La ONG también denuncia que la Junta consiente todo esto, el derroche de agua para el turismo intensivo en Málaga, donde hay 46 campos de golf, 80.000 piscinas descubiertas y cultivos tropicales… Greenpeace apoya la manifestación del 29J
Luis Berraquero, delegado de Greenpeace en Andalucía: “Nuestra agua se está yendo a proyectos monstruosos, a urbanismo desmedido y a regadíos industriales, que ponen en peligro la disponibilidad de agua para la ciudadanía y para la agricultura social y familiar”
27/06/24. Redacción. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. En Málaga se derrocha un agua que no tenemos. Es lo que denuncia Greenpeace, que pone el foco en el excesivo gasto de agua para el turismo intensivo. La provincia cuenta con 46 campos de golf, 80.000 piscinas, produce cultivos tropicales que requieren mucha agua, y tiene...
...la laguna artificial más grande de Europa. Por eso desde la organización ecologista apoyan la movilización convocada este próximo sábado, 29 de junio, a las 11:30 h en la Plaza de la Merced, bajo el lema ‘Málaga para vivir, no para sobrevivir’.
Greenpeace denuncia que el turismo intensivo en España está generando un gasto insostenible de recursos como el agua, “que cada vez se verá más reducido por el cambio climático y que, por tanto, no se puede despilfarrar”. En Málaga se dan varios ejemplos de este despilfarro, según asegura Luis Berraquero, delegado de Greenpeace en Andalucía, como “campos de golf a tutiplén, y no uno, sino 46. Casi la mitad de los más de 100 que hay en Andalucía, que es la comunidad del Estado Español con más campos de golf”. También tenemos “cultivos tropicales a mansalva, que es agua que exportamos en forma de aguacate y mango como si aquí sobrara”.
Y luego está la Alcazaba Lagoon, una laguna artificial de 1,4 hectáreas de extensión, situada a 3 km de la playa en la localidad malagueña de Casares, “que requiere unos 28.000m3 para su llenado, el equivalente al consumo medio diario de unas 215.000 personas”. La organización ecologista pone el foco en el “sinsentido de instalaciones como esta, situada en plena Costa del Sol, una zona que, precisamente, cuenta con restricciones de uso de agua para el consumo”.
Berraquero denuncia que “nuestra agua se está yendo a proyectos monstruosos, a urbanismo desmedido y a regadíos industriales, que ponen en peligro la disponibilidad de agua para la ciudadanía y para la agricultura social y familiar”.
Y es que, a 24 de junio, “el agua embalsada en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas es de 360 hm3 (30% de su capacidad), esto supone 30 hm3 menos que el año anterior y muy por debajo de la media del agua embalsada en los últimos 10 años, que situaría a esta cuenca en 623 hm3 (actualmente un 22,5% menos)”.
De esta manera, desde Greenpeace lamentan que “a pesar de las lluvias que cayeron en primavera, la situación de la provincia de Málaga es crítica y se mantienen restricciones de uso de agua para el consumo humano en municipios de todas las comarcas de la provincia”.
Concretamente en la Costa del Sol Occidental, donde se ubica la laguna, “continúan medidas como la bajada de presión entre las doce de la noche y las seis de la mañana todos los días de la semana, excepto los sábados, y sólo se permite el uso de agua en las duchas de playas para personas con diversidad funcional. Sin embargo, estas medidas preventivas contrastan con la política de la Junta de Andalucía para el llenado de piscinas privadas”.
En este sentido Berraquero explica que "estando en una situación de agua embalsada peor que la del año pasado, la Junta de Andalucía ha permitido, en la Comisión de la Gestión de la Sequía, el llenado de piscinas privadas para el Campo de Gibraltar, Málaga Capital, la Axarquía, y la Costa del Sol Occidental. Según datos del catastro de 2024, la provincia de Málaga cuenta con más de 80.000 piscinas descubiertas, albergando localidades como Marbella, que ocupa el tercer puesto de municipios con más piscinas de España”.
Berraquero considera que “favorecer instalaciones privadas como esta dista mucho de las políticas de prevención que deben tomarse, dados los datos de agua embalsada con los que cuenta la comarca".
Para Greenpeace lo único que debería garantizarse es “el llenado de piscinas públicas municipales, en tanto que juegan un papel fundamental como refugio climático para el alivio del calor extremo para población de todas las edades y a un precio asequible”.
Sin embargo, para los ecologistas, “esta relajación en las medidas de restricción de agua en instalaciones privadas, especialmente destinadas al uso turístico, -sector económico que presenta cada vez mayor demanda de agua-, supone un agravio comparativo hacia el sector agrario, que lleva varias campañas afrontando reducciones de uso que comprometen el futuro de la actividad para las explotaciones de agricultura social y familiar”.
Por eso urgen a “realizar un cambio de modelo turístico”, ya que entienden que “los beneficios procedentes de este sector son la excusa perfecta para permitir el deterioro de la naturaleza y la turistificación de las ciudades y costas de todo el país”. Así, “Andalucía es, actualmente, la región con más alquileres turísticos de toda Europa según Eurostat”.
Las consecuencias son visibles en casi todas las localidades, “incremento de rentabilidad por alquiler turístico, disminución de viviendas disponibles para el alquiler de larga duración, incremento de precios de los alquileres, pérdida de población en centros históricos y en poblaciones costeras o pueblos dentro de espacios naturales protegidos, gentrificación, pérdida de identidad de las ciudades y deterioro de los espacios naturales, que juegan un papel vital para la salud y la seguridad humanas”.
Además, los turistas impactan sobremanera en el consumo de agua, ya que “mientras que en España se estima que una persona residente consume una media de 127 litros al día de agua (consumo directo e indirecto asociado a productos y servicios), la media para una persona turista asciende a 450 – 800 litros al día, al sumarse al consumo indirecto el derivado del uso de instalaciones como piscinas, saunas, riego de zonas verdes, lavanderías o climatización”.
Pero es que la provincia de Málaga recibió 14 millones de visitantes de 2023, lo que equivale a 8 veces su población, por lo que es “uno de los centros neurálgicos del turismo andaluz y presenta la costa más transformada del estado español, con un modelo de urbanización dispersa y con presencia de piscinas y proyectos, como el de Alcazaba Lagoon, que requieren, urgentemente, un cambio de rumbo”.
Son necesarios "cambios estructurales que impidan que esta actividad siga devorando el territorio, las ciudades y a las personas”, sostiene Berraquero, “necesitamos transitar del modelo actual, que genera dependencia en un sector económico, incrementa las desigualdades, y acrecienta la escasez y la degradación de los recursos naturales, a un modelo que fortalezca la resiliencia comunitaria y del territorio de forma justa, que contribuya a la regeneración de ecosistemas, la reducción del uso de recursos y la distribución equitativa de los beneficios sociales y económicos".
Desde Greenpeace apoyan también las movilizaciones que por todo el país “claman por un cambio de modelo turístico. En el caso de Málaga, un movimiento ciudadano está emergiendo para reclamar un cambio en el modelo turístico y Greenpeace se suma a la movilización convocada este próximo sábado, 29 de junio, a las 11:30 h en la Plaza de la Merced de la ciudad”.