Mari Ángeles Ramírez, presidenta de la AAVV de La Malagueta: “Que la administración pública sea consciente del atropello y del supuesto fraude de Ley que se ha cometido al haber tres administraciones que han fallado a la hora de dar esas concesiones”
11/02/25. Redacción. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. La presidenta de la Asociación de Vecinos de La Malagueta, Mari Ángeles Ramírez, denuncia que el Ayuntamiento de Málaga ha concedido las licencias a los chiringuitos de La Malagueta cuando no respetan la distancia mínima de 150 metros entre ellos. Además, expone que se está privatizando...
...la playa, ya que en un kilómetro hay siete chirringuitos, algunos con 300 metros cuadrados de superficie, con sus espeteros (20 metros) y con su zona de hamacas (425 metros), por lo que los usuarios se van a ver forzados a pagar si quieren hacer uso de la misma.
A finales del año pasado, el Ayuntamiento de Málaga concedió la licencia a los chiringuitos ‘La Malagueta’ y ‘Mami Beach’, a los que previamente había permitido duplicar su superficie. Lo raro es que “la Gerencia de Urbanismo le dijo al chiringuito ‘Sicsu’ que tenía que estar a 150 metros de distancia al menos del chiringuito ‘La Malagueta’, que no lo hizo, pues le han dado a ‘La Malagueta’ la licencia cuando no hay espacio, cuando no se cumplen los 150 metros”, explica Ramírez.
La presidenta no entiende por qué los responsables “ven que están construyendo el chiringuito, que no está cumpliendo la distancia, y sin embargo no hacen nada para corregirlo”. Así, “No sabemos cómo, porque ha sido el mismo Urbanismo el que les ha dicho que tienen que estar a 150 metros de distancia, pero les han concedido la licencia, además ninguno se ha pedido licencia de demolición, que es lo que tienen que hacer previamente, y al final la realidad es que la playa de La Malagueta se queda sin playa, por mor de la de la hostelería”, lamenta Ramírez.
La ocupación de la playa se dispara
Además de la expansión de estos tres chiringuitos, que han visto como el Ayuntamiento les ha permitido duplicar su superficie, hasta superar los 200 metros cuadrados, cuando antes tenían 110 metros, a los vecinos les preocupa la concesión de espacios para las hamacas en la playa, que según la presidenta implican la ocupación de 425 metros cuadrados cada una. A esto hay que sumarle el espacio para los espeteros, lo que añadiría 20 metros cuadrados adicionales a la ocupación. “Imagínate eso multiplicado por siete restaurantes, y si además le van a conceder el espacio de las hamacas al Hotel Miramar…”, indica.
La presidenta sostienen que “esta playa tiene en un kilómetro siete restaurantes, a cada cual más grande, sus concesiones de hamacas, sus espeteros, y entonces el que quiera tomar el sol en La Malagueta va a tener que pagar desde los 14 euros, que me parece que es la hamaca más barata, a los 25 que el año pasado cobraba el Miramar. La playa es pública, y no podemos pagarla dos veces, una con los impuestos y otra pagando la hamaca”.
Además, la ampliación de los chiringuitos y la concesión de las hamacas no solo afectan a la estética y el disfrute de la playa, sino parece que también va a afectar al punto de movilidad reducida. “En noviembre, en la Comisión de Urbanismo, la concejala nos confirmó, y el alcalde en octubre, que el punto de movilidad reducida no se iba a ver afectado. Y parece que están hablando con el Ministerio de Defensa para ponerlo cercano a la Residencia Militar, no sé exactamente en qué sitio”, manifiesta Ramírez.
Por todo esto, desde la asociación quieren “que la administración pública sea consciente del atropello y del supuesto fraude de Ley que se ha cometido al haber tres administraciones que han fallado a la hora de dar esas concesiones”. En este sentido, “estamos otra vez hablando con partidos políticos, y hemos recurrido al defensor del Pueblo Andaluz, a quien le vamos a comentar este tema”.
Siguen las obras del ‘Sicsu’
Desde EL OBSERVADOR entendemos que la madera es para decir que cumplen con el Real Decreto 668/2022, por el que se modificaba el Reglamento General de Costas, que especifica que la ocupación de los establecimientos expendedores de comidas y bebidas “no excederá de 70 metros cuadrados en una sola planta y sin sótano, de los cuales, 20, como máximo, podrán destinarse a instalación cerrada. Estas instalaciones serán de temporada y desmontables en todos sus elementos. La distancia entre estos establecimientos no podrá ser inferior a 300 metros” (AQUÍ).
Según esto, y a pesar de los listones de madera, las obras del Sicsu no serían legales, ya que el hormigón no es un elemento “desmontable”, que sería uno de los requisitos. Por otro lado, los chiringuitos en la plata de La Malagueta tampoco respetarían los 150 metros de distancia entre si.
Cartel de obra
Además, en el cartel de obra del Sicsu, con número de expediente 2023-4511, aparece que está autorizado a hacerlas en el Paseo Marítimo Ciudad de Melilla Nº 1, que es su ubicación actual más o menos. Sin embargo las obras se están llevando a cabo a la altura del número 17, que es donde iría el chiringuito a partir de ahora. De esta manera se entiende que la obra es ilegal.
Desde el Ayuntamiento se han negado a contestar a EL OBSERVADOR sobre estas cuestiones, como llevan haciendo desde años. Mientras, los vecinos y la confluencia municipal Con Málaga han mostrado públicamente su oposición a las licencias que ha concedido el consistorio para la ampliación de los tres chiringuitos en el suelo público de la playa de La Malagueta, según la cual van a poder triplicar su superficie.