El caso del Ayuntamiento de Marbella

OPINIÓN. Bajo las alcantarillas. Por Manuel Fernández Valdivia
Empresario de San Pedro Alcántara

12/03/18. Opinión. El empresario de San Pedro de Alcántara Manuel Fernández Valdivia, explica en su habitual artículo para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com el procedimiento mediante el cual se crean los cargos de confianza, funcionarios eventuales o directores generales en Marbella. Se trata de unos puestos que según el autor se utilizan en muchos casos para “colocar” a miembros del...

...partido o personas afines. “Han convertido, por tanto, la excepción que también recoge la ley, en la regla casi general, a fin de tener a los suyos contentos y bien pagados. Y es que, por si no fuesen suficientes 3.500 empleados, nos llueven más ‘bien pagás’, como decía la copla” opina Fernández Valdivia.

Curso práctico de colocación en la Administración Pública

MUCHOS habrán oído hablar estos días (AQUÍ), del tejemaneje que han llevado y llevan, tanto el anterior Equipo de Gobierno de Marbella y el actual, para dejar bien colocados en puestos de responsabilidad a sus más férreos colaboradores. Y no nos referimos precisamente a miembros del funcionariado de carrera, sino a los que hicieron méritos en su día dentro de cada partido político para, sin ningún pudor, ocupar una plaza de funcionario eventual o director general.

CONOCIDA fue la retahíla de nombres que fueron desfilando por las puertas del consistorio, los llamados cargos de confianza del Partido Popular que, estratégicamente, Ángeles Muñoz fue colocando (algunos de por vida), en la ya de por sí abultada plantilla de funcionarios y trabajadores municipales. Ya saben, unos 3.500 sueldos que pagamos entre todos los contribuyentes, a cambio de un servicio mediocre y muy alejado del supuesto lujo que Marbella “vende” por ferias internacionales y costosos viajes que nuestra querida alcaldesa realiza de vez en cuando, supuestamente para dar a conocer la ciudad. Quizás sería más conveniente hacerlos allí donde puede que remotamente no nos conozcan, como en la selva amazónica o los desiertos africanos. Si me permiten la ironía. Pero parece que tienen más glamur, los destinos que desde tiempo inmemorial conocen y reconocen a Marbella y la Costa del Sol, casi como si fuese su segunda casa.

DATO: A pesar de haber sacado a concurso público la práctica totalidad de servicios municipales, Marbella es una de las poblaciones con más de 100.000 habitantes que más porcentaje de sus ingresos dedica a pagar la nómina de sus funcionarios. Por encima de capitales de provincia como Badajoz, Valladolid o la misma Málaga.

PUES bien, sin querer perdernos entre los viajes, canapés y bebidas a las que algunos de estos políticos y cargos de confianza se han aficionado, nos centraremos en los directores generales acabados de elegir por obra y gracia de la Junta de Gobierno Local, que no por esa supuesta comisión “independiente” formada por técnicos municipales, como nos han hecho creer.




*Fotos del estado en el que se encuentran las calles de la localidad

LA realidad es bien distinta. A pesar de la denominada “Ley Montoro”, que impide la contratación de nuevo personal en la administración pública, y en la que se escudan nuestros gobernantes para regalar contratas a diestro y siniestro, se sacan a concurso público once directores generales, una vez han podido retorcer al máximo la Ley 57/2003, de 16 de diciembre, de medidas para la modernización del gobierno local, mediante un reglamento que fue recurrido por el Partido Popular para intentar ahogar al defenestrado (en parte) Tripartito. Dicha ley, aunque en su Artículo 130.3 define que la norma general será la de seleccionar a estos órganos superiores y directivos “entre funcionarios de carrera del Estado, de las comunidades autónomas, de las entidades locales o funcionarios de administración local con habilitación de carácter nacional, a los que se exija para su ingreso el título de doctor, licenciado, ingeniero, arquitecto o equivalente”, mediante las artimañas urdidas por Partido Popular, retirando el citado recurso, y la obsesión de Opción Sampedreña por dejar bien colocados a los suyos incluso después de su desaparición del consistorio, han dado lugar a cubrir prácticamente la totalidad de esas plazas con afiliados a sus respectivos partidos políticos. Han convertido, por tanto, la excepción que también recoge la ley, en la regla casi general, a fin de tener a los suyos contentos y bien pagados. Y es que, por si no fuesen suficientes 3.500 empleados, nos llueven más “bien pagás”, como decía la copla.

¿QUÉ es lo que hace esa supuesta mesa de contratación? Elegir una terna de candidatos por cada uno de los puestos sacados a concurso, eligiendo finalmente la Junta de Gobierno Local, en la que están PP y OSP, cuál es el más idóneo o idónea a su entender para ocupar tan suculentos empleos, independientemente de las normas que rigen la contratación pública: igualdad, mérito, capacidad y publicidad.

TANTO es así que, como han publicado algunos medios de comunicación, el actual Equipo de Gobierno, ha dejado desierto uno de los puestos que sacaron a concurso, simplemente porque de haber elegido a alguien, solo podían adjudicárselo por méritos propios a una “outsider” de la vida política local, que actualmente es funcionaria de carrera sin haber necesitado el empujón o enchufe de nadie. Supongo que pensaron: “Esperemos que aparezca más adelante alguien de los nuestros que pueda ocupar ese puesto. O para nosotros o para nadie”. A pesar de haber sido creada esta convocatoria, supuestamente, por “necesidades del servicio”. Más bien por necesidad de la “servidumbre” [acepción primera de la RAE] de cada partido en el poder.

HABRÁ quien entienda que todos estos “paracaidistas”, en su momento, dejarán de formar parte del Ayuntamiento de Marbella, pero a las pruebas nos debemos remitir, sabiendo que muchos de los contratados en fraude de ley por el partido Popular desde 2007 a 2015, tuvieron que ser compensados por los sueldos dejados de percibir desde la emisión del Decreto de José Bernal, y su inmediata reincorporación. Muchos de ellos hasta hoy sin puesto fijo en dependencias municipales.

PUEDE que exista cierta luz al final de este tenebroso túnel de contrataciones a dedo en la que se empeñan todos y cada uno de los partidos políticos, pero forzosamente tendrá que llegar de la mano de la justicia en forma de Jurisprudencia y sentencias. Como la recientemente emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en la que confirmaba la anulación de cuatro nombramientos de directores generales en Leganés, al haber sido designados de forma arbitraria, vulnerando así el ordenamiento jurídico español, ya que, reiteramos, los nombramientos de este tipo de cargos, deben realizarse preferentemente entre quienes ostentan la condición de funcionarios de carrera, y no como en el caso que nos ocupa, que han recaído casi todos ellos en personas que no cumplían con esta condición.

¿QUIÉN pondrá el cascabel al gato? Aquellos que se sientan perjudicados o un alma caritativa al que le sobren dineros suficientes para acometer un costoso contencioso-administrativo. La fe en los partidos de la oposición que podría hacer lo mismo, la tengo completamente perdida, ya que fueron ellos quienes aprobaron el actual Reglamento de Directores Generales y, con mucha probabilidad, utilizarán en su día (si es que llegan a gobernar), las mismas artimañas para “colocar” a los suyos.

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