UGT pregunta por el destino de las 17 cestas sobrantes: "Las cestas no son un obsequio navideño; reflejan la capacidad de negociación colectiva de los sindicatos en el Puerto, a través de los convenios y por tanto deben gestionarse de la manera acordada y de forma transparente"

28/11/24. Redacción. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. Los trabajadores del Puerto de Málaga recibirán este año sus tradicionales cestas navideñas, un derecho sindical conseguido tras años de negociación colectiva y no un regalo, como algunos medios de comunicación de Málaga han publicado. Mientras, la cuantía destinada a estos lotes podría haber...

...disminuido en comparación con años anteriores, cosa que va contra lo aprobado en el Convenio que recoge estos derechos.

Esta atención mediática a favor de la magnanimidad de la Autoridad Portuaria de la ciudad, presidida por Carlos Rubio (PP), contrasta con su silencio sobre las decisiones económicas más controvertidas tomadas por este, como la rebaja de más de 13 millones de euros en el canon a Muelle Uno, cuyo principal accionista es Unicaja, aprobada por el presidente Rubio a solo pocos días de que entrara en vigor una nueva normativa más estricta.

Y es que el Puerto de Málaga, que preside Rubio (PP), le ‘regaló’ al concesionario de Muelle Uno más de 13 millones de euros al prorrogar de forma ‘urgente’ la concesión por 22 años justo 8 días antes de que entrara en vigor una ley más restrictiva que aumentaba los precios de las concesiones. Esta prorroga del negocio hasta 2062 se adoptó por el Consejo de Administración que preside Carlos Rubio en una reunión con carácter urgente y extraordinaria en pleno mes de agosto. Todo lo cual se puede leer AQUÍ.

Por Convenio


Los trabajadores del Puerto de Málaga van a disfrutar este año de las tradicionales cestas navideñas, algo que, según confirman representantes sindicales de UGT en el Puerto, no es un regalo sino un derecho recogido en el Convenio Colectivo, como salario en especie. En total son 186 lotes que han sido adjudicados a la empresa Grupo Disber Siglo XXI, S. L., por un importe de 22.630,62 euros (sin IVA), lo que supone un coste medio de 121,6 euros por cesta.


Estas cestas incluyen productos seleccionados como paleta de cebo ibérica loncheada, lomo 5 estrellas, quesos de oveja añejo, embutidos ibéricos, turrones de calidad suprema, aceites, vinos y cava, entre otros. Todos los productos cuentan con una garantía de caducidad que asegura su consumo más allá del próximo año.

Lo curioso del caso es que algún medio de comunicación se ha hecho eco utilizando un claro tono paternalista (AQUÍ), como si el presidente del Puerto fuese un padre/padrone complaciente y bueno al dar estos ‘regalos’ a sus trabajadores.

La realidad es que esta costumbre se inició a finales de los años 80, a iniciativa del Comité de Empresa, y se abonaba con el fondo social que gestionaban los propios trabajadores, sin participación alguna de la empresa. Mediante la negociación colectiva, y en el apartado de acción social, y al igual que en otras entidades, se incorporó al texto del convenio local como un derecho de los trabajadores, y posteriormente se incluyó en el Convenio Estatal de aplicación para todos los puertos españoles.


De esta manera, el importe de la cesta es sufragado por la empresa, dentro de los presupuestos de masa salarial autorizada, y el coste de la misma se repercute en las declaraciones ante Hacienda que cada trabajador realiza anualmente.

Valor reducido y posibles irregularidades fiscales

Desde la Sección Sindical de UGT resaltan que llama la atención la difusión y orientación realizada de la noticia, respecto del hecho real que hay detrás de la misma, y es que “UGT viene exigiendo al presidente, transparencia en el proceso de licitación, adjudicación y distribución de las indicadas cestas navideñas. Esta demanda surge ante la preocupación del personal portuario de que este beneficio se administre de forma desigual e injusta, vulnerando los derechos laborales establecidos en el III Convenio Colectivo de Puertos del Estado y Autoridades Portuarias”.

Además, los representantes de los trabajadores señalan varios aspectos problemáticos que aun no han recibido suficiente aclaración. En particular, se cuestiona la licitación de 186 cestas para una plantilla de menos de 160 trabajadores, lo que deja abierta la pregunta sobre el destino de las al menos 17 cestas sobrantes. Aunque la Autoridad Portuaria publicó la adjudicación de 185 cestas con un valor de 145 euros cada una, no ha clarificado cómo se gestionará el excedente.


UGT también ha expresado su preocupación respecto a la posibilidad de que el valor de las cestas haya disminuido en comparación con el año anterior, lo cual iría en contra de lo estipulado en el convenio colectivo. Además, existen dudas sobre las implicaciones fiscales: se teme que los trabajadores sujetos al convenio estén tributando por un beneficio que también se entrega a personas que no deberían recibirlo, lo cual crearía una discriminación fiscal injustificada. Lejos de ser simplemente un regalo, las cestas son consideradas un pago en especie por el que tributan los empleados sujetos al convenio.

Aunque la noticia publicada enfatiza sobre la calidad de los productos y el valor monetario de las cestas, UGT subraya la necesidad de transparencia en la asignación de recursos públicos. "Las cestas no son un obsequio navideño; reflejan la capacidad de negociación colectiva de los sindicatos en el Puerto, a través de los convenios y por tanto deben gestionarse de la manera acordada y de forma transparente”.

UGT ha solicitado a la Autoridad Portuaria que clarifique cuánto del presupuesto total de las cestas se ha destinado a personal del convenio y cuáles fueron los criterios para adjudicar el contrato al proveedor Grupo Disber Siglo XXI SL. UGT espera recibir una respuesta clara y detallada por parte de Carlo Rubio. Si las dudas persisten o se confirman irregularidades, el sindicato se reserva el derecho de tomar medidas adicionales, incluyendo denuncias ante la Inspección de Trabajo o acciones legales.

El Puerto de Málaga se enfrenta, por tanto, a una demanda de responsabilidad no solo hacia sus trabajadores, sino también ante la opinión pública, que observa esta situación como un ejemplo de cómo se gestionan los recursos públicos en tiempos de celebraciones, donde no todo lo que brilla es oro, ni todo lo que algunos cuentan es cierto.