“En Málaga tenemos un problema. Un problema flagrante de contaminación acústica, cultural, turístico, zonal, creciente, tolerado y mal enfocado estratégicamente, que amenaza la calidad de vida”

OPINIÓN. Mascarón de proa
Por Carlos Hernández Pezzi. Arquitecto

09/02/18. Opinión. El arquitecto Carlos Hernández Pezzi analiza en su habitual artículo para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com la problemática del ruido en Málaga. En el texto se recogen datos que desvelan que el 64% de los residentes malagueños coinciden en que el ruido es un gran problema. “En Málaga tenemos un problema. Un problema flagrante de contaminación acústica...

...cultural, turístico, zonal, creciente, tolerado y mal enfocado estratégicamente, que amenaza la calidad de vida” asevera el autor. A su juicio el reciente estudio del Ayuntamiento para designar las Zonas Acústicamente Saturado “pone a muchos malagueños ya afectados en las vías de salida para entrar de lleno en el dilema de cambiar de domicilio o morir de ruido”.

Málaga, mucho ruido y pocas nueces

UNA ciudad que figura en todos los rankings europeos de las grandes compañías de energía, telecomunicaciones y turismo como la Ciudad de Málaga debería caracterizarse por mantener unos niveles aceptables de calidad de vida y de silencio, cuyos parámetros están llamativamente desbordados en hitos como la Plaza Mitjana o el túnel de calle Alcazabilla.


RESPECTO al ruido percibido en la ciudad, el 64% de los residentes malagueños está de acuerdo con que el ruido es un gran problema, lo que la sitúa en el puesto 46 de las 75 ciudades evaluadas. Por el contrario, un 35% de ciudadanos no considera que el ruido sea un problema (1). Ahora existe una ocasión de alegar a las vigentes regulaciones estratégicas y los Planes de Acción contra el ruido en Málaga más recientes, elaborados a toro pasado del ruido inevitable (2). Es evidente que en nuestra ciudad hay que analizar el ruido como problema cultural, en la medida en que Málaga es una ciudad de vida en la calle, de oralidad alegre y urbanidad festiva. Pero a estas condiciones se une ahora el ruido y afluencia turística masiva y descontrolada en la que se saltan normas, horarios y ordenanzas con más frecuencia de la debida.

SIN embargo sigue siendo raro pensar mapas de ruido y movilidad conjuntos, o establecer planes coordinados de reforestación, pavimentación porosa, re-vegetación para mitigar el ruido ambiental y lo que es más infrecuente aún: hacer planes seleccionando ámbitos zonales, especialmente delicados, como lo serían el dado por irreversible mapa de ruido del PEPRI Centro o la evidencia del desastre de Teatinos. Unos sitios que están en evolución hacia más y mayor contaminación acústica, denunciada y superada siempre por la masificación turística o la supremacía hostelera; esa que jalean algunos empresarios despistados y avalan las autoridades locales y autonómicas.

TAMBIÉN se echan en falta  análisis no descriptivos, sino anticipados y preventivos, del Observatorio de medio Ambiente Urbano (OMAU) sobre ruido; además, los informes analíticos de la A21 LOCAL están ampliamente desfasados en tiempo y alcance, por más que no les neguemos buena voluntad. De manera que, en resumen, en Málaga tenemos un problema. Un problema flagrante de contaminación acústica, cultural, turístico, zonal, creciente, tolerado y mal enfocado estratégicamente, que amenaza la calidad de vida, porque se une a la contaminación del aire, al stress psicológico y a la escasez de zonas verdes de proximidad, de itinerario, de masas arbóreas locales y de cortinas acústicas específicas, que nadie quiere resolver de verdad. Es un problema serio, gravemente acentuado entre 2015 y hoy. Está de moda la tala, la poda y la falta de conservación de los árboles y la hegemonía de los pavimentos ilimitadamente herméticos e ineficaces para absorber el ruido.

Y, para mayor escarnio, tenemos un ruido mediático y político, difícil de contradecir por los medios normales de los vecinos y los ciudadanos: los políticos se declaran ruidosamente a favor del monopolio turístico y emplean un lenguaje políticamente correcto, para decir que se hace lo que se puede, es decir, que somos impotentes para bajar el ruido de la ciudad si queremos que el ruido tape la furia de la explotación a la que se someten el centro, los barrios, las zonas clave de Teatinos y otras muchas "partes" de ciudad. El Estudio Técnico (3) resigna mucho, porque pone a muchos malagueños ya afectados en las vías de salida para entrar de lleno en el dilema de cambiar de domicilio o morir de ruido. Un dilema que es evitable, que no es una maldición bíblica de la ciudad abierta y mediterránea, sino una condición necesaria para la inteligencia y la calidad de vida urbana en el siglo XXI. Una ciudad ruidosa es una ciudad sucia. Contaminada, rechazable, incómoda, molesta.

POR eso hacen falta medidas integrales, no sólo discursos y bonitos informes técnicos acerca de lo ruidosos que somos, lo ruidosos que ya no podemos dejar de ser o lo ruidosísimos que podemos llegar a ser en zonas nuevas. Claro que faltan medidas ordenancistas, mediciones para tomar medidas, planes para cumplir, acciones para cambiar medidas, auditorías para mejorar mediciones. Pero sobre todo, - por encima de buenos Planes de Acción RESIGNADA Y ZONAS ASIGNADAS AL RUIDO PARA SIEMPRE -,  hace falta integrar esas medidas (de espacios verdes, suelos y paredes absorbentes, arbolado, cultura, prevención e inspección) en el eje común de la calidad del silencio como un bien de interés cultural que sea a la larga fuente de salud, no sólo de meras medidas disciplinarias de la policía local. Que los concejales no digan sandeces sobre el ruido y no nos pongan algodones en los oídos, para que oigamos sólo lo que ellos quieren que se oiga.

TENEMOS un problema de ruido que sólo se resuelve con un cambio real, de gobernanza y de gobierno.

(1)CARMONA Manuel. HIDALGO, M. Carmen PISANO. Ignacio. Psicología ambiental. Informe Para la Agenda 21 de Málaga

(2) Revisión y actualización del Mapa Estratégico de Ruido de la Aglomeración de Málaga (2013). Revisión del Plan de Acción contra el ruido Sincosur (2015). Área de Medio Ambiente y Sostenibilidad. Ayuntamiento de Málaga.

(3) ESTUDIO TÉCNICO para la declaración de zonas acústicas especiales en MÁLAGA Y PLAN ZONAL específico Adjudicado a Sincosur el 11 de febrero 2016. Área de Medio Ambiente y Sostenibilidad. Ayuntamiento de Málaga.

PUEDE ver aquí anteriores artículos de Carlos Hernández Pezzi:
-26/01/18 El PEPRI CENTRO, más que una revisión, UN CAMBIO
-12/01/18 De la LOUA de 2002 a la LUSA de 2018
-29/12/17 Málaga se la juega en tres Planes Especiales
-15/12/17 El nivel de incompetencia
-01/12/17 El relato retrospectivo y las prioridades de Málaga 2020

-17/11/17 Manzanas Asadas
-03/11/17 Lo que no se ve en Málaga
-20/10/17 Málaga en menos manos