Técnicos locales coinciden en el momento negro de Marbella
OPINIÓN. Bajo las alcantarillas
Por Manuel Fernández Valdivia. Empresario de San Pedro Alcántara
22/04/19. Opinión. El empresario Manuel Fernández Valdivia en su nueva colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com continúa describiendo los debates celebrados recientemente en los que se habló del futuro de Marbella y en los que participaron diferentes profesionales de variados ámbitos. Fernández Valdivia denuncia: “Marbella se ha hecho para el turismo y no para los residentes...
...Y debemos empezar a pensar en nosotros, porque el municipio no está planificado para los que vivimos aquí todo el año”.
¿Marbella tiene arreglo? (2ª parte)
COMO adelantamos en el primer capítulo de este ¿Marbella tiene arreglo? (AQUÍ), los pasados 25 y 29 de marzo, tuvieron lugar dos interesantísimos debates entre empresarios y profesionales de Marbella, entre los que se encontraban personalidades de reconocido prestigio en la ciudad como Rudolf Graf von Schönburg, más conocido como conde Rudi; Iñigo Orbaneja, presidente honorífico del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) de Marbella; Carola Herrero, arquitecta y presidenta de la Asociación de Comerciantes y Profesionales del Casco Antiguo de Marbella; el periodista Jorge Lemos y Enrique Lamelas, comisario jefe de Marbella. Todo ello bajo la batuta de la, también periodista, Amparo de la Gama, colaboradora de El Confidencial, El Español y el programa de Antena 3, Espejo Público, entre otros. La primera de estas citas, se centró en resaltar la historia de lujo y fama que la localidad tuvo desde sus inicios turísticos, entre los años 50 y 80. La segunda de estas tertulias, para mí, quizás la más interesante, versó sobre la posibilidad de implantar un “plan renove” al municipio, frente a los grandes retos, cambios sociales y económicos que estamos viviendo.
DECÍAMOS también que, a pesar de lo que en principio podíamos pensar, saltaron a la vista de todos, muchas de las carencias y deficiencias que padece Marbella, a la que muchos elogian mirándose siempre al ombligo o siendo especialmente chovinista. Esto lo podemos ver en muchos de los partidos políticos de la localidad e incluso en algunos medios de comunicación cercanos al régimen de turno.
PUES bien, en este caso, a la arquitecta y activista local Carola Herrero, participante de esta estupenda tertulia, le preocupa de manera especial que graves delitos hechos públicos durante estos últimos meses, hayan sido cometidos en nuestro entorno más próximo. Hasta ahora estas cosas ocurrían en sitios perdidos, pero en estos momentos la violencia llega a lugares, como las puertas de una de las iglesias de San Pedro Alcántara, o sicarios que han sido detenidos en edificios del centro de Marbella. Los vemos muy mezclados con la población.
Carola Herrero, Enrique Lamelas y Amparo de la Gama
EN otro orden de cosas, piensa que Marbella se ha planificado como un negocio o inversión, pero no como espacio para vivir. Han influido más los inversores que los vecinos que viven aquí durante todo el año. Es esencial que los ciudadanos estemos atentos y participemos de la elaboración del futuro Plan General Urbano de Marbella. De forma efectiva y decisoria. Que no sea simplemente para que al final del proceso se nos permita realizar alegaciones. Ya que, si no las aceptan, nos vemos obligados a solicitar la intervención judicial de los tribunales contenciosos. Hay muchas personas y colectivos con mucha experiencia, conocedores de cómo debe ser la ciudad. No puede ser que diseñemos un Plan de Ordenamiento Territorial (POT), estableciendo en toda la Costa de Sol, un único bulevar urbano entre Manilva y Torremolinos, sin respetar la personalidad que tienen las diferentes poblaciones existentes en la zona. La idea de ciudades compactas tampoco tiene cabida en Marbella, precisamente porque tenemos cuatro núcleos urbanos y no podemos obligar a todos a que se muden al centro. Lo ideal es compactar los cuatro núcleos y comunicarlos muy bien. El problema es que nada de esto se está haciendo, nadie, excepto los colectivos y la ciudadanía, está proyectando el futuro.
