Trabajadores denuncian represalias, adjudicaciones a dedo y vehículos parados durante meses en un taller “de referencia” vinculado a un exempleado

Toda una estructura de poder protegida políticamente y una gestión económica que ha llevado a la empresa municipal de limpieza al borde del colapso presupuestario antes de terminar el año


01/07/25. Redacción. EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. La empresa municipal de limpieza, LIMASAM, atraviesa una grave crisis interna que amenaza con estallar públicamente. El bloqueo en la negociación del convenio colectivo, el uso masivo y opaco de talleres externos, el nombramiento a dedo de cargos sin formación,...

...las denuncias por acoso laboral y una gestión económica cada vez más cuestionada han encendido todas las alarmas entre los trabajadores, que celebrarán una asamblea el 10 de julio para decidir cómo responder ante una dirección que consideran autoritaria, opaca y clientelar. Todo esto bajo la tutela política de la concejala Teresa Porras y con un gerente, Raúl Evaristo García Paine, muy vinculado al PP, cuyo nombre acumula cada vez más polémicas.

A la redacción de esta revista le hubiese gustado conocer la versión del Ayuntamiento respecto a las denuncias de los trabajadores de LIMASAM, pero el jefe de Prensa del Consistorio, el político del PP, Jesús Espino, tiene dadas órdenes de que no se contesten las preguntas de EL OBSERVADOR.

La asamblea del próximo 10 de julio en LIMASAM se presenta como un punto de inflexión en la empresa municipal de limpieza de Málaga. La plantilla ha decidido tomar la palabra tras medio año de negociaciones infructuosas para la renovación del convenio colectivo. Así lo asegura un trabajador que ha preferido mantenerse en el anonimato para evitar represalias.

“Después de seis meses de negociaciones no hay acuerdo, la empresa no ha tomado en cuenta las peticiones del comité de empresa, y al fin y al cabo todas las opciones que dan es quitarle derechos a los trabajadores”, explica.


Y es que el malestar en el seno de LIMASAM, empresa cien por cien pública ya, ha alcanzado un punto crítico. “Los propios trabajadores la llaman Limafia por todo lo que está pasando dentro”, señala el mismo empleado, que detalla una serie de hechos que, de ser ciertos, por sí solos, serían preocupantes, pero que en conjunto configuran un retrato de descontrol político, favoritismo, negligencia y posible clientelismo que merece atención pública y política inmediata.

Un taller “de referencia”

Según la fuente, uno de los casos más llamativos y que ha disparado las alarmas entre la plantilla es el del taller externo al que LIMASAM envía sistemáticamente buena parte de su flota de vehículos. Hasta hace poco, explica, estos arreglos solo se derivaban fuera cuando los talleres internos no podían abordar reparaciones muy específicas.

Pero todo cambió con la aparición de un taller convertido en “de referencia”, propiedad de un extrabajador en situación de excedencia. “Este trabajaba en LIMASAM, montó un taller, empezaron a mandarle vehículos, ha cogido una excedencia, y todos los vehículos pasan principalmente por su taller”, asegura.

El taller, ubicado en un polígono industrial, ha crecido exponencialmente en pocos años: “Ha pasado de tener una nave a tener como cinco naves juntas en menos de 4 años”. La sospecha que recorre los pasillos de LIMASAM no es solo que se favorezca a este proveedor, sino que la estructura montada en torno a él forme parte de un circuito de influencias directas con la actual cúpula de la empresa.

Así, “coincide que a un íntimo amigo de este extrabajador lo han puesto de jefe de Taller de toda LIMASAM, sin tener los estudios pertinentes”, afirma el empleado, ya que “todos los jefes de servicio son ingenieros, y esta persona no tendrá ni un grado superior”, apunta.

La empresa, según esta denuncia interna, encargó incluso un informe a un catedrático de la Universidad de Málaga, por más de 2.000 euros, “para ver cómo pueden encajar su categoría profesional sin tener los estudios pertinentes”. Un gasto completamente insólito para una entidad pública.

