OPINIÓN. LOL. Por Alberto R. Aguiar
Periodista

28/04/17. Opinión. Un tuit de Isabel Naranjo, periodista de La Razón, Onda Cero y colaboradora de diario Sur en Málaga, además de pareja del presidente de la Diputación y del PP de Málaga, Elías Bendodo, hacía saber que ponía la mano en el fuego por su jefe, Francisco Marhuenda. El tuit, claro, llegó después de que el director del periódico conservador fuese declarado desimputado de la Operación Lezo que...

...investiga el estallido de lodo en la empresa pública de aguas de Madrid, Canal de Isabel II. Un caso que también salpica al ministro de Justicia por el envío de un SMS que, según él mismo, se ha malinterpretado. El decano del Colegio de Abogados de Málaga, Javier Lara, que ha invitado al ministro de Justicia, Catalá, casi una docena de veces en los últimos dos años a Málaga, incluso a costa del presupuesto del colegio profesional que encabeza, ¿tiene ahora algo que decir? ¿O preferirá esperar? Una colaboración del periodista Alberto R. Aguiar con EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.

Aquiescencia y corrupción. La periodista malagueña Isabel Naranjo solo puso la mano en el fuego por su jefe Marhuenda cuando fue desimputado. ¿Dirá algo ahora el decano de los abogados, Lara, de ‘su’ ministro de Justicia?

HACE pocos días estallaba en Madrid un nuevo caso de corrupción. En España ya no sorprende, y los ciudadanos hemos pasado peligrosamente del estado de indignación al análisis socarrón. Parece divertido que un partido con tantísima cuota de poder como el PP en todo el Estado no tenga unas cuantas manzanas podridas, sino que cada día parezca más una cesta contaminada. Divertido para aquellos que están en las antípodas ideológicas de los conservadores, pero que en una lectura cortoplacista solo piensan en que los estallidos de mierda, uno tras otro, solo ayudan a minar al electorado de los de Rajoy. Algo que, a la vista está, no funciona.


LA última ola de porquería nacía precisamente al albor de una empresa de aguas como es el Canal de Isabel II, la mercantil pública que depende de la Comunidad de Madrid y en la que según se dirime en sede judicial todo se reducía al negociete de unas pocas manos derechas de la dimitida Esperanza Aguirre.

A mí esto me pilla en Madrid pero es inevitable hacer una lectura en clave local de Málaga. Y la muestra es desalentadora. La polémica sembrada la semana pasada con las revelaciones judiciales y periodísticas fue mayor que la habitual (sí, que la habitual), porque entre los ‘salpicados’ se encontraban directivos de La Razón, como su responsable Francisco Marhuenda, o el todavía (sí, todavía) ministro de Justicia, Rafael Catalá.

EN el primero de los casos, el comisario Marhuenda ha sido desimputado. Se le señalaba por supuestas coacciones a la presidenta del gobierno madrileño, Cristina Cifuentes, para que no saltase la liebre sobre el saqueo del Canal de Isabel II. El director de La Razón mantuvo un silencio sepulcral durante horas, hasta que declaró ante el juez. Y como él, sus colaboradores.

ISABEL Naranjo, la compañera de Elías Bendodo, presidente de la Diputación y del PP de Málaga, tuiteaba públicamente a Marhuenda que su “tranquilidad” y su forma de expresarse “estos días” hacía “presagiar que habría archivo”. El mensaje lo adjuntaba de una etiqueta en inglés, “no doubt” (sin duda). Para existir tal certeza, lo cierto es que los mensajes de este palo llegaron solo después de que el director de La Razón fuese totalmente exculpado y dejase de estar señalado por la investigación judicial.



LA
porquería también alcanzó al ministro de Justicia, Catalá. El político del PP envió un SMS de “aliento” según informaron esta semana varios medios de comunicación, entre ellos El Español, a Ignacio González, a finales del año pasado. “Gracias Nacho. Un fuerte abrazo. Ojalá se cierren pronto los líos”. Catalá dice que se refería en todo caso a las circunstancias políticas, a pesar de que el mensaje de texto llegó cuando el responsable de la cartera de Justicia ya había sido anunciado como tal. Sus explicaciones por el momento no convencen a muchos.

PARECE sorprendente la constante presencia de Catalá en la provincia de Málaga durante los últimos meses. Estuvo en abril en Semana Santa, en enero en el Caminito del Rey, en octubre del año pasado fue recibido por el presidente de la Diputación, Bendodo; en septiembre fue nombrado jurado del premio del Colegio de Abogados; en junio se reunió con la Unión Profesional de Málaga; en octubre de 2015 también estuvo en la provincia, y en marzo de hace dos años llegó a celebrar un acto organizado por el mismo Colegio profesional que fue denunciado ante la Junta Electoral por posible interferencia en las elecciones andaluzas (una denuncia que no tuvo mayor recorrido).

CON Catalá al frente del ministerio de Justicia ahora no paran de sucederse denuncias sobre supuestas interferencias del Gobierno en la judicatura. La presencia de Catalá en Málaga, constante y continua, llama la atención teniendo en cuenta que es diputado por Cuenca.

ESPECIALMENTE interesado se ha mostrado siempre el decano del Colegio de Abogados de Málaga en hacerse la foto con el ministro en cada una de sus visitas a la provincia. El también recién renombrado presidente de la Unión Profesional de Málaga (hace apenas cuatro días), el decano Francisco Javier Lara, ha sido el promotor de muchas de las visitas de Catalá Polo a la capital de la Costa del Sol. Ahora cabe preguntarse si, ahora que se suma tanto estupor, tanta indignación, y tanta sorna con la corrupción, Lara Peláez hará como Naranjo y se subirá al carro de los “yo siempre confié” cuando el ministro quede libre de toda sospecha, o si se lanzará al barro ya.

LO único que uno puede pensar, a estas alturas, es la connivencia, aquiescencia y el enorme cinismo que algunos se echan a la mochila cuando la corrupción y la mierda explotan. El poder huele bastante mal. Y algunos quieren seguir revolcándose en él a toda costa.

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