“Por si no se hubiera escarmentado del gilismo, que en su escalada delictiva bien supo utilizar el fútbol como pantalla anestésica para amparar sus ilimitadas fechorías, irrumpe en Málaga el jeque Al Thani, otro especialista en encumbrar a las masas en base a su inicial billetera”

OPINIÓN. Tribuna Abierta. Por Ignacio Trillo
Ex delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga


03/04/18. Opinión. El ex delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y exmilitante del PSOE, Ignacio Trillo, desgrana en un artículo para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com la historia del jeque Al Thani desde que llegó a la ciudad, todos los proyectos inmobiliarios fallidos que ha tenido y los problemas económicos a los que ha llevado al Málaga CF. En esta tercera entrega...

...(parte 1 AQUÍ) (parte 2 AQUÍ), explica la pretensión inicial de Al Thani de quedarse con Arraijanal para ubicar el estado del equipo de fútbol allí y poder usar el suelo de Martiricos, donde ahora se ubica la Rosaleda, para dar un “pelotazo urbanístico”. “Sobre Al Thani recae, ya con sentencia judicial emitida en primera instancia, la pérdida del 49% de sus acciones en el club ante el fondo empresarial hotelero que tuvo que socorrer la situación crítica de liquidez que atravesaba el club para poder pagar las mensualidades atrasadas a los jugadores” expone Trillo.

La Málaga desvertebrada, otra vez con el Arraijanal (III)

REDUNDANDO en la otra cara del mismo problema que ahora estalla en El Arraijanal. Por si no se hubiera escarmentado del gilismo, que en su escalada delictiva bien supo utilizar el fútbol como pantalla anestésica para amparar sus ilimitadas fechorías, irrumpe en Málaga el jeque Al Thani, otro especialista en encumbrar a las masas en base a su inicial billetera.


EL empresario catarí se había hecho con la titularidad el club de fútbol local, llevándolo en un santiamén a su cúspide histórica, estrenándose en la Champions con éxito hasta la mala suerte de los octavos, acompañada de la lógica euforia de la hinchada. Bien poco duró el maná de Al Thani. O el dinero no era suyo y más temprano que tarde tenía que devolverlo, de ahí el ulterior apodo de, `Jeque tieso´, o sus pretensiones consistían en tomar Málaga como tierra bananera para dar pelotazos a su favor de la mano de las administraciones sin atenerse a procedimientos reglados ni transparentes.

ESTO llevó a que una vez aterrizado en tierra firme y frustrados sus fines por contraponerse la legalidad vigente, emprendiera una escalada desinversora con la venta de los jugadores más cotizados, unido a una pésima y caprichosa gestión, hasta llevar al club y al equipo, tal como se halla en este momento, a punto de descender de categoría.

NO obstante, las administraciones públicas, hasta que escarmentaron, estuvieron proyectando una imagen tercermundista. Se pusieron a pie de sus estribos, y, más allá de que el Ayuntamiento le pusiera su nombre a una glorieta, que nada agradeció, seguro que porque su egolatría le llevaba a que fuera una gran avenida, o porque no le reportaba euros, también la Junta de Andalucía, en un concurso a su medida, le dio la concesión para la remodelación y explotación del puerto de Marbella.

PUES bien, ni con las multas interpuestas por la administración pública al jeque debido a su inactividad empresarial, consiguieron tan siquiera que llegara a depositar la fianza inicial, como tampoco comenzó obra alguna a pesar de los distintos periodos de prórrogas que se le facilitaron, acabando todo con tener que anularse la concesión. Asimismo, en la hábil pesca del yate catarí picó en su anzuelo el Ayuntamiento de Málaga, cuando el voluble Al Thani eligió el enclavado privilegiado de El Arraijanal para la construcción de lo que se llama la Academia deportiva, a pesar de existir otras alternativas de suelos más adecuadas, en lugares más tranquilos, con menos servidumbres limitativas, menor contaminación acústica ante los vuelos rasantes del aeropuerto, y no colapsadas por el tráfico y de fácil acceso.

NO olvidemos que para entonces se había abierto la segunda ronda de Málaga que conecta Málaga con el valle del Guadalhorce, donde al fondo figura el túnel de Churriana, liberándose cantidad de suelo; o cuando los colindantes municipios, Colmenar y Casabermeja, habían ofrecido otras opciones.

