“El pasado jueves, a mis 57 años, tuve la fortuna de recibir la primera dosis de la vacuna que protege contra la COVID19”
OPINIÓN. Charlas con nadie
Por Manuel Camas. Abogado18/05/21. Opinión. El conocido abogado Manuel Camas escribe en su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre el Estado del bienestar: “Siento profundo agradecimiento al sistema sanitario. Según el pensamiento de cada uno, repartan ese agradecimiento entre Instituciones Europeas (por ser central de compras de vacunas), Gobierno de España (por distribuirlas),...
...Junta de Andalucía (por administrarlas). Por mi parte tengo agradecimiento a todos, pero señalo principalmente al Welfare State, el Estado del bienestar”.
Vacunado
El pasado jueves, a mis 57 años, tuve la fortuna de recibir la primera dosis de la vacuna que protege contra la COVID19.
Siento profundo agradecimiento al sistema sanitario. Según el pensamiento de cada uno, repartan ese agradecimiento entre Instituciones Europeas (por ser central de compras de vacunas), Gobierno de España (por distribuirlas), Junta de Andalucía (por administrarlas). Por mi parte tengo agradecimiento a todos, pero señalo principalmente al Welfare State, el Estado del bienestar sobre el que más abajo volveré.
Por lo demás, la administración de la vacuna, tan deseada, tan esperada, tan esperanzadora y necesaria, puedo decir que carece en absoluto de glamour.
Me citaron en el centro de salud a las 18.17 h (la extrema precisión de la hora de la cita ya me indicaba una organización exquisita). Me fui andando desde casa, mirando en la agenda del teléfono móvil, pensando si me habría equivocado de hora y jugando en mi mente con la idea de que llegase y me dijesen que era otro día, otra hora, en modo alguno quería perder la oportunidad que se me ofrecía de vacunarme y estúpidamente me atormentaba a mí mismo con esas fantasías.
Llegué y encontré, junto al centro de salud, un contenedor equipado como espacio de vacunación, solamente había dos personas, creo ambas enfermeras, dije tenía cita para la vacuna, di mi nombre, comprobaron el listado; aunque había llegado diez minutos antes no había en ese momento nadie esperando, me dijeron que adelante me quité el jersey y mientras me iba a quitar la gorra que llevaba para protegerme del sol, noté el pinchazo en el brazo que duró creo que menos de un segundo.
Me quedé sorprendido, ¿ya está?, pregunté, sí ya está, me contestaron. Sonreí, qué sencillo después de tanto tiempo esperando. También me sonrieron para decirme que sí, que es muy sencillo.
- Ahora espere diez minutos fuera, tranquilo, antes de marcharse.
- Estupendo, ¿pero tengo que entrar a decirles que estoy bien y que me voy?
Me contestaron que no, que simplemente si no notaba nada, que era lo normal, pues que podía marcharme tranquilamente.
- Un momento que le damos la cita para la segunda dosis, el 10 de junio.
También la cita es a una hora de una precisión matemática, bueno quizás esté mejor dicho informática.
Solo entonces me di cuenta de que no sabía qué vacuna me habían administrado, la verdad es que me daba igual, una vacuna, la que fuese pensaba, pero no era cosa de llegar a casa y no poder responder ni la marca utilizada.
- Ah, sí, me dijo una de las enfermeras, la de Moderna.
- Muchas gracias nuevamente.
Pronuncié esas palabras reconozco que con cierta emoción y percibí con toda claridad que mi comentario les generaba incomodidad, por ese pudor de quien entiende que sólo hace su trabajo y cumple con su obligación Ambas enfermeras actuaron con gran simpatía, estaban realizando para mí un trabajo admirable, que se sumaba a todo el que la pandemia ya les habría supuesto durante tantos meses.
Salí, busqué algo de sombra, había más personas recién vacunadas iban llegando otras, pensé si yo era más joven que los que llegaban o si simplemente yo me creo que soy joven. Llamé a Mari Paz, después a mis padres, envié un WhatsApp al grupo que tengo con mis hijos, al de mis hermanos y regresé muy contento a casa y seguí trabajando sin síntoma alguno, más que el levísimo recuerdo en el brazo de que me habían inyectado.
Volviendo al Estado del bienestar.
Nuestra Constitución en su art 1, apartado 1, es decir sus primeras palabras con íntegro valor normativo, nos dice que: <España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político>.
Eso del Estado social tiene que ver con todo esto.
Estado social y democrático de Derecho, sin entrar en disquisiciones doctrinales de política, economía, sociología o derecho, es equivalente a Estado del bienestar que en definitiva, también huyendo de mayores precisiones, podemos describirlo tomando lo siguiente de Wikipedia:
Estado de bienestar, Estado benefactor, Estado providencial o sociedad del bienestar es una propuesta política o modelo general del Estado y de la organización social, según la cual el Estado provee servicios en cumplimiento de los derechos sociales a la totalidad de los habitantes de un país.
Los derechos de seguridad social, es decir, las pensiones, la sanidad, el desempleo, junto a los servicios sociales, el derecho a la educación, la cultura y otros servicios públicos aplicados al conjunto de los ciudadanos y no solo a los trabajadores, definirán la política de bienestar social como sello de identidad de las democracias europeas más avanzadas.
En 1956 Karl Popper decía:
<En ningún otro momento, y en ninguna parte, han sido los hombres más respetados, como hombres, que en nuestra sociedad. Nunca antes los Derechos Humanos y la dignidad humana han sido tan respetados y nunca antes ha habido tantos dispuestos a hacer sacrificios por otros, especialmente por aquellos menos afortunados que ellos. Esos son los hechos. [...] Quiero enfatizar que estoy al tanto de otros hechos. El poder todavía corrompe, incluso en nuestro mundo. Empleados públicos todavía se comportan a veces como amos descorteses. Todavía abundan dictadores de bolsillo. [...] Pero todo eso no se debe tanto a la falta de buenas intenciones como a la falta de habilidad e incompetencia>.
Y da la siguiente lista de lo que él considera los males que pueden ser resueltos o remediados por la cooperación social: pobreza, desempleo y formas similares de inseguridad social, enfermedad y dolor, crueldad penal, esclavitud y otras formas de servidumbre, discriminación racial y religiosa, falta de oportunidades educacionales, diferencias rígidas de clase, la guerra.
Gracias Estado del bienestar.
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