OPINIÓN. LOL. Por Alberto R. Aguiar
Periodista
24/02/17. Opinión. “El Ayuntamiento ha actuado sobre calles como Santa María o Císter, pero ha obviado situaciones tan endémicas como reprochables como la de la Plaza de la Constitución y el Café Central, o la Plaza Zegrí y el insaciable Pimpi”. El periodista Alberto R. Aguiar dedica este nuevo artículo de opinión en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com a la ocupación de la vía pública que realizan en el centro...
...de Málaga negocios como El Pimpi sin que el consistorio haga nada para evitarlo.
El templete imbatible de Málaga: el Ayuntamiento no se atreve con el Pimpi y arrasa con las terrazas de las calles menores del Centro
LA prensa local recogía esta semana las primeras actuaciones del Ayuntamiento de Málaga en materia de movilidad y espacio público en el Centro Antiguo de la ciudad. Una de las principales reivindicaciones que los vecinos de la Almendra histórica mantienen desde hace años es someter a un control más estricto a los negocios hosteleros y a la forma en la que ocupan la calle con sus terrazas. Todo por evitar una gentrificación imparable, la terciarización de un barrio, la conversión de una zona residencial en un parque temático en el que lo único que importa es el dinero y las aglomeraciones de gente.
EN concreto, el Ayuntamiento ha actuado sobre calles como Santa María o Císter, pero ha obviado situaciones tan endémicas como reprochables como la de la Plaza de la Constitución y el Café Central, o la Plaza Zegrí y el insaciable Pimpi.
LA gracia malagueña hace que estas cosas se vivan con humor. Pero la desidia municipal y el hastío vecinal son patentes, a pesar de ello. Hace unos meses la cuenta de Twitter ‘Historia de Mágala’ (sic) recogía con sorna “los terrenos del Pimpi ganados al mar” (ver AQUÍ).
PEPE Cobos es el copropietario de este negocio que sigue complicando el paso a los malagueños que quieren atajar a través de Zegrí el paso entre calle Alcazabilla y calle Granada. Servidor ha llegado a tener problemas circulando por la zona con las bicicletas municipales. El negocio había colocado sombrillas de terraza junto al acceso y personas con carritos de bebé o ciclos tenían que apearse o buscar un rodeo para poder transitar por una calle que es pública.
AUN hay mucha gente de mente estrecha que entiende que el fin último del Centro de una ciudad debe ser su tematización, su escaparate y ventana al turismo. Un turismo que tampoco deja tanto en la ciudad como se espera. España es el camarero de la Unión Europea porque se ha bajado del tren del progreso para subirse al del sector servicios como si fuese esa la única solución a la precaria industrialización de la península. Uno no es analista económico, pero entiende que vivir de la renta no debe ser un objetivo ni a medio ni a largo plazo como país, y en Málaga se está surfeando una ola que acabará en marejadilla y el alcalde no nos ha puesto ni los manguitos.
EL Ayuntamiento trata de acallar críticas quitando terrazas de calles estrechas, indispensable teniendo en cuenta que deben circular servicios de emergencia. No hace tanto un camión de bomberos tuvo que dar un rodeo porque no pudo cruzar Alcazabilla para comprobar la caída de unos cascotes del edificio de la Cofradía de Estudiantes. Aun con todo, los bomberos tuvieron que recibir las críticas de esas mentes estrechas que incluso planteaban que fuesen en bicicleta dado que no se trataba ni de una urgencia ni de una catástrofe. Málaga sigue en la cresta de una ola que acabará en tragedia. Pero decirlo parece que es una irresponsabilidad para quienes nos toca. Y mientras esa ola solo sirve para que unos pocos (los pocos de siempre) sigan inflándose los bolsillos con la connivencia de la ignorancia ignominiosa de muchos ciudadanos… y de muchos votantes.
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