Dentro de 6 meses Sur tendrá que abandonar el edificio, que pasará a ser un hospital privado del Grupo HM Hospitales. Se cierra así un ciclo en la historia del periódico malagueño, fundado durante la conquista franquista de Málaga en 1937 y que en los últimos tiempos pierde grandes firmas como Antonio Soler
18/06/25. Redacción. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. La sede del diario Sur de Málaga, ubicada en la Avenida del Doctor Marañón, ya no es del periódico. El grupo de comunicación Vocento ha vendido el emblemático edificio al Grupo HM Hospitales por 11 millones de euros, según comunicó oficialmente a la Comisión Nacional del...
...Mercado de Valores (CNMV). El diario podrá seguir ocupando sus instalaciones durante solo seis meses más, plazo tras el cual comenzarán las obras para levantar un nuevo hospital privado en su lugar.
El movimiento forma parte del nuevo Plan Estratégico 2025-2029 diseñado por el consejero delegado de Vocento, Manuel Mirat. Un plan que pretende “optimizar la cartera inmobiliaria” del grupo y reorientar el modelo de negocio hacia lo digital y la diversificación, más allá del papel.
Y es que la transacción, que podría incrementarse con futuros ajustes en los próximos 12 meses, genera unas plusvalías de unos 9 millones de euros antes de impuestos para la compañía. En otras palabras: vender activos físicos y reducir costes mientras se transforma en una empresa de medios con menos prensa y más servicios complementarios.
Todo comenzó con una incautación franquista
La operación marca un momento simbólicamente delicado para la historia del periódico malagueño, cuya redacción y talleres han estado ubicados durante décadas en el edificio que ahora cambiará de uso. Sur fue fundado el 10 de febrero de 1937, apenas días después de la toma de Málaga por las tropas franquistas.
Así, se creó tras la incautación de El Popular, un periódico republicano, y usó su maquinaria para continuar la edición, primero con el nombre Arriba, y rápidamente rebautizado como Sur, ya que el primero se usó para un diario a nivel nacional. Durante el franquismo formó parte de la Cadena de Prensa del Movimiento y siguió fiel a la línea ideológica del régimen.
Ya en democracia, el diario fue gestionado por el organismo público Medios de Comunicación Social del Estado hasta que, en 1984, fue adquirido en subasta pública por sus propios trabajadores, con la ayuda de más de mil quinientos malagueños, organizados en la cooperativa Prensa Malagueña.
Esta operación, entonces considerada una conquista del periodismo local, tuvo un coste de más de 526 millones de pesetas, y fue celebrada como una victoria ciudadana. Pero aquella etapa terminó en 1990, cuando el diario fue comprado por el Grupo Correo, origen del actual Grupo Vocento.
Un periódico cada vez menos malagueño
La venta de la sede es solo el último capítulo de una progresiva deslocalización y despersonalización del periódico líder en Málaga, que según el último EGM mantiene poco más de 60.000 lectores en papel y 3,1 millones de usuarios únicos en su versión digital, que no hay que confundir con la minonitaria venta de ejemplares y la publicidad, que son la fuente de financiación de los medios. Sin embargo, en los últimos meses, muchos lectores advertirán la desaparición de firmas conocidas de sus páginas por cuestiones económicas, como el escritor Antonio Soler y otros más.
Este debilitamiento de la identidad local coincide con la nueva etapa de transformación impulsada desde Madrid, con criterios financieros por encima de los editoriales. El mismo discurso de “optimización de activos” y “eficiencia operativa” que justifica la venta del edificio también ha implicado recortes, externalizaciones y una menor presencia de firmas locales reconocibles.
La conversión de la sede de Sur en un hospital privado añade un matiz significativo a este cambio de etapa. Lo que fue un símbolo del periodismo malagueño, y durante décadas un actor relevante en la vida pública de la ciudad, pasará ahora a ser un edificio sanitario para el Grupo HM, una empresa de sanidad privada con presencia en varias comunidades autónomas.
Con esta venta, Vocento confirma que la historia pesa menos que el balance, y que el arraigo local es secundario frente a la rentabilidad inmediata. Queda por ver si, además del edificio, también termina por venderse el alma del periódico.