MARBELLA tiene otro problema fundamental. Y es el del equipamiento y las infraestructuras públicas, que no las tenemos de ningún tipo. Nos hemos quedado a años luz de otras ciudades. Teniendo en cuenta las basuras generadas, somos 250.000 habitantes en invierno y 500.000 en verano. Comparando con otras áreas funcionales como San Sebastián o Pamplona, nos tenemos que echar a llorar. Pamplona dispone de cuatro universidades, cuatro clínicas y nosotros con un hospital a rastras esperando a que lo terminen. Tienen además de cinco centros sanitarios de atención a la mujer (nosotros no hemos visto ni uno), 10 centros ambulatorios, ferrocarriles. Tampoco disponemos de una residencia púbica para la tercera edad. Aquí todos los equipamientos se han privatizado. Tenemos muy buenos equipamientos privados, pero la ley exige la disponibilidad de que existan públicos para todos los ciudadanos.
TODO se ha hecho para el turismo y no para los residentes de Marbella. Y debemos empezar a pensar en nosotros, porque el municipio no está planificado para los que vivimos aquí todo el año.
EL casco antiguo de Marbella está invadido por mesas y tampoco parece tan agradable, a pesar de lo bonito que es. Fue una batalla conseguir que en la Plaza de los Naranjos pudieran quedarse cuatro bancos para sentarse.
NECESITAMOS encontrar el equilibrio entre nuestra fuente de ingresos principal, que es el turismo, y nuestra propia vida. Esto es esencial para el futuro de Marbella. Pero también que la industria turística deje realmente beneficios en la ciudad. Marbella, como área funcional de 350.000 habitantes, frente a todas las que existen en toda España, estamos la segunda por la cola, en ingresos disponibles por hogar. En estos momentos, 20 mil euros, frente a Pozuelo (Madrid), que está en 73 mil euros. Es decir, que con todo lo que sacrificamos por el turismo (medio ambiente, bienestar, espacio, relaciones sociales, etc.), el beneficio no se queda aquí. A pesar de generar 1.500 millones de euros en ventas de lujo, lo que representa estar en la segunda posición del ranking nacional, solo superada por Barcelona con un 29% de este tipo de negocios, frente al 26% de Marbella. Barcelona con tres millones de habitantes y nosotros con 140 mil. En ese ranking están también Madrid, con un 20% y Palma con un 8%. Vendemos mucho que finalmente no repercute en la ciudad. Reflexionemos sobre esto, porque nadie invierte tanto en una industria que no revierte nada en sí mismo. ¿Dónde va nuestro dinero? Sabiendo además que somos la quinta ciudad más cara de España, pero siendo la segunda menor renta disponible por hogar.
RESPECTO de las playas, igualmente necesitamos ser imaginativos y no estar anclados en el pasado, pensando en sistemas más modernos que esos espigones transitables, que se quitaron precisamente por lo sucio que eran. Aquí se ha edificado muy cerca del mar, construyendo además pantanos que impiden el aporte natural de sedimentos a las playas. Por ejemplo, en Florida se instalan unos espigones permeables en forma de mallas que pueden ser desmontados en verano y no perjudican la flora y fauna marítimas. En Valencia se han instalado unas islas de hormigón sumergidas, con las que se están consiguiendo formar nuevos arrecifes. En definitiva, el problema de las playas debe ser técnico. No vale que, porque alguien se acuerde de lo mucho que le gustaba pasear sobre los espigones, se instalen nuevamente. Podemos caer en el error de acumular arena en unas playas y cargarse otras, como ocurría en Elviria. Y tampoco se pueden instalar espigones en todo el litoral.
