“Destaca el pensamiento único sobre la maravillosa evolución de Málaga, aunque hacer una crítica se antoja difícil, pero es éticamente imprescindible. El ciclo del PP se acabó en Málaga hace mucho”
OPINIÓN. Mascarón de proa
Por Carlos Hernández Pezzi. Arquitecto
09/03/18. Opinión. El arquitecto Carlos Hernández Pezzi habla en su artículo para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com sobre la reelección del alcalde Francisco de la Torre como candidato del PP para las próximas elecciones. En el artículo se hace referencia a que “la realidad virtualmente construida por la política, más irreal cuanto más local, más surrealista cuanto más grande es...
...el agujero de la posverdad”, señalando directamente a la gestión del Ayuntamiento de Málaga y sus líderes. Pezzi pone en entredicho el discurso de los gobernantes de la Málaga de “escaparate” que sustenta sus principios en la oferta cultural y turística, sin que esta llegue a calar en la población. Respecto a la decisión de De la Torre sobre seguir piensa que quienes no le dejan jubilarse son “los gerentes, directores y directivos; para así poder proseguir tantos años haciendo lo mismo, disfrutando de la Málaga que han creado para beneficio propio y externo”.
Ahora que vamos despacio, (bis)/vamos a contar mentiras, tralará, (bis)/Vamos a contar mentiras
LOS períodos de incertidumbre y de crisis son los más propicios para las canciones infantiles. Siempre son tan surrealistas como suelen serlo sus letras, tanto si hablan del "patio de mi casa", que sabemos que es "muy particular", como si "el niño robot le dijo a su abuela, que le diera cuerda para ir a la escuela." Cada mundo infantil es un mundo inventado. Como la realidad virtualmente construida por la política, más irreal cuanto más local, más surrealista cuanto más grande es el agujero de la posverdad, ese que acumula las capas de mentiras y ocultaciones que destilan los gabinetes de alcaldía y sus sucedáneos, los portavoces de las áreas municipales, los directivos bien pagados para labores de maquillaje. Negar la realidad es un ejercicio cotidiano de los regidores municipales y sus numerosos cargos de confianza, que son los que cantan sus plegarias y soniquetes al son de la propaganda.
LA propaganda es machacona por naturaleza, como los estribillos, pegadiza como la canción del verano, pero siempre es mejor destilarla al modo infantil, buscando el recoveco cerebral donde la gente guarda su corazón más inerme: Mirar, sentir y pensar como un niño es una suerte cuando hay que encarar la vida con inocencia, renovando la ilusión ante los errores de cada día y ante los fracasos que se recuentan cada noche. Hay momentos especialmente propicios para esa tarea comunicacional, como dice la canción, "ahora que vamos despacio". Son estos lapsos de tiempo sin presupuesto, sin decisiones, sin noticias, o con gobiernos ausentes en los que parece que no sucede nada y las mentiras se abonan lo mejor posible en terrenos previamente arados para ello. Hablamos del orgullo local, la autoestima sobresaturada de "malagueñismo" climático, tradicional e hiper-mediático, mezclado con la nueva teoría de que el "populismo" es cosa de otros. La batuta de la voz cantante local dice lo que los "niños" tenemos que cantar en nuestro fuero interno.
DESPUÉS del bonito show de las candidaturas a la alcaldía de Málaga en las que se da por supuesto y por hecho el ganador y los innumerables colocados se avisa a los navegantes de la escasa fiabilidad de cualesquiera otras expectativas, vuelto a repetir el irrepetible discurso de por qué no se puede hacer otra cosa que entronizar a los protagonistas. Destaca el pensamiento único sobre la maravillosa evolución de Málaga, aunque hacer una crítica se antoja difícil, pero es éticamente imprescindible. El ciclo del PP se acabó en Málaga hace mucho. Quedan los epígonos en forma de caricatura. En primer lugar, Málaga no actúa como una ciudad inteligente puesto que no crea empleo ni ancla el capital humano joven en sus potenciales referentes de cultura y turismo. El turismo cultural es una cosa distinta a los museos subvencionados para invertir en operadores turísticos que fijan el destino en función de sus intereses. En segundo lugar, desde 2011, en contra del autobombo del alcalde, el PP gana por la abstención, pero no por los resultados de sus políticas; su programa no se ejecuta más que si sus subvencionados inversores aciertan en la buena fortuna de las franquicias orientadas por él. En tercer lugar, desde 2015 en adelante no se ha hecho casi nada relevante para garantizar una evolución sostenible de la ciudad; al contrario, se amenaza su patrimonio, su paisaje singular, su parque público de viviendas; sus proyectos esenciales están paralizados y, ahora que vamos despacio, el presupuesto sigue con el lastre de la gran deuda y la falta de reparto de los beneficios de las inversiones que se van fuera. La propaganda dice que de la Torre es un alcalde infatigable pero ¿hacia dónde?, ¿para qué?; la desalentadora respuesta es que, - ni con él, ni sin él -, hay respuesta a los males de Málaga, por mucha imagen que se venda fuera a tan alto precio. En cuarto lugar, el alcaldable es sustituible por otra política y otros políticos, así de fácil; lo peor del "salvador" que muestra como "ejemplo" el PP no es su edad, sino lo antiguo de sus estrategias urbanas, con poco o ningún interés productivo y social.
PERO en el quinto lugar, y no en el último, de este breve repaso, hay que decir que existe una alternativa clara a las políticas conservadoras, y que existe una generación de gente para llevarla adelante. La "gestión viejuna" que pretende consolidarse con esta pantomima de teatro de títeres, está ocultando los compromisos de la burocracia de élite, instalada en el poder municipal. Esa es la que no deja jubilarse al alcaldable perpetuo para que no les jubilen a ellos, los gerentes, directores y directivos; para así poder proseguir tantos años haciendo lo mismo, disfrutando de la Málaga de "escaparate" que han creado para beneficio propio y externo.
MIENTRAS Málaga espera a que se ejecute la política verde, la economía circular, igualitaria y sostenible, los proyectados negocios de envergadura, sin embargo, están - como siempre en el negocio inmobiliario de los fondos de inversión -, por hacer. Para eso se necesita un terco vendedor de humo, como el correoso alcaldable; para eso él es el mejor, para eso hacen falta incautos que se crean las melodiosas vaciedades de la Málaga que se vende bien en los rankings promocionales, a costa de la explotación en los barrios y del exilio de los malagueños jóvenes. Gloria bendita. Hasta tanto la conciencia de la gente del pueblo no lo remedie, "Por el mar corren las liebres, (bis)/por el monte las sardinas, tralará, (bis)/por el monte las sardinas". O los rascacielos por el mar, que hunden nuestro paisaje; si con tanto espeto patrimonial, al final se provoca, por levantar la de cruceros, la veda de sardinas.
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