Me pregunto qué ocurriría si en España juzgásemos a nuestros políticos utilizando la institución del jurado y la única consecuencia que veo es que descontaminaríamos los puntos de fricción del poder judicial con el legislativo y el ejecutivo

OPINIÓN. Charlas con Nadie

Por Manuel Camas
. Abogado

11/06/24.
Opinión. El conocido abogado Manuel Camas escribe su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre los jurados populares: “Si los asuntos de relevancia política fuesen enjuiciados por jurados el conflicto entre poderes del estado disminuiría, si a ello añadimos la necesidad de adaptar el Consejo General del Poder Judicial a los modelos de nuestro entorno para...

...que las designaciones de cargos en los ámbitos superiores de nuestra administración de justicia dejasen de ser discrecionales y se basasen en méritos objetivos, se beneficiaría la Justicia y con ella toda la sociedad”.

Jurado

Estamos tan acostumbrados estamos a las películas de juicios en Estados Unidos que todo nos parece familiar a la vez que lejano, por contradictorio que resulte.


¡Protesto!, dice Nadie sonriendo, esa expresión no es corriente en nuestros juzgados y tribunales en los que todo es bastante diferente, sin embargo, es lícito preguntarse si nuestro sistema es mejor.

Un candidato a las elecciones presidenciales de Estados Unidos y expresidente, Donald Trump, ha sido juzgado y condenado en un procedimiento penal por falsedades contables que ocultaban pagos en beneficio propio, silenció con el dinero recibido para su campaña electoral a una actriz porno para que no hiciera público que habían mantenido relaciones.

El jurado fue seleccionado de entre cien personas a partir de un cuestionario de cuarenta y dos preguntas, los abogados de Trump y la Fiscalía los interrogaron y redujeron el grupo a doce, siete hombres y cinco mujeres. Ese proceso activo de selección en el que intervienen acusación y defensa da una enorme legitimidad al resultado.

Aunque el juez ordenó que la identidad de los jurados fuese confidencial durante el juicio, The New York Times publicó un pequeño extracto acerca de lo que se sabía de cada uno de los jurados a partir del proceso de selección:
<El jurado 1, que será el presidente del jurado, trabaja en ventas y vive en West Harlem. Comentó que le gustan las actividades al aire libre, lee las noticias de The New York Times y ve Fox News y MSNBC. Dijo haber escuchado algo sobre los otros casos contra el expresidente Donald Trump, pero afirmó que no tiene ninguna opinión sobre él.>

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Todos los resúmenes eran muy similares, gente normal. Esas doce personas por unanimidad han declarado probado los hechos de los que se acusaba a Donald Trump.

Me pregunto qué ocurriría si en España juzgásemos a nuestros políticos utilizando la institución del jurado y la única consecuencia que veo es que descontaminaríamos los puntos de fricción del poder judicial con el legislativo y el ejecutivo. Vivimos tiempos en los que la falta de entendimiento entre los poderes del estado se hace evidente en sus conductas, se escuchan voces desde la judicatura de que se intenta cercenar su independencia, aunque sus actuaciones no parecen las de personas coaccionadas a las que les falte independencia: condenaron al PP gobernando Rajoy, enjuician a la mujer del presidente del gobierno y la declaran investigada en plena campaña electoral, los fiscales del Tribunal Supremo se pronuncian utilizando valoraciones políticas contra la ley de amnistía, y un larguísimo etc. Jueces y magistrados están absolutamente protegidos de las injerencias de otros poderes del estado, mucho más difícil resulta proteger su independencia respecto de sus propias ideas y creencias, de lo que se queja el poder ejecutivo.

Quizás el jurado suavizase ese choque entre poderes, qué ocurriría si el famoso asunto de Begoña Gómez fuese a un tribunal de jurado. Las excusas de falta de seguridad en el sistema debemos descartarlas, en otros países funciona, en España ya existe la institución y las polémicas en torno a su desempeño son prácticamente inexistentes.

No creo que fuese mala idea someter a tribunales del jurado los delitos que pudieran cometer los que ostentan los poderes del estado, preservaría la independencia del poder judicial. El delito de prevaricación fue excluido de la Ley del Jurado en España, con cierto debate, pero el resultado práctico era que se dejaba fuera a los políticos y también a los jueces. Pasado el tiempo creo deberían ampliarse las competencias del jurado.

Esos doce ciudadanos que juzgaron a un expresidente y candidato asumieron una enorme responsabilidad, no juzgan profesionalmente es cierto, pero no lo hacen solos, sabiendo la trascendencia de sus actos, acabaron poniéndose todos ellos, a solas, de acuerdo sobre el valor de las pruebas que se les presentaron y respecto de los hechos enjuiciados, ahora será el Juez el que, conforme a la Ley impondrá la pena.

Si los asuntos de relevancia política fuesen enjuiciados por jurados el conflicto entre poderes del estado disminuiría, si a ello añadimos la necesidad de adaptar el Consejo General del Poder Judicial a los modelos de nuestro entorno para que las designaciones de cargos en los ámbitos superiores de nuestra administración de justicia dejasen de ser discrecionales y se basasen en méritos objetivos, se beneficiaría la Justicia y con ella toda la sociedad.

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