OTRO problema de Marbella es que no dispone de otras industrias, además del turismo. Aquí no se fabrica ni palillos de dientes ni las servilletas que se consumen en los bares y restaurantes que tenemos. Todo ello unido a que no existen unas aulas universitarias que den solución a gran cantidad de problemas que tenemos como el de las medusas, el medio ambiente, energías renovables, etc.. Tenemos el sol y no se genera casi nada de energía limpia, a excepción de un puñado de edificios. Igualmente, generamos gran cantidad de biomasa entre todos los jardines públicos y privados que no se utilizan para la generación de energía. Es más, ni se reutiliza como compost a nivel industrial. En el nuevo PGOU, uno de los objetivos a conseguir, sería el de obligar a las nuevas urbanizaciones a cumplir con un balance energético cero, para que a 50 años vista, Marbella cumpla en conjunto con ese requisito. Tenemos que aprovechar que somos la tercera ciudad española con el aire menos contaminado y la primera de la península. Reequipar la ciudad, hacerla sostenible, mantener las buenas cualidades que tenemos y, con todo esto, hacer ya planes a más corto plazo.
NO me gustaría que la gente de Marbella, los jóvenes y las siguientes generaciones sigan siendo trabajadores de servicios para los turistas que vienen. Tenemos que empezar a fomentar la creación de empresas serias e importantes. No podemos limitarnos a la hostelería o los servicios de jardinería. Debemos aspirar a otra cosa. Sin ir más lejos, mi hijo ha estudiado ingeniería industrial en un pueblo americano de 10 mil habitantes, cuya vida social ya la quisiéramos tener aquí. ¿Por qué no podemos aspirar a tener dos o tres aulas universitarias o facultades? Seguir por la vía de los servicios es, condenar a la gente a esa renta por hogar disponible de 20 mil euros que tenemos ahora. Aspiro a que Marbella suba al nivel de Pozuelo con una renta por hogar de 73 mil euros. Hay que traer turistas, pero no podemos expulsar a la gente joven, que es la que tiene que emprender. Cuando salen, ya no vuelven. Gente preparada conociendo varios idiomas, abogados del Estado hasta empresarios que han creado grandes redes sociales. Gente que ha tenido que estudiar fuera y que se han quedado fuera. Debemos fijar el talento aquí. Ninguna ciudad importante deja que su talento de marche. Tenemos que abrir la cabeza para que no nos vuelva a pasar lo mismo. Ya cometimos el error con un señor que nos convenció, nos pareció todo buenísimo, se forró y mira cómo nos ha dejado. Cuando la gente dispone de una buena educación y formación, es más difícil engañarla.
DISPONÍAMOS de un museo, como es el del bonsái, que finalmente se va a convertir en una biblioteca, que puede ubicarse en cualquier otro sitio. En su momento, un museo único en Europa, al estar dentro de un edificio. Con una de las mejores colecciones del mundo sobre árboles mediterráneos. Por desgracia, el público en general acepta la desaparición de un museo, porque no disponemos de bibliotecas suficientes. Nos cargamos una infraestructura para hacer otra, cuando podíamos disponer de las dos. Porque con el dinero que generamos podríamos tener de todo.
TOMÁS Olivo es uno de los empresarios más ricos de España, a costa de Marbella. Los terrenos de La Cañada eran nuestros y se los quedaron de aquella manera. Sin paganos nada y licencias ilegales.
PD: Y ojo. Estas mismas o similares palabras, se las he oído a gran cantidad de arquitectos, ingenieros y otros especialistas en urbanismo, movilidad, seguridad, etc. No es solo una opinión de Carola Herrero y, por ello me atrevo a decir que existe una clara coincidencia entre técnicos locales, sobre las graves carencias que padecemos, a pesar de todo lo que el Ayuntamiento de Marbella, la Junta de Andalucía y el Estado recaudan dentro del actual municipio. Solo en consistorio, 283 millones de euros.
PUEDE leer aquí anteriores artículos de Manuel Fernández Valdivia:
-22/04/19 ¿Marbella tiene arreglo? (2ª parte)
-08/04/19 ¿Marbella tiene arreglo? (1ª parte)
-25/03/19 Manuel López Gómez. Cuando un líder se va.
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