“Hoy la omnipresente geopolítica nos aleja de pensar en lo que nos afecta directamente, esas cosas que tocamos, sobre las que nuestro poder de decisión es directo o cercano”
OPINIÓN. Charlas con Nadie
Por Manuel Camas. Abogado22/04/25. Opinión. El conocido abogado Manuel Camas escribe su colaboración para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre lo cotidiano: “En algún sitio leía que Bill Gates reflexionaba sobre que la geopolítica está ocultando el verdadero debate, los cambios inmensos que puede generar la inteligencia artificial, aún difíciles de calcular, pero que indudablemente van a transformar...
...las formas de trabajar, la productividad, el empleo, la formación, las relaciones entre las personas, la cultura, la creatividad, el concepto de seguridad, etc”.
Cotidiano
Cotidiano es lo diario, lo común. Hoy la omnipresente geopolítica nos aleja de pensar en lo que nos afecta directamente, esas cosas que tocamos, sobre las que nuestro poder de decisión es directo o cercano. La semana de descanso que nos ha regalado esta Revista, la baja intensidad de la prensa en general y que también Trump estos días haya dado cierto respiro, venía amargándonos el desayuno desde hace meses, nos ha permitido a Nadie y a mi volver la mirada a lo cotidiano.
Leo en el Málaga Hoy, como hago con frecuencia, a Juan Manuel Marqués Perales, sus Crónica Levantisca, esta semana la ha titulado <La economía va bien, pero la vida es dura>. Un taxista le pregunta si la economía va bien, le dice que sí, y el joven conductor le contesta: ¿entonces va a bajar el precio de la vivienda? La economía va bien, pero cómo va lo cotidiano, mi madre desde el lujo de una buena pensión pública, destinada ya casi al completo a los cuidados de mi padre y ella misma, me dice que vive como los ricos porque ya no se permite lujos así que cuando compra no mira el precio, sin embargo, poco después, me confiesa que le asusta cuánto ha subido el café.
Hoy en día lo corriente puede ser pese a ello asombroso. En algún sitio leía que Bill Gates reflexionaba sobre que la geopolítica está ocultando el verdadero debate, los cambios inmensos que puede generar la inteligencia artificial, aún difíciles de calcular, pero que indudablemente van a transformar las formas de trabajar, la productividad, el empleo, la formación, las relaciones entre las personas, la cultura, la creatividad, el concepto de seguridad, etc. En principio debe servir para que la vida de los seres humanos sea menos dura, más agradable, pero los riesgos son evidentes, también los psicológicos, los conceptos de soledad y acompañamiento también cambiarán, además siempre estaremos los propios seres humanos para matizar sus bondades y utilizarla en nuestra propia contra.
Su trascendencia muy probablemente hará que EE. UU. acabe en todo este alboroto exigiendo principalmente puertas abiertas en Europa a la tecnología de su país, buena forma de condicionarnos para siempre, la inercia nos llevará a no desarrollar nuestra propia inteligencia, Europa poco inteligente; Trump probablemente a la vez pida que se cierren las puertas a las tecnologías que compiten con las suyas, las procedentes de China. Curiosas formas las del que pide ayuda gritándonos, humillando, exigiendo, imponiendo, aunque frente a China da la sensación de que es como aquellos que gritan en una pelea, agarradme, agarradme que no sé de qué seré capaz, cuando lo que busca es que lo protejan y no lo dejen solo.
Ignacio Martínez, al que sigo con devoción cada fin de semana, también lo leo en Málaga Hoy, afirma crítico que el poder de los dirigentes del PSOE ya no procede de sus bases, sino que toman el poder orgánico desde las instituciones, espero charlar con él sobre esto, hoy por hoy el concepto de base, militancia, liderazgo, estrategia, opinión pública, es tan diferente al de los años 80 o 90 que plantearse la vida política como entonces resulta irreal. El resurgimiento del Partido Socialista en Andalucía tiene como condición necesaria la disposición de sus bases, pero desde luego no es condición suficiente. Probablemente no haya nada en política que sea necesario y suficiente a la vez, quizás lo sea únicamente la conexión con la opinión pública, pero en eso la izquierda lo tiene difícil, cada vez está más teledirigida hacia otras formas de pensar, no parece que en las redes manipuladas quepan palabras como empatía, o solidaridad que se ha ido llevando a que parezca algo propio de tontos y débiles. La opinión pública es la base de la democracia, fruto de la deliberación informada y en libertad, preocupémonos si permitimos manipularla a escondidas.
Los jóvenes no obstante ven el futuro con un realismo no exento de optimismo, miran principalmente a lo cotidiano, según el Eurobarómetro del pasado mes de febrero sus preocupaciones son el aumento del coste de vida, el medio ambiente, el cambio climático, la situación económica, el empleo, la protección social, la atención médica. Los jóvenes españoles están en la media de esas opiniones, sin embargo, destacan en Europa por su mayor preocupación por la vivienda, aunque no están solos, entre los más cercanos también les ocurre a portugueses, luxemburgueses y holandeses.
Al final va a resultar que son los jóvenes los más preocupados por el día a día, partido a partido, ellos son el futuro, dice alzando la voz Nadie, pero no estoy tan seguro, la edad media en España no para de crecer, hoy está en 45,3 años, hace una década algo más de 41; el grupo más numeroso de españoles y españolas son los que están entre 40 y 50 años, representan el 16,7 % de la población, le sigue en porcentaje el de los que están entre 50 y 60 años, el 15,1%; el 12,4% suman entre 30 y 40 años, casi los mismos que entre 60 y 70 (12%).
A la vista de todo esto añadamos pues a lo cotidiano las preocupaciones de los no tan jóvenes, los mayores están llamados a influir como nunca, el mundo hay que empezar a imaginarlo muy distinto del de antes, jóvenes hasta los 60 y más allá.
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