Ahora, los vehículos de LIMASAM se acumulan en este taller externo durante meses. “El vehículo 9841 ha estado más de siete meses en el taller. El vehículo 3001 estuvo desde el 16 de octubre de 2023 hasta el 12 de junio de 2024. Es decir, ocho meses”. Nadie en la empresa parece tener acceso a la facturación exacta que ha generado esta situación, pero los trabajadores sospechan que “no creo que los tengan allí gratuitamente, entiendo que eso ha llevado una facturación enorme”.

Además, dicen que el taller ha actuado de manera oficiosa como “central de talleres”. En lugar de enviar directamente los vehículos a centros especializados, como el de grúas, se derivaban primero a este taller “de referencia”, que luego los reenviaba, hacía de intermediario y los devolvía al parque de LIMASAM. Un circuito que, además de ineficiente, ha supuesto un gasto que no se justifica en términos operativos.

A esto se suma que el taller señalado, asegura, se ha convertido también en el servicio técnico oficial de Svat, una marca cuyos vehículos son rechazados por los trabajadores por su inadecuación al tipo de trabajo que realizan en Málaga. “Se ha dicho por activa y por pasiva”, explica el empleado, “pero son justamente los vehículos que están trayendo, porque el que tiene el servicio técnico es ese taller”.

El gerente


Las críticas internas se concentran en una figura: Raúl Evaristo García Paine, actual director gerente de LIMASAM desde 2020. Según el testimonio, “desde entonces hasta ahora es cuando se ha incrementado todo este gasto en los talleres”.

García Paine fue designado por el Partido Popular, partido con el que su familia mantiene estrechos lazos. Su hermana, Mercedes García Paine, fue delegada de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía en Málaga tras la llegada del PP al poder regional.

Resulta que este vínculo político parece blindar al gerente, a pesar de su cuestionada gestión. “El Comité de Empresa ha ido a hablar con la concejala y el alcalde de esta persona, pero está muy protegido”, aseguran fuentes internas. “Está dando categorías a dedo, está dejando colocado a los suyos, destituyendo a personal directivo de la empresa, o del segundo escalafón, que no son afines a él, gente con muchos años de experiencia”, añaden.

Incluso su sueldo genera polémica: según esta fuente puede llegar a cobrar un total de 117.834,50 euros anuales, sumando salario base y objetivos, una retribución mayor que la del propio alcalde Paco de la Torre o incluso la del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y no solo eso: “LIMASAM está pagando a dos gerentes. Al anterior, que está en Emasa pero lo paga LIMASAM, y al gerente actual”.

Dice la fuente que el propio García Paine acumula varias denuncias en su haber. Una de ellas por acoso laboral y otra por un presunto delito de faltas leves hacia un miembro del comité de empresa. Y que además, hace uso habitual de un coche de renting de la empresa, un Toyota CHR, a pesar de que la concejala Teresa Porras, responsable política de LIMASAM, “no le tiene autorizado el uso del coche de empresa al considerarlo un pago en especie”.

Según los trabajadores, el gerente elude esta prohibición de forma curiosa: “Cuando va a ver a la concejala usa su coche particular, y cuando va a hacer otros menesteres, sí utiliza el Toyota”.

El modelo de externalización


La edil Teresa Porras, concejala delegada del Área de Servicios Operativos, Régimen Interior, Playas y Fiestas, es señalada como responsable de crear “una estructura paralela” dentro de LIMASAM. Las fuentes consultadas la acusan de haber “castigado” a quienes defendieron la municipalización completa de la empresa.

De esta manera, recuerdan que “el Partido Popular nunca ha creído en lo público”. Lo que ocurre en LIMASAM se compara con lo que sucede en Canal Sur o en otras entidades públicas andaluzas, donde los trabajadores denuncian un incremento alarmante en la externalización de servicios.

Ante esto, los trabajadores lamentan que “la situación es insostenible. La empresa nos dice que no hay dinero, que estamos fuera de presupuesto, pero mientras tanto se gastan miles de euros en informes inútiles, colocan a personas sin formación, pagan a dos gerentes y alimentan talleres externos con reparaciones interminables”.