NO era inocente la elección de El Arraijanal. No hay que olvidar que la pretensión inicial de Al Thani, una vez que las administraciones públicas le regalaron el uso de la Rosaleda con el ridículo canon anual de un euro, consistía en ansiar gratuitamente la propiedad del estadio, con la aspiración de trasladarlo a esa parte virgen de El Arraijanal, rescatando con ello los suelos de Martiricos para pelotazo urbanístico que le financiarían en demasía el nuevo coliseo deportivo. Incluso se hizo público un boceto con el nuevo campo de fútbol en forma semienterrado para lograr así la autorización de Aviación Civil.


TAMBIÉN el jeque ambicionó, junto a los campos de fútbol de la Academia, elevar un hotel de diez plantas, que le fue denegado por afectar en altura a la seguridad aérea. Infraestructura semejante que lo intentó igualmente en el puerto de Marbella, de ahí su enfado ante la denegación recibida por la Junta.

FINALMENTE, ante los nones obtenidos, se afanó en que le facultaran directamente, sin concurso público, la conversión de los bajos del estadio de la Rosaleda en un gran centro comercial; hecho que resultó de igual forma fallida ante la amenaza de prevaricación que recaería sobre quien lo firmara.

ES decir, todo lo pretendido no era inocente y ajeno a simbolizar a un empresario generoso y extravagante al que le sobra el dinero, empeñado tan solo en disponer como antojo de un equipo de fútbol en un país europeo como plus de imagen internacional para sus negocios en el Oriente Medio, más bien parecido al jeque pero con billetes del PSG francés o a los nuevos ricos chinos o rusos.

A la inversa, la realidad muestra que desde que Al Thani llegó a Málaga, más allá de la inversión y desinversión realizada en compra venta de jugadores, no ha financiado proyecto alguno en nuestra geografía malagueña. El estadio le sale gratis, y los terrenos en El Arraijanal, para más inri, han sido adquiridos a particulares por el Ayuntamiento de Málaga.


HOY, la decadencia en que languidece el Málaga CF es el pan nuestro de cada día. Su financiación se mantiene exclusivamente a costa del abono de los socios, la venta de entradas, el cobro de publicidad y, sobre todo, de los ingresos procedentes de los derechos de televisión, sin que reciba inyección económica, desde tiempo ha, por parte de su propietario.

ES más, la entidad deportiva malacitana, de sus propios recursos, atiende los suculentos salarios de una parte de la familia catarí que está colocada en el organigrama de la Rosaleda, como sus hijos, Nasser, Nayef y Rakan, a los que se les abonan anualmente más de millón y medio de euros, así como satisface otros pagos de facturas para satisfacer determinado tren de vida.

A añadir, que sobre Al Thani recae, ya con sentencia judicial emitida en primera instancia, la pérdida del 49% de sus acciones en el club ante el fondo empresarial hotelero que tuvo que socorrer la situación crítica de liquidez que atravesaba el club para poder pagar las mensualidades atrasadas a los jugadores.

Y del famoso despacho de abogados granadinos que arribó, con rueda de prensa incluida, para resolver el caos achacable al entonces director general, Vicente Casado, nada se sabe, solo que bien pronto se esfumó sin que nadie haya rendido cuenta de su gestión.

EL horizonte por tanto del Málaga CF no puede ser más sombrío.

LA entidad atraviesa una profunda crisis no solo deportiva sino de colapso generalizado, sin proyecto, sin rumbo y cuando una bajada de categoría no solo significa un mero tránsito de desvalorización competitiva hasta volver de nuevo a primera división, sino el hundimiento de su economía que puede ser letal para catapultarlo al foso, como ya sucedió con el extinto CD Málaga, por cuanto las fuentes propias de financiación ya señaladas, teniendo en cuenta la actitud pasiva o de carencia de aportaciones o de recursos por parte del propietario, se verían enormemente mermadas, empezando por los derechos de televisión. No hay que olvidar que de su actual presupuesto anual, cifrado en 63,5 millones de euros, 50 proceden de ese concepto.

ELLO debería obligar a que, empezando por el Ayuntamiento y continuando por la administración autonómica, reinara la prudencia y se tomaran las medidas cautelares necesarias antes de que prosigan más actuaciones en El Arraijanal, como las iníciales talas de árboles adultos y posibles afecciones a restos arqueológicos fenicios, para no contemplar en un futuro próximo un desaguisado más, otro proyecto empezado e inacabado y abandonado en nuestra ciudad.

