“La violencia contra las mujeres no es un problema del ámbito privado, ni doméstico, ni intrafamiliar; es un fenómeno social que se basa en estructuras desiguales de poder”
OPINIÓN. Por Sonia J. Baeza
Delegada Igualdad UGT. Puerto de Málaga
25/11/24. Opinión. La delegada de Igualdad de UGT en Málaga, Sonia J. Baeza, escribe para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com en el especial por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres: “Es fundamental entender que el machismo se nutre del silencio, complicidad y la falta de empatía. Cada vez que...
...minimizamos una experiencia de acoso o violencia, cada vez que culpamos a las víctimas por su "sensibilidad", las estamos revictimizando. Las mujeres no son responsables de la violencia que sufren; son víctimas de un sistema social establecido que las despoja de su autonomía y dignidad”.
Otro 25N. Violencia de género, el feminicidio perenne
El 25 de noviembre no es solo una fecha en el calendario; es un recordatorio doloroso y urgente de la lucha constante que enfrentan millones de mujeres en todo el mundo. Este día simboliza la resistencia, la valentía y la determinación de todas aquellas que han sufrido violencia de género y, sobre todo, un llamado a todas y todos para erradicar esta lacra que se alimenta del patriarcado y el machismo.
La violencia contra las mujeres no es un problema del ámbito privado, ni doméstico, ni intrafamiliar; es un fenómeno social que se basa en estructuras desiguales de poder. En nuestra sociedad, las mujeres han sido históricamente relegadas a un papel secundario, y el machismo sigue arraigado en nuestras costumbres y creencias. Desde comentarios despectivos, micromachismos, hasta agresiones físicas, las manifestaciones de esta violencia son múltiples y devastadoras.
Es fundamental entender que el machismo se nutre del silencio, complicidad y la falta de empatía. Cada vez que minimizamos una experiencia de acoso o violencia, cada vez que culpamos a las víctimas por su "sensibilidad", las estamos revictimizando. Las mujeres no son responsables de la violencia que sufren; son víctimas de un sistema social establecido que las despoja de su autonomía y dignidad.
Este 25 de noviembre debemos elevar nuestras voces en solidaridad con todas las mujeres que han sido asesinadas, silenciadas. Debemos exigir cambios estructurales en nuestras instituciones, educar a las nuevas generaciones en igualdad y respeto, y crear espacios seguros donde cada mujer pueda expresarse sin miedo al juicio o represalias.
El feminismo, se siente y no es solo una lucha por los derechos de las mujeres; es una lucha por un mundo más justo e igualitario para todas y para todos. Es hora de desafiar al patriarcado en todas sus formas: desde los estereotipos que se nos adjudican hasta las políticas discriminatorias. La violencia de género no tiene cabida en nuestra sociedad, y cada persona tiene un papel crucial en esta lucha.
Hoy, más que nunca, necesitamos unir nuestras fuerzas. ¡Es momento de romper el silencio! Alzamos nuestras voces por aquellas que ya no pueden hacerlo. Alzamos nuestras voces por el derecho a vivir sin miedo, por el derecho a ser libres y por el derecho a ser escuchadas.
El cambio comienza aquí y ahora. No más violencia, no más machismo, ni una menos. Juntas somos más fuertes.