“En las pasadas décadas era evidente que jugaban de pareja Estados Unidos y Europa, ganaban siempre, los contrincantes China y Rusia estaban malavenidos y se ayudaban poco entre sí”

OPINIÓN. Charlas con Nadie

Por Manuel Camas
. Abogado

25/02/25.
Opinión. El conocido abogado Manuel Camas escribe su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre política internacional: “La pareja Estados Unidos y Europa, dos caracteres tan diferentes ya no se llevan bien, la América de Trump reclama todo el protagonismo y piensa que su compañera de juego, más tímida y discreta, nunca paga los cafés y las copas,...

...a la chita callando gana por el lado de los negocios y se ahorra los gastos de defensa. Estados Unidos quiere cambiar de pareja, si se apoya en Rusia debilita a China y de esa manera gana fuerza en Asia-Pacífico, el verdadero tablero de juego del Siglo XXI, ya veremos”.

Jugar obligado/a

Se dice jugar obligado cuando no podemos hacer otra cosa, si usamos los precisos términos del Diccionario diríamos que lo que hacemos es de realización forzosa. Cuando se juega en parejas al dominó, la expresión se utiliza cuando entre tu conjunto de fichas solamente tienes una posible que poner, entonces la colocas con rapidez para que tu compañero efectivamente sepa que no tienes alternativa, que no hay ninguna otra opción, la rapidez en cogerla y ponerla sobre la mesa indica que no cabe pensar, que no puedes hacer otra cosa, de esa manera tu compañero o compañera calculará qué fichas tienen los contrincantes e intentará ayudarte tratando de evitar que te lleguen números que te hagan pasar, gracias a tu velada advertencia sabe que de eso no llevas.


La idea se nos viene a la cabeza a Nadie y a mi pesando en el papel de Europa tal y como se han repartido las fichas en la mesa de juego mundial. En la partida intervienen cuatro, Estado Unidos, China, Rusia y Europa, aunque alrededor de la mesa hay otros dispuestos a jugar en cuanto uno de ellos se levante.

Siguiendo con el símil del dominó, en las pasadas décadas era evidente que jugaban de pareja Estados Unidos y Europa, ganaban siempre, los contrincantes China y Rusia estaban malavenidos y se ayudaban poco entre sí, el ambiente en el torneo a veces se enrarecía mucho, esos cuatro nunca dejaban jugar a los demás, no los tenían en cuenta.


La pareja perdedora sin embargo fue acercándose harta de perder y, además, los que miraban con ánimo de sentarse en la mesa en algún momento, se asociaron en sus simpatías en contra de los que siempre ganaban, incluso se pusieron un nombre de grupo BRICS, así junto a China y Rusia, Brasil, la India y Sudáfrica se han unido Egipto, Etiopía, Indonesia, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, en conjunto cobijan cerca de la mitad de la población mundial.

Según Expansión los BRICS son economías emergentes, con un gran potencial, pueden llegar a estar entre las economías dominantes a mediados de siglo. Son además países que se caracterizan por estar entre los más grandes en extensión, con Rusia a la cabeza, y los más poblados del planeta. Todos ellos son ricos en recursos naturales y su producto interior bruto (PIB) ha crecido mucho en los últimos años. El talón de Aquiles lo tienen en el nivel de vida de sus habitantes, la renta per cápita más alta entre ellos es la de Rusia, imaginen la más baja que es la de Sudáfrica.

La pareja Estados Unidos y Europa, dos caracteres tan diferentes ya no se llevan bien, la América de Trump reclama todo el protagonismo y piensa que su compañera de juego, más tímida y discreta, nunca paga los cafés y las copas, a la chita callando gana por el lado de los negocios y se ahorra los gastos de defensa. Estados Unidos quiere cambiar de pareja, si se apoya en Rusia debilita a China y de esa manera gana fuerza en Asia-Pacífico, el verdadero tablero de juego del Siglo XXI, ya veremos.

La que resulta obligada es Europa que ya tampoco recibe el apoyo del compañero, aunque no nos guste tendremos que buscar fichas con puntos en defensa, ahora casi todas las tienen los otros tres jugadores, tendremos que concentrarnos mucho más en el juego, lo que en este caso supone unir fuerzas, hoy por hoy dispersas entre nacionalismos trasnochados, pero muy populistas, no será sencillo, nuestra pareja en la mesa no solo compite contra nosotros sino que intenta distraernos con todo lo que nos perturba, por ejemplo alzando el brazo, haciendo gestos para que nos equivoquemos cuando estamos pensando, la última vez en las elecciones alemanas.

No es el único tablero en el que jugamos obligados, miren el nacional, el autonómico, el local. Jugar obligados hace más difícil la partida, las decisiones que se tomen a continuación deben ser adecuadas para no perder, nos deja con poco margen de error, conforme el juego avanza cada vez con menos margen para equivocarse.

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