EL desastre despilfarrador de la manzana del Astoria en la plaza de la Merced, por ejemplo, como monumento a la ruina o a los bombardeos en su día a Bosnia, le podía servir al Alcalde de experiencia.

Y es que la ciudad de Málaga más allá de calle Larios tampoco va bien, cuando un rascacielos, con 135 metros de altura y una superficie a construir de 43.595 metros cuadrados, casualmente también de iniciativa catarí, se proyecta sobre el dominio público portuario, forzando la legalidad vigente desde su origen concursal opaco hasta llegar a límites insoportables, como emplear por la Junta el procedimiento ambiental abreviado, que más bien pareciera un argumento extraído de la breve máxima del bueno de Baltasar Gracián, para poderlo culminar sin que se evalúe el brutal impacto paisajista y subcultural que significará, con el sesudo razonamiento grouchiano de que la pantalla arquitectónica que se pretende alzar no deja huella sobre el valioso litoral y casco histórico que disponemos si se mira para otro lado, para donde no se ve.

O cuando el Ayuntamiento no alza la voz porque la Junta planee ubicar un más que urgente cuarto hospital en un espacio ya congestionado de tráfico y de alto valor ecológico en flora y fauna. O que, en Hoyo de Esparteros, se destruya la Mundial, haciendo perder patrimonio y una calle pública por un hipotético Moneo de valía, pero encargado ejecutar a una pandilla, también de tiesos, que tampoco paga ni cumple sus obligaciones más básicas, como depositar la fianza; al igual que hizo Al Thani en su operación de toca y fuga del puerto de Marbella.

DESATINOS a añadirse ahora a la zona litoral de El Arraijanal, que preserva relativa virginidad y playa consolidada, recurso único en el municipio, que se reserva para instalaciones catarí-deportivas, poniendo el Ayuntamiento el suelo gratis a disposición de la actuación privada, en tanto, esta vez sí, el Alcade exige a la Junta la aprobación inmediata de un Plan Especial que levante restricciones existentes en ese espacio como traje a la medida del jeque, y que con sumo gusto la administración autonómica satisface, quebrantando así la trayectoria anteriormente mantenida para la preservación de esta zona.

NO se trata de estar en contra de estos importantes proyectos para Málaga, todo lo contrario, es posicionarse en desacuerdo con las ilógicas ubicaciones elegidas, por cuanto existen en el municipio otras alternativas ostensiblemente mejores y viables. Para terminar y no predicar en el desierto, la respuesta a estas cuestiones planteadas aquí no está en el viento, para que las entone con melodía el Nobel Dylan. La contestación debe ser explicada a la ciudadanía por quien, como el primer edil, porta el pecado en sus entrañas de que a estas alturas de sus sucesivos mandatos sigue careciendo de un proyecto global de ciudad para Málaga.

MÁS allá de que Francisco de la Torre presente proyectos o maquetas virtuales, o esté permanentemente instalado en sus irresolutas dudas, la realidad está siendo que el aprovechamiento a cada actuación municipal viene capitalizado por grupos de presión, a veces los más espabilados, que van eligiendo los puntos más idóneos de la ciudad para sus fines privados, que no siempre son coincidentes con el interés general de la ciudadanía; como, ejemplos a añadir, que se impulsen las torres de Martiricos y Repsol en dos de los espacios más densamente edificados y poblados a la vez que congestionados al tráfico urbano.

ESTE comportamiento revela que se está al socaire de quienes realmente van haciendo ciudad a base de concesiones y convenios; a cambio, eso también hay que manifestarlo, de que el Ayuntamiento realice caja para pagar y amortizar la deuda pública municipal descomunalmente acumulada y generada precisamente en el periodo en que Málaga batía récord nacional en la concesión de licencias de obras, tras Alicante; pero dejando hipotecas irreversibles para futuras generaciones. Aunque con El Arraijanal, ni eso. Todo gratis.

ASÍ no, don Francisco.

PUEDE ver aquí anteriores artículos de la sección Tribuna Abierta:
-02/04/18 La Málaga desvertebrada, otra vez con el Arraijanal (II)
-21/03/18 Málaga, una ciudad insostenible entre su cementera y sus arboricidios
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