Remedios Ramos, coordinadora de IU Málaga: “Vamos a solicitar que no se autorice ese encuentro por el discurso de odio que fomentan estos grupos ultras”. “No queremos que en Málaga se haga una concentración de neonazis de toda España”
Participan Yomus (Valencia), Suburbios Firm (Atlético de Madrid), Frente Orellut (Castellón), Curva Sur (Granada), Grada MCF (Marbella), Ultra Boys (Sporting de Gijón) y dos grupos del Frente Bokerón (Málaga)
11/07/24. Redacción. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. Izquierda Unida Ciudad de Málaga presentará una carta al subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, en la que le pide que prohíba la celebración del torneo de fútbol organizado por el grupo de aficionados ultra del Málaga CF, Frente Bokerón, que se celebrará este sábado día 13 de julio y en el que se enfrentarán ocho grupos radicales de clubes...
...españoles. Estos grupos son todos de ideología de extrema derecha, pero no se descartan enemistades y rivalidades entre ellos.
Remedios Ramos, coordinadora de Izquierda Unida en Málaga, confirma que van a mandar un escrito al subdelegado del Gobierno solicitando “que no se autorice ese encuentro por el discurso de odio que fomentan estos grupos ultras”.
Ramos aclara que “si los organizadores alegasen que no van a hacer apología del odio, del fascismo, y de otros radicalismos, entonces solicitamos que se extreme la vigilancia para que realmente se cumpla. No queremos que en Málaga se haga una concentración de neonazis de toda España”.
Frente Bokerón
El Frente Bokerón es conocido por los numerosos incidentes que provoca allá donde va. Así, tal y como explica Néstor Cenizo en un artículo para elDiario.es (AQUÍ), los vecinos del barrio de La Roca en Málaga soportan un botellón bimensual protagonizado por estos aficionados radicales antes de los partidos del Málaga en el estadio de La Rosaleda. Estos eventos, que incluyen cánticos, cohetes, pintadas fascistas, orines y amenazas, han llevado a los residentes a denunciar la situación al Ayuntamiento. El consistorio, sin embargo, señala que la responsabilidad es de la Policía Nacional y la Subdelegación del Gobierno debido a que se relacionan con eventos deportivos
El barrio de La Roca está a solo 200 metros del estadio La Rosaleda, es hogar de unos 300 vecinos que viven en edificios dispuestos en forma de manzana cerrada. La situación ha escalado con pintadas fascistas y amenazas, mientras la Policía se limita a observar a distancia sin intervenir, y los servicios de limpieza no actúan tras estos eventos. Estos radicales, entre los que se cuentan neonazis implicados en actos violentos anteriores, han dejado claro que no tienen intención de irse, creando una situación tensa y peligrosa para los vecinos.
También recientemente, decenas de miembros del Frente Bokerón intimidaron a vecinos de Vigo antes del encuentro entre Celta B y Málaga por el ascenso a Segunda (AQUÍ), según el digital ‘Atlántico’ de Vigo, en el que aseguran que “el Málaga tiene vetada su entrada al estadio a al menos una veintena de sus miembros y alguno de ellos se encuentra en prisión. En 2017, mataron a un aficionado que intentaba mediar y separar en una pelea”.
Y apenas un mes antes, el pasado 12 de mayo, 31 aficionados del grupo ultra Frente Bokeron, protagonizaron una pelea masiva al finalizar el partido entre el San Fernando CD y el Málaga CF (AQUÍ), cuando varios de los radicales se dirigieron a un bar en los aledaños del Estadio y comenzaron a agredir a los aficionados locales lanzándoles sillas, mesas y otros objetos, provocando una reyerta callejera por las calles de San Fernando (Cádiz).
En este caso, la Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia ha acordado proponer una sanción grave de 3.001 euros y la prohibición de acceso a los recintos deportivos por un período de seis meses a cada uno de los 31 aficionados identificados del Frente Bokerón.
Los ultras
Los grupos ultras en el fútbol suelen presentar varios problemas serios, como indica la inteligencia artificial de ChatGPT, entre los que se encuentran la violencia y el vandalismo, lo que “incluye enfrentamientos con seguidores de equipos rivales, altercados con la policía y daños a la propiedad”.
También racismo y discriminación, algo que suelen manifestar con “cánticos, pancartas y comportamientos dirigidos hacia jugadores, aficionados y otros grupos”. Muestran también extremismo político y utilizan “los partidos de fútbol como una plataforma para promover sus agendas políticas, lo que puede llevar a tensiones y conflictos adicionales”.
Para esto no dudan en usar la intimidación y la coerción, por lo que “pueden ejercer una influencia desmedida dentro de los clubes y comunidades de aficionados”, lo que “afecta negativamente la experiencia de otros seguidores y la operación general del club”.
Todo resulta en un impacto negativo en la reputación del club, incluso puede “llevar a sanciones por parte de las ligas y organizaciones de fútbol. Esto puede incluir multas, puntos de penalización y la obligación de jugar partidos a puerta cerrada”.