OPINIÓN. Tribuna Abierta. Por Javier Puche
Músico y escritor


28/05/17. Opinión. ¿Por qué escribe? Esta es la pregunta con la que comienza Javier Puche su interesante reflexión sobre el oficio de escribir. Con motivo del Día del Libro colabora en esta Tribuna Abierta para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, en la que expone de forma sencilla a los lectores lo que para él supone este arte. Una actividad que en muchas ocasiones es incomprensible...

...para el que no la vive, y se considera un ‘oficio de extraterrestres’.



Un oficio de extraterrestres

¿POR qué escribe? Con frecuencia, los periodistas dirigen esta pregunta a los escritores, como si escribir fuese una actividad anómala o patológica, muy distinta de cualquier otra actividad humana, un oficio de extraterrestres. A ningún arquitecto le preguntan por qué diseña edificios. A ningún panadero por qué hace pan. A ningún piloto por qué vuela. Sin embargo a los escritores nos preguntan siempre por qué escribimos. Y resulta difícil contestar. En lo que a mí concierne, no tengo ni idea. Quizá escribo para averiguar por qué escribo. Lo cierto es que al escribir pienso mejor. Con menos niebla, con más fluidez, como si fuera otro quien escribe, alguien más sofisticado y lúcido a quien no conozco apenas. Escribo porque así doy voz al inconsciente, que suele estar callado si no escribo, tramando fechorías de las que sólo tengo noticia al escribir. En realidad escribo porque no me encuentro bien. Para no volverme tarumba. O para volverme tarumba sin riesgo de ser recluido en una institución mental. Escribo para salvarme provisionalmente. Para no gritar demasiado. Para transformar el tedio en pasión y la tristeza en fuego. Escribo porque no sé vivir. Ni creo que aprenda jamás. Escribo para hacer algo de música con el lenguaje. Para generar imágenes oníricas que me sorprendan e iluminen como insectos de luz apareándose en la noche mientras vuelan. Para inventar mundos alternativos que me saquen un poco del mundo real, esa catástrofe. Escribo para comunicarme en silencio con almas afines. Para jugar. Para ausentarme. Escribo porque algo hay que hacer, mientras el tiempo nos aplasta. Escribo porque mi padre es librero y crecí devorando libros. Porque adoro la ficción. Porque venero las palabras. Porque la realidad está mal escrita. Escribo para huir del frío. Para ser mejor persona. Para detener el tiempo. Escribo para olvidar. Y para recordar también. En resumidas cuentas: no tengo ni idea de por qué escribo. Pero estoy lejos de entender a quienes nunca lo hacen. Así que dígame, querido lector: ¿por qué no escribe?

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