El Ayuntamiento de Marbella sigue maltratando a este barrio de San Pedro Alcántara
OPINIÓN. Bajo las alcantarillas
Por Manuel Fernández Valdivia. Empresario de San Pedro Alcántara
10/09/18. Opinión. El empresario Manuel Fernández Valdivia y miembro del colectivo Acción Vecinal San Pedro Alcántara habla en su nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el abandono que sufre la barriada marbellí de El Salto del Agua, donde desde finales del siglo XIX existe un embalse y una acequia que abastecían a una central hidroeléctrica. Una dejadez...
...por parte del Ayuntamiento de Marbella, donde gobierna un bipartito formado por el PP y OSP (Opción Sampedreña), que según Fernández Valdivia no es casual. “Los vecinos de El Salto del Agua, desde finales de los años 80, han sido considerados como ciudadanos de segunda o tercera categoría. La intención es clara, como así se dedujo de la redacción interesada del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2010, anulado por una sentencia del Tribunal Supremo: eliminar las viviendas para la futura expansión del polígono industrial de la localidad. Y precisamente este embalse se configura como la última barrera que separa las casas de estos humildes sampedreños, de la vorágine que determinados grandes e influyentes empresarios, unidos siempre por el pegamento del dinero con nuestros gobernantes, desean convertir al Salto del Agua en un gueto”, indica el empresario.
Continúan los malos tiempos para El Salto del Agua
EL Ayuntamiento de Marbella sigue maltratando a este barrio de San Pedro Alcántara.
PARA aquellos que no lo conozcan, El Salto del Agua es un pequeño e histórico barrio de San Pedro Alcántara, por ahora perteneciente al municipio de Marbella. En su interior, allá por el año 1898, ya existía un ingenio hidráulico que aprovechaba la altura y el caudal de una acequia que, en parte, aún podemos encontrar en su original emplazamiento, con el objetivo, entonces, de generar la suficiente fuerza impulsora para la generación de electricidad suministrada a la Colonia Agrícola de San Pedro Alcántara. Frente al edificio que albergaba dicha central eléctrica, se construyó un embalse asociado a la misma que, en distintos planeamientos urbanísticos, fue catalogado como obra de ingeniería protegida.
A pesar de su importancia histórica, los vecinos de El Salto del Agua, desde finales de los años 80, han sido considerados como ciudadanos de segunda o tercera categoría. La intención es clara, como así se dedujo de la redacción interesada del Plan General de Ordenación Urbana de 2010, anulado por una sentencia del Tribunal Supremo: eliminar las viviendas para la futura expansión del polígono industrial de la localidad. Y precisamente este embalse se configura como la última barrera que separa las casas de estos humildes sampedreños, de la vorágine que determinados grandes e influyentes empresarios, unidos siempre por el pegamento del dinero con nuestros gobernantes, desean convertir al Salto del Agua en un gueto. Deprimirlo hasta tal punto que, en algún momento, sus vecinos desistan y abran el paso a las excavadoras y las naves industriales. Tanto es así que el Partido Popular deseaba instalar un “punto limpio”, o lo que es igual, un vertedero controlado, junto a las puertas de sus casas.
PERO los cálculos salieron mal a ese grupo de supuestos empresarios y al Partido Popular. Con el PGOU anulado, nada podían hacer para seguir empujando a El Salto del Agua al abismo. Hasta que llegó el tripartito y el posterior bipartito, con el común denominador llamado Opción Sampedreña. Herederos del más puro estilo gilista, decidieron olvidar al barrio, a pesar de llevar en su lista electoral a una conocida de sus vecinas. Primero dejar nuevamente que el barrio se deteriore e impedir por activa y pasiva la limpieza de su embalse que, efectivamente, corresponde a la denominada Comunidad o Junta de Regantes, desentendida también y cómplice de este desastre que, no solo se ha llevado por delante la imagen de este barrio, sino también la muerte de gran cantidad de ejemplares de patos que allí habitan desde tiempo inmemorial.
HASTA catorce sacaron los voluntarios de Acción Vecinal San Pedro Alcántara, que a la vista del lamentable estado que presentaba el espacio para la vida de estos especímenes, decidieron poner su granito de arena, denunciando también el hecho ante la Guardia Civil y el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de Marbella, cuyos responsables levantaron acta que, esperamos esté siendo debidamente investigada por las autoridades sanitarias y medioambientales, para depurar las responsabilidades que se deriven de tan execrable proceder por parte del Ayuntamiento de Marbella y los propietarios del embalse.
¿CUÁL es la solución planteada por la Oficina de Distrito de San Pedro Alcántara? Como no podía ser de otra forma, el neogilismo de OSP propone la destrucción de este lugar histórico, al cual le contemplan más de 120 años de antigüedad. Pero como muy bien ha apuntado en redes sociales el doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Málaga e historiador de la localidad de San Pedro Alcántara, José Luis Casado Bellagarza, “no se entiende como la Tenencia de Alcaldía, de acuerdo con la Comunidad de Regantes, no arbitra las medidas necesarias para su óptima conservación, y sí lo hace para otros estanques y fuentes artificiales del distrito. Acabar con el embalse sería un atentado contra el patrimonio histórico del pueblo de San Pedro Alcántara”.
Y es que, como se suele decir: “muerto el perro, se acabó la rabia”. Todo o parte del actual equipo de Gobierno de Marbella parece tener la intención primero de impedir el mantenimiento y cuidado del embalse existente en el barrio de El Salto del Agua, y, en segundo lugar, continuar con la estrategia de destrucción de este popular espacio.
FÍJENSE si son miserables que, hasta sin agua han dejado los baños y vestuarios, a unos jóvenes que practican béisbol en lo que, ni siquiera podemos decir que sea un campo de deporte, ubicado al final del barrio. Un pedazo de tierra lleno de malas hierbas secas y suciedad en la que a duras penas pueden entrenar. También allí tuvo que desplazarse recientemente Acción Vecinal San Pedro Alcántara, para desbrozar y adecentar el campo.
EN definitiva, siguen los malos tiempos para El Salto del Agua. Gobierne quien gobierne, si hay un vecindario olvidado y abandonado por las autoridades, es el que les describo. Aún así, siguen pacientes a la espera de mejores vientos. De mejores gobernantes. De personas que tengan algo de conciencia, honor y empatía.
ESPEREMOS que cuando lleguen no sea demasiado tarde. El Salto del Agua debe pervivir. No solo en nuestra memoria como un fantasma del pasado del que acordarse al sacar unas viejas fotografías, como al parecer es deseo de Opción Sampedreña y sus aliados, el Partido Popular. La destrucción de nuestro patrimonio está siendo su bandera. Muy al contrario de como se han ido presentando estos años atrás en la dura e ingrata oposición.
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