“Sin ningún género de dudas la Constitución ha sido y sigue siendo el elemento innegable de cohesión. Entre sus virtudes está que es un instrumento en el que caben una enorme amplitud de interpretaciones”
OPINIÓN. Charlas con Nadie
Por Manuel Camas. Abogado19/09/23. Opinión. El conocido abogado Manuel Camas escribe su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los pactos: “Dentro de la Constitución caben desde los independentismos, a los nacionalismos o los regionalismos, para caber cabe hasta el otro extremo, VOX, que pretende que desaparezca la diversidad territorial innegable de nuestro estado-nación, por no mencionar...
...otras ideas que se expresan más veladamente y que son inadmisibles porque atentarían contra los derechos humanos”.
Pactos
La pasada semana asistí, en Sevilla, a la entrega al ex presidente Felipe González del Premio Iberoamericano Torre del Oro, otorgado por su labor extraordinaria en la potenciación de las relaciones de España y Europa con Iberoamérica. Felipe González, al comenzar su intervención, advirtió de que no todo lo que se dice que ha dicho es así realmente, pero que en todo caso se siente en la libertad de decir lo que quiera y que, a diferencia de otros, él si previamente piensa lo que dice.
Su intervención estuvo plagada de vivencias iberoamericanas, se concentró en explicar que lo que le llevó a Iberoamérica era ayudar a extender la democracia en el continente, y que luego vinieron otras cuestiones, había que apoyar su desarrollo potenciando intereses comunes con Europa que permitiesen fortalecerlas.
Me resultó emocionante estar presente, aplaudí con entusiasmo, estoy muy agradecido a Felipe González, llegué a la Facultad de Derecho en octubre de 1982 y viví en la Facultad lo que representaba la gran victoria electoral de Felipe González, la ilusión <Por el cambio>. Casi de inmediato, frente a muchos de los propios militantes del PSOE, hubo que hacer campaña para permanecer en la OTAN. Eran otros tiempos ciertamente, pero ese PSOE de Felipe desde luego modernizó España de arriba abajo. Pronto no obstante llegaron las peleas cainitas con la UGT, con Nicolás Redondo, o entre renovadores y guerristas, con Alfonso Guerra, y se perdieron elecciones y después volvieron a ganarse por Zapatero y Pedro Sánchez, resulta que de eso va la democracia.
Hablaron tras el presidente González, para cerrar el acto, el alcalde de Sevilla y el presidente de la Junta de Andalucía que expresaron su admiración por él, y quisieron dejar entrever una coincidencia con sus planteamientos y con los del presidente Aznar que no se vio por parte alguna, lástima que el propio Felipe González no pudiera contestarles. El presidente de la Junta de Andalucía confesó que al primer mitin al que acudió fue de Felipe González y que allí percibió el enorme magnetismo personal e inmenso liderazgo que ejercía, destacó que a Felipe se le conoce por el nombre, a diferencia del resto de presidentes llamados por sus apellidos, Suárez, Calvo Sotelo, Aznar, Zapatero, Rajoy, pero no mencionó a Sánchez, y todo eso para destacar el único punto de coincidencia que pudo encontrar entre ambos, que a él se le conoce por Juanma, añadió: por algo se empieza.
En el acto no intervino ninguna mujer, eso hoy resulta muy desagradable, insoportable.
Busco entre mis libros uno de Felipe González de 2010, <Mi idea de Europa>, dedica un capítulo a los problemas de identidad de la propia Unión Europea, encontré al hojearlo que había subrayado: ¿Con qué criterios repartimos el poder de la Unión Europea? … se debe preservar la identidad de cada uno de los miembros … y además debe ofrecérseles un proyecto compartido, es decir, cohesionado. Aclara a continuación qué quiere decir cuando habla de elementos de cohesión: <los que nos permitan decir que compartimos algo en común.>
Como resulta imposible sustraerse al debate general sobre la investidura del nuevo presidente del Gobierno de España, no pude dejar de extrapolar esas líneas, referidas al reparto del poder en Europa, para traerlas a mi conversación con Nadie sobre el reparto del poder en España, que es en el fondo de lo que discutimos.
Me parece sorprendente que el debate sobre territorios no tenga un capítulo principal dedicado a la cohesión, desde luego no está expresado, aunque para muchos, de todos los lados de la conversación parece que ni siquiera es necesario.
Sin ningún género de dudas la Constitución ha sido y sigue siendo el elemento innegable de cohesión. Entre sus virtudes está que es un instrumento en el que caben una enorme amplitud de interpretaciones que hacen y han hecho posibles gobiernos de signos muy diferentes, no es una Constitución militante si acaso solo en los derechos fundamentales y las libertades públicas, toda ella es susceptible de ser modificada si se dan los consensos necesarios, obviamente de una gran amplitud.
Junto a la Constitución desde luego han de buscarse, trabajarse, construirse otros elementos de cohesión, pero el regreso al principal de todos, la aceptación de la Constitución es trascendente y difícilmente puede decirse que su aceptación como punto de partida suponga romper España.
Dentro de la Constitución caben desde los independentismos, a los nacionalismos o los regionalismos, para caber cabe hasta el otro extremo, VOX, que pretende que desaparezca la diversidad territorial innegable de nuestro estado-nación, por no mencionar otras ideas que se expresan más veladamente y que son inadmisibles porque atentarían contra los derechos humanos. Aceptar las reglas pues se convierte en lo esencial y en esas reglas no cabe ninguna vía unilateral, ningún golpe contra el estado.
En El País del domingo 17 de septiembre, Carlos E Cué firma un artículo titulado: El PSOE intenta que Junts renuncie a otro ‘procés’ para negociar la amnistía. Subtitula: Los socialistas se centran en convencer a Puigdemont de que entierre la vía unilateral. El Gobierno acelera con las lenguas: ya están en el Congreso y aprieta en la UE para incluirlas.
Si los independentistas catalanes entierran la violencia que supone la vía unilateral y aceptan la Constitución como elemento central del que no cabe salirse, aunque sí quepa cambiarla siguiendo las vías políticas que la propia Constitución establece, me parecería un gran pacto, desde luego un elemento de cohesión imprescindible que une España, porque hace que en ella sigamos cabiendo todos.
Creo que la existencia de ese pacto es ya muy evidente, aunque aún permanece en el ámbito de lo tácito, pedir la amnistía es un reconocimiento del Estado, pero espero que se vuelva expreso, nos ahorraría muchos esfuerzos, muchas discusiones.
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