimiento seguidas de multas ejemplares”.

Desde ‘La Mataobras’ entienden que la falta de intervención gubernamental permite que esta situación haya generado 5 grandes problemas: el encarecimiento de las viviendas; la transformación de los barrios en parques temáticos para turistas; la pérdida de identidad cultural, comercio local y tejido social; el impacto en la calidad de vida y la tranquilidad vecinal; y la inseguridad jurídica y de defensa de la comunidades de vecinos.

Así, indican que “la escalada de precios tanto de compra como de alquiler amenaza no solo la estabilidad residencial, sino también el arraigo de familias en lugares como Barcelona, Málaga, Sevilla, Canarias o Valencia, donde el hogar debería ser un refugio, no un lujo inalcanzable”. De esta manera, “los precios de la vivienda en los últimos años están desplazando a residentes locales. Esta tendencia se replica por toda España, donde los costos de vivienda se elevan, generando tensiones económicas y amenazando la estabilidad residencial”.

Además los barrios se están transformando en parques temáticos para turistas. “Las estadísticas provenientes de informes urbanísticos del Ayuntamiento de Málaga y el Observatorio Turístico de Barcelona revelan una transformación dolorosa. El 30% de los bajos residenciales en Málaga y el 40% en Barcelona ahora sirven al turismo, desplazando no solo a residentes, sino también afectando el comercio de proximidad que es el latido de estos barrios”, aseguran.

Esto lleva, según ‘La Mataobras’, a una pérdida de la identidad cultural, del comercio local y del tejido social. “Las cifras extraídas de encuestas comunitarias realizadas por el Observatorio del Turismo de Sevilla y el Ayuntamiento de Barcelona nos revelan una pérdida del 15% en la participación comunitaria en Barcelona. Este dato se traduce en más que números: es la disolución de tradiciones arraigadas, de historias compartidas que dan vida a nuestras calles”.


Por otro lado se produce un impacto en la calidad de vida y la tranquilidad vecinal, como indican “las estadísticas provenientes de informes de quejas ciudadanas presentados al Defensor del Ciudadano de Sevilla, así como informes de los Ayuntamientos de Barcelona y Málaga, que revelan un aumento del 18%, 22% y 15%, respectivamente, en quejas por ruido en zonas residenciales. Estos números van más allá de lo cuantificable; son el eco de la pérdida de la serenidad que solían experimentar los vecinos en la cercanía de sus hogares”.

A todo esto se suma la inseguridad jurídica y la defensa de las comunidades de vecinos, ya que “la ley de propiedad horizontal no se tiene en cuenta para los permisos de obra. Esta omisión deja en indefensión a comunidades de vecinos que no pueden costear juicios cuando se tocan zonas comunitarias o no se respetan los estatutos”.

Estas son las razones por las que desde ‘La Mataobras’ buscan “garantizar que la ley proteja a los vecinos, ofreciéndoles la seguridad y el respaldo necesario para resistir los cambios que amenazan la esencia de sus hogares”, de manera que se pueda “detener la gentrificación y turistificación descontrolada y proteger el corazón de nuestras comunidades”.

La Mataobras

La iniciativa ciudadana ‘La Mataobras’ nace con la intención de frenar la proliferación de bajos turísticos ilegales, y en tan solo un par de meses ha presentado más de un centenar de denuncias ante el Ayuntamiento de Valencia para combatir la reproducción de pisos turísticos en distintos barrios de la ciudad (AQUÍ).

Este movimiento se ha dado a conocer a través de sus redes sociales, donde su responsable se hace eco de los bajos comerciales que han logrado localizar en los que presuntamente se estaban acometiendo obras ilegales con el objetivo de convertir esas plantas bajas en pisos turísticos.

De esta manera, cuando les llega algún aviso de un vecino, lo remiten a los servicios municipales de la ciudad para que comprueben si el bajo en cuestión tiene los papeles en regla y si la obra que se está acometiendo cuenta con la licencia adecuada. Y es que los propietarios suelen pedir una declaración responsable o una licencia de obra menor con la que aprovechan para realizar una reforma integral que acaba convirtiendo un antiguo comercio en una vivienda con cocina, baño y salón.


En Málaga es el usuario de X/Twitter, Fran Campos (AQUÍ), el que está denunciando en su cuenta este tipo de actuaciones. Campos incluye en sus entradas las típicas excusas que usan los políticos para justificar esta situación: “esto es solo culpa tuya que ‘compras por el interné’ y ‘no tienes suficientes hijos’", o “este local comercial en un barrio de Málaga fue sede de la Asociación de Vecinos, después un taller de bordado y ahora unos apartamentos turísticos, porque hay un problema de suelo para la vivienda y no se qué patatas”.

Desde la plataforma indican que "no solamente se trata de bajos turísticos, también nos hemos encontrado con que hacen lo mismo para hacer viviendas habituales en bajos, por ejemplo, que al final también afectan al comercio de proximidad", ya que cuantos menos bajos haya disponibles, menos comercio habrá en el barrio.

Por eso otra de sus intenciones es informar a los vecinos que pueden evitar que los bajos que se encuentran en su edificio se conviertan en pisos turísticos, para lo que hay que cambiar los estatutos de la comunidad de vecinos.