“En su ignorancia soberbia y prepotente, habla de la extinción del toro de lidia, cuando el toro de lidia no es ninguna raza aparte de la bovina. Y de verdad, que si fuera cierto que son los toros de lidia una raza aparte, tampoco se entiende que se críe una raza para ser torturada y masacrada ante el entusiasmo de unos pocos”
“Lo que más indigna es la colección de senadores aplaudiendo encantados. ¿Ninguno de nuestros senadores es capaz de sentir empatía ante el maltrato animal?”
OPINIÓN. Tribuna abierta. Por Carmen Manzano
Presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga
29/04/22. Opinión. La presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga, Carmen Manzano, escribe en su nueva Tribuna abierta para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com una contestación a la intervención del presidente de la Federación Española de Caza, Manuel Gallardo, en el Senado: “Con voz de pena y cara de circunstancias, desgrana que de aquí a nada, serán ellos los sacrificados...
...en las plazas de toros y la especie cinegética a cazar, lo que devendrá en una extinción total de la sociedad. Sin comentarios, no los merece”.
Aquí puede verse la intervención de Manuel Gallardo en el Senado.
https://www.youtube.com/watch?v=qfkCH9Nc45Q
Contestación al presidente de la Federación Española de Caza, Manuel Gallardo
Oigo y vuelvo a oír y a ver el vídeo de casi seis minutos del Sr. Gallardo (presidente de la Federación Española de Caza) ante el Senado, la Cámara Alta, la representación territorial de España, y me vuelvo a quedar ojiplática.
Habla de los pobres perros con abrigos de lana, pobrecillos, torturados por los animalistas: no hay duda que es mucho mejor que estén atados en mitad del campo, a la intemperie, sin casi comida ni agua, sin vacunas, sin cuidados veterinarios… claro que sí, sin duda. ¡Malvados animalistas!
Los animalistas, perversos y procaces, responsabilizan al ser humano de la contaminación, de la deforestación y de la extinción de especies animales.
¿De verdad es que no sabemos que los cazadores no contaminan de plomo los campos y ríos? ¿Que los incendios los provocamos los animalistas?
¿Qué pasó con el último dodo, el último tigre de Tasmania, la foca monje del Caribe, el rinoceronte negro del África Occidental, la paloma migratoria de EE.UU?
El dodo, cazado por sus plumas, desaparece a mediados del siglo XVII.
La paloma migratoria, cazada por su carne, desaparece en 1914. El último ejemplar muere en soledad en un zoo de Ohio.
El tigre de Tasmania, desaparece en 1936, debido a la caza sistemática.
La foca monje, en 2008 se da por extinguida, aniquilada por una feroz caza.
El rinoceronte negro, desaparece igualmente en el 2011, cazado hasta extinguir la especie.
Y afirma, tan campante, que los cazadores no tienen problemas con los animales, sino con los animalistas.
Por supuesto, con los animales los cazan y acaban con ellos, y con los animalistas no pueden, y encima, les plantamos cara y les pedimos responsabilidades. Y en su ignorancia soberbia y prepotente, habla de la extinción del toro de lidia, cuando el toro de lidia no es ninguna raza aparte de la bovina. Y de verdad, que si fuera cierto que son los toros de lidia una raza aparte, tampoco se entiende que se críe una raza para ser torturada y masacrada ante el entusiasmo de unos pocos. “Mugía el toro de dolor, bramaba de dolor, llenaba el aire, clamaba al cielo en vano. Los peones lo mareaban con los capotes. Y de repente miró hacia mí, con la inocencia de todos los animales reflejada en el rostro, pero también con una imploración. Era la querella contra la injusticia inexplicable, la súplica frente a la innecesaria crueldad” (Antonio Gala).
En su calenturienta imaginación, hace al colectivo proteccionista responsable de acabar con la mitad de la población humana y nos acusa de ser un virus letal, maligno, que ataca la evolución y aborrega a la población. Sus palabras son tan explícitas que casi podríamos hablar de incitación al odio, ya que los virus letales y malignos por lógica, deben ser eliminados.
Y no contento con esto, se descuelga con la brillante idea de crear un “Observatorio de la Violencia Animalista” y lo dice un personaje con permiso de armas, un personaje que pertenece a un sector experto en “accidentes de caza”, con sesenta y tres muertos y cuatrocientos ochenta y tres heridos en los últimos trece años, entre ellos, menores. Un observatorio para recabar datos y estadísticas de la terrible violencia animalista.
Viene a terminar diciendo que se sienten acosados por la presión animalista de acabar con la caza y la tauromaquia, enorgulleciéndose de la manifestación del 20 de marzo en la que pagaron bocatas y autobús, al más rancio estilo, y en que aprovecharon la realidad de la España vaciada, para manifestarse con pancartas con elegantes eslóganes:
“Solo sabéis tocarnos los huevos”; “dictadura animalista, en vez de los perros, castraros vosotros”; “me niego a castrar a mi perro, si quisiera un animal sin huevos, adopto a Pedro Sánchez”; “ecologistas, mamones, vivís de subvenciones”; “castraros vosotros, mamarrachos”; “capamos políticos y animalistas, gratis”; “más cartuchos y menos politicuchos”; “nosotras parimos, nosotras decidimos” (una pobre perra obligada a parir cada vez que el cazador quiere, lleva esa bonita pancarta).
Y como remate, afirma que ya no hay ecologistas, sólo hay animalistas, vistos los “pingües beneficios” que supone serlo. Y los animalistas sin enterarnos…
Con voz de pena y cara de circunstancias, desgrana que de aquí a nada, serán ellos los sacrificados en las plazas de toros y la especie cinegética a cazar, lo que devendrá en una extinción total de la sociedad. Sin comentarios, no los merece.
Pero lo peor de todo, lo que más indigna es la colección de senadores aplaudiendo encantados. ¿Ninguno de nuestros senadores es capaz de sentir empatía ante el maltrato animal? ¿Ninguno es capaz de intervenir ante ese cúmulo de despropósitos y odio? ¿De verdad eso es lo que hay en el Senado: nuestra Cámara Alta de la Cortes Generales, órgano constitucional que representa al pueblo español?
Señorías, recuerden que representan a TODO el pueblo español, y que solo el veintinueve por ciento de los españoles apoyan la caza y el veinticuatro por ciento la tauromaquia.
Puede leer AQUÍ otros artículos de Carmen Manzano, y AQUÍ de maltrato animal.