OPINIÓN. Mascarón de proa
Por Carlos Hernández Pezzi. Arquitecto

29/12/17. Opinión. El arquitecto Carlos Hernández Pezzi analiza en su nuevo artículo para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com la importancia de los tres Planes Especiales que Málaga está a punto de renovar: El Plan Especial del Puerto, el del Río Guadalmedina y el PEPRI Centro. A juicio del autor “es ahora cuando el trío de estas intervenciones de planificaciones urbanísticas...

...(y sociales) decidirá el modelo de ciudad, si antes no lo hipotecan del todo el alcalde y los concejales de cultura y turismo”. También hace mención al modelo turístico de la localidad masificado y la necesidad de reemplazarlo por uno sostenible.

Málaga se la juega en tres Planes Especiales

MANTENGO buenos amigos entre colegas y jefes y ex-jefes de la Gerencia Municipal de Urbanismo (aunque a los primeros no los cito, por si los destituyen). Creo que si pudieran opinar públicamente como urbanistas convendrían conmigo en que Málaga está otra vez a punto de someterse a tres operaciones urbanas de muy grande envergadura: El Plan Especial del Puerto, el del Río Guadalmedina y el PEPRI Centro. Podría parecer que son menos importantes que el PGOU, pero visto el estancamiento de éste, los tres planes citados en sus modificaciones y revisiones estructurarán la Málaga futura mientras las grandes operaciones de suelo y vivienda esperarán nuevamente las oportunidades que hasta ahora no llegan, ni se esperan para un futuro inmediato.


TAMBIÉN supongo que estamos de acuerdo en que son partes de ciudad y puerto-ciudad dónde la iniciativa pública es crucial, sean cuales sean las ideas que cristalicen en los estudios concursos y trabajos que se realicen. Del Puerto y su Plan Especial quizá sea mejor no hablar en esta ocasión, porque el asunto tiene una altura incalculable, y se escriben y dicen tantas cosas que quizá necesiten de un debate pormenorizado y exclusivo. Mi opinión en contra de la Torre-Hotel es explícita y difundida y no merece la pena volver sobre ella, porque es demasiado conocida. El del río y el del centro son en realidad un solo plan especial, que se va a ver afectado, - y mucho -, por lo que se haga en el puerto. Serio y grave el impacto, pero también la revisión del PEPRI y las propuestas del río están muy vinculadas al acierto en la delimitación, la articulación de barrios y la defensa de las centralidades emergentes de Tabacalera, el Auditorio, el Convento de San Andrés y el de la Trinidad.

NO solo el tranvía, sino los itinerarios, espacios públicos y otros incentivos al esponjamiento y la oxigenación del Centro tendrán que tener en cuenta lo que está ocurriendo. El Avance de la Revisión del PEPRI estaba obsoleto ya cuando se hizo. El Concurso del río ha demorado seis años soluciones y propuestas. El Puerto quiere consumir ciudad a nuestras expensas en su territorio, pequeño y especulable a la carta, para pagar sus facturas.

SERÍA suicida seguir el modelo de turistificación obligada por la masificación promocionada y subvencionada por el Ayuntamiento, como ha sugerido algún despistado responsable público. Visto el éxito económico del beneficio empresarial de los grandes operadores y algún asociado y la falta de igualdad y de reparto de rentas que generan estamos a punto de validar y ensanchar un modelo desarrollista diciendo que es inteligente y sostenible, lo que llevaría a un nuevo "debate" dentro de diez años.

ES ahora cuando el trío de estas intervenciones de planificaciones urbanísticas (y sociales) decidirá el modelo de ciudad, si antes no lo hipotecan del todo el alcalde y los concejales de cultura y turismo que pujan por ser uno solo y trino. Las bondades del "modelo" que propugnan están bien para los ranking de vibrante fulgor que le gustan al alcalde-"smart-desarrollista" que se va pareciendo cada vez más al "modelo absolutista" de Luis XIV, que tanto se predicó hasta que se comprobó donde y como acabaron sus logros.

CLARO que siempre faltará que alguien se acuerde del Este y de otras zonas que no nombro para no distraer, pero tanto orgullo de hacer de facilitadores del turismo de masas, sin contrapartidas urbanas y sociales, está haciendo mucho daño a los que defendemos el turismo sostenible y no queremos disfrazar de verde el crecimiento de las cuentas de unos pocos grupos, que han encontrado en Málaga una cantera financiada  y subvencionada por los malagueños que llega hasta la médula de nuestros símbolos y de la identidad local más digna y de ahí corre el peligro de descender sin freno hasta perderse en el centro y el fondo de la bahía.

DEPENDEMOS de la tríada de estos planes y su acertada revisión para hacer una ciudad mejor y no solo para mejorar el negocio que se hace, a nuestra costa, en pleno horizonte 2020.

PUEDE ver aquí anteriores artículos de Carlos Hernández Pezzi:
-15/12/17 El nivel de incompetencia
-01/12/17 El relato retrospectivo y las prioridades de Málaga 2020

-17/11/17 Manzanas Asadas
-03/11/17 Lo que no se ve en Málaga
-20/10/17 Málaga